Cuando llegó a la universidad caminó con calma hasta su primera clase ya que faltaban 20 minutos para el comienzo de esta. Sus clases comenzaban a las 8:30 am así que considerando la hora en la que se levantaba siempre podía hacer todo con una calma extrema. Para evitar siempre parecer un muerto tomó un truco a consideración. Si sabe que debe estar con horas de sueño estables al día siguiente buscaba intentar dormir aunque sea a las cinco de la tarde. De esa manera despertar a las tres de la madrugada no le afectaría tanto.

En fin, entró al salón y sacó su libreta de apuntes para estar preparado. No había nadie, pero sabía que alguien estaba a punto de llegar.

-¡Christopher! -le saludó el chico que entraba. Chris le devolvió la sonrisa tan pronto se sentó a su lado. -¿Emocionado?

-¿Por? -dice en forma de broma ya que sabía a lo que se refería.

-¡La salida! ¿De verdad lo olvidaste?

-Claro que no, Felix. De verdad estoy emocionado.

-Esa es la actitud. -sonríe de nuevo de manera amplia y golpea el hombro de Chris de una forma amistosa.

Lee Felix era un chico de primer año. Tenía 18 años y una gran personalidad brillante. Tenía el cabello de un naranja que llamaba mucho la atención, pero claro que no más que las hermosas pecas que adornaban su rostro. Su sonrisa era radiante también. Lee Felix era como un gran sol.

Chris lo había conocido ese año ya que Felix cursaba las mismas clases que él los martes y jueves. Eran solo dos clases, pero bastaron para que ambos se hablaran y se hicieran muy buenos amigos de inmediato.

La salida de la que hablaba Felix era una que tendrían en la próxima clase al museo de Seúl. Ambos habían visitado el museo ya muchas veces, pero esta vez se exhibía una colección nunca antes vista y su profesor de Historia de reinados coreanos había conseguido que la clase entera pudiera asistir al día de estreno.

Al parecer era una colección muy curiosa ya que siempre estuvo resguardada. Era sobre el reinado Hwang. Sobre ese reinado solo se sabía lo que estaba escrito y algunas piezas de objetos encontrados, pero nunca se había sabido sobre alguna pintura del rey, reina o príncipe. Hace unos diez años se supo que había una persona que tenía pinturas de toda la familia real y se confirmó que eran legítimas, pero el dueño no deseaba mostrarlas al público. Hace dos años esa persona, que era un señor de ya avanzada edad, murió y su nieto se quedó con la colección. Era un hombre de unos 30 años más o menos y este había decido mostrar a todos esas grandes pinturas. Nadie nunca las había visto y ahora estarían de manera permanente en ese museo, pero claro que solo se mostrarían cada cierto tiempo al público. Esta exposición duraría hasta diciembre y se encontraban en octubre, por lo tanto tendrían mucho tiempo para disfrutar de todo. En conclusión, la emoción era enorme y más aun cuando asistirán el primer día de la exposición. Todo era en extremo emocionante.

-No puedo creer que nosotros como clase seamos los primero en ver esa exposición. ¿Cómo crees que sean las pinturas? En los libros se describe el reinado Hwang como uno de los más hermosos hasta que el príncipe fue asesinado. -Felix se mostraba demasiado emocionado, más que toda la clase, y Chris no pudo evitar sacar una gran sonrisa de sus labios a causa de eso.

-No lo sé, pero estoy seguro que esas pinturas llenarán nuestras expectativas a lo grande.

-Eso espero.

Luego de eso el salón se fue llenando de apoco de estudiantes y ellos siguieron hablando sobre la visita al museo un rato más hasta que el profesor de filosofía entró por la puerta. Detuvieron su plática por obvias razones. Ya podrían continuar con su charla de camino al museo.

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