capítulo veinticuatro☁

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Mika POV.

Salí del local donde trabajo con una caja de pizza en manos, me pase a hacerle una pizza especial a Ellen. Me senté en la banca y puse la caja en mi regazo.

Luego de varios minutos llega ellen muy bonita [como siempre], con unos jeans negros rotos, una playera negro con un estampado de una pizza, sus tenis negros y con su cabello negro suelto con una gorra negra, siempre esa chica anda de negro, pero a un así me gusta su look.

—Hola mika—me saluda con una sonrisa sentándose a un lado de mi.

Una de las cosas que me gusta de ellen es su sonrisa, es muy bonita.

—Hola ellen, vamos a un parque que esta por aquí cerca—le digo poniéndome de pie.

Empezamos a caminar hasta él parque, la verdad es que me siento bien alado de ellen, siento que estoy segura estando con ella, llegamos al parque y nos sentamos en una banca, nos quedamos en silencio unos segundos y decidí hablar.

—Eh, ellen, traje pizza—dije enseñándole la caja, ella sonríe.

Abro la caja y le ofreció una rebanada, ella la acepta rápidamente, le da un mordisco y cierra los ojos.

—Deliciosa, la única pizza que como es la que haces mika, en serio—me dice un poco tímida.

—Me alegra oír eso—le digo viendo como las hojas de los arboles se mueven por él aire.

Suelto un suspiro y agarro una rebanada de la pizza, como de esta.

—Y, dime mika, ¿como conseguiste él trabajo de hacer las pizzas?, solo tienes 16 años, yo a los 17 estaba buscando trabajo pero no me aceptaron ya que tenia que tener por lo menos la preparatoria terminada—dice ellen de repente, volteó a verla y me mira.

Me quedo callada por unos momentos, y le respondo.

—No se, fue D-david quien me consiguió él trabajo—le digo la verdad.

—Ah, esta bien—dice dándome una sonrisa.  

Trato de agarrar otra rebanada de pizza pero no siento ninguna, bajo la mirada a la caja y ya no hay nada, ellen se lo acabo todo, no me molesta pero me sorprende, ¿como puede comer 8 rebanadas en un ratito?, y aparte de que come pizzas familiares ella sola y no engorda ni un gramito. Voto la caja de pizza en un bote de basura a unos centímetros al otro lado de mi.

—Mika, ¿quieres algodón de azúcar?—me pregunta ellen.

Veo a un señor con una caja donde hay adentro algodones de azúcar envuelto en pequeñas bolsas de plástico.

Asiento mirando a ellen, ella se pone de pie y compra dos, viene otra vez a la banca y se sienta dándome él algodón.

—Gracias ellen—le digo con una sonrisa.

Empiezo a comer él algodón, hundida en mis pensamientos. Al cabo de minutos en silencio acabamos de comer nuestros algodones de azúcar. Veo que ellen se acerca mas a mi, abre su boca queriendo decir algo pero luego la cierra, me sonríe, le devuelvo la sonrisa también, se pone de pie y estira su mano, también me pongo de pie y aceptó su mano, veo nuestras manos unidas y las entrelaza, sonrió.

La otra mano la pone en mi mejilla y la acaricia levemente, cierro los ojos por su tacto, se acerca más, toma mi barbilla aun acercándome mas a ella y me beso, exacto, dejo un pequeño y suave beso en mi frente, sonrei tímida.














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