Capítulo 1

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Christopher Bang, o simplemente Chris. Actualmente contaba con 21 años y cursaba en la Universidad de Seúl su cuarto año. Estudiaba Historia y se especializada más específicamente en la historia de Corea del sur. Tenía una estatura promedio, era pálido y se teñía el cabello de rubio. Tenía un cuerpo trabajado de manera normal y hoyuelos se marcaban en sus hermosas mejillas cuando sonreía. Claro que desde que cumplió los 18 años las ojeras y bolsa bajo sus ojos lo acompañaban siempre.

Desde que tiene memoria ha tenido una serie de sueños extraños en los que siempre aparecía un chico bonito, sonriente y de ojos hermoso. El niño era castaño y vestía como la realeza. Todo comenzó a los 5 años. Como en los sueños siempre aparecía el niño él creyó que eso era normal y se lo contó a sus padres. Es así como comenzó un año de ir a diferentes doctores para saber qué sucedía, pero nunca se encontró algo que explicara el porqué de esos sueños. Los sueños no eran malos, pero era extraño que Chris siempre viera al mismo chico cuando nunca lo había conocido. A lo largo de los años el niño de sus sueños crecía a la par que él en la vida real como en los sueños. Soñar era como estar en un juego virtual. Nunca se veía a si mismo. Siempre veía al mismo niño, que luego se convirtió en un adolescente a su lado. Sabe que se dicen nombres en sus sueños, pero cuando despierta nunca recuerda esos nombres. Los sueños eran tan comunes que estaba convencido de que tal vez era un fantasma que solo quería algo de atención y como no era malo, no se la iba a negar. El niño no era malo y aunque no entendía los sueños siempre se levantaba en paz al día siguiente. Claro que las cosas cambiaron unas semanas después de cumplir sus 18 años. Era una noche normal comenzando su vida independiente cuando todo comenzó.

Una noche, contrario a todos los sueños normales que tenía con el chico, este murió en el sueño y también él. Esa noche se levantó exaltado. Eran las tres de la madrugada y lo primero que hizo fue mirarse al espejo. Era extraño, pero en el sueño pudo verse a sí mismo antes de morir, pero no se vio como se supone que lo haga. Cuando miró directamente al espejo en su sueño pudo ver a un chico alto, peli negro, labios abultados y un pequeño lunar bajo su ojo izquierdo. Vestía también como si fuera de la realeza y se veía triste. Esto era obvio porque según su sueño habían asesinado al amor de su vida. Ese sueño lo había confundido en sobre manera. Siempre creyó que era el mismo en sus sueños, pero resulta que siempre fue un chico que tampoco ha visto nunca en su vida.

Había decidido olvidar eso y seguir con su vida normal, pero entonces a la noche siguiente soñó lo mismo, al igual que la siguiente, la que le siguió y todas las demás. Desde ese día tiene el mismo sueño todas las noches. Trató de averiguar por su cuenta qué significaba soñar con lo mismo todas las noches, pero solo encontraba lo mismo, que significaba preocupación. ¿Pero qué preocupación podía tener? Su vida era perfecta. Venía de una buena familia, sus padres son un amor, estudia lo que quiere y comenzó a ser independiente justo a la edad que lo deseaba ser. Trabajaba en la misma universidad para conseguir su dinero y solo pedía a sus padres cuando de verdad era algo urgente. Todo iba perfecto en su vida. ¿Qué preocupación podía tener? Bueno, ahora la preocupación comenzaba debido al sueño, pero antes de eso no había nada.

Ya iban tres años con el mismo sueño y de alguna manera ya estaba acostumbrado, pero eso no quitaba el hecho que siempre se levantaba a la misma hora y luego no podía volver a dormir. Eso le causaba algo de insomnio, pero al menos podía vivir con ello. Lucía demacrado muchas veces, pero podía soportarlo. Aún así esa creciente curiosidad por saber qué eran todos sus sueños se hizo habitual, pero trataba de ignorar todo. Sus sueños no podían afectar su realidad más allá del insomnio.

Chris se preparó un pequeño almuerzo para llevar a la universidad y entonces se sentó a desayunar. Es cierto que salía el medio día de sus clases, pero muchas veces se quedaba a trabajar para poder ganar dinero y no depender al cien por ciento de sus padres. Cuando hubo terminado tomó su mochila y salió rumbo a su auto para ir a la universidad. No quedaba muy lejos, tal vez a 20 minutos caminado, pero llevaba el auto ya que le servía en caso de que tuviera que ir a otro lugar con urgencia luego de terminar sus clases.

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