Tormentum (Parte I)

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Capitulo 18: Tormentum (P.I)

—¡Edward, despierta! ¡Por favor, despierta! —Una voz femenina que al príncipe le pareció imposible de discernir le gritó en desesperación. Sentía cómo cada parte de su cuerpo dolía y su cuerpo parecía no querer responderle. No podía recordar qué le había sucedido para que estuviera así. Trató de alejar el dolor de su cabeza para enfocarse en recordar, había estado tranquilo pero al no ver a Bella fue a buscarla y...

Recordó todo y de sopetón abrió los ojos y se levantó rápidamente de donde sea que se encontraba, pero parecía haber sido golpeado tan fuerte que su cuerpo le gano y volvió a caer en lo que ahora reconocía como el diván del salón principal de castillo. Vio a su alrededor y notó que sus hermanos y su padre se encontraban observándolo. Un poco esperanzado, buscó a Bella entre ellos, quizá habían logrado encontrarla...

Pero no. No estaba, y lo más agobiante de todo fue ver a Alice con los ojos bañados en lágrimas. Los más terribles pensamientos pasaron en la mente del ojidorado y trató de que su voz no temblara demasiado al hablar, lo que fue casi imposible.

—Alice... ¿Saben en dónde está Bella?

Al escuchar a su hermano, la muchacha empezó a sollozar más fuerte aún sin responderle. Los ojos de Edward se empezaron a humedecer y al volver a preguntar, su voz se quebró debido a las lágrimas que intentaba contener.

—Alguien dígame qué sucedió —No fue una pregunta sino una súplica. El rey cerró los ojos derrotado y rezaba para que su esposa llegara ya. Emmett, sin poder resistir ver más a su hermano tan desesperado por respuestas, se acercó y, arrodillándose para quedar cara a cara con Edward,le respondió.

—Hermano, hemos hablado con toda la gente del pueblo y nadie la ha visto... —dudó un instante antes de continuar— Alistair escapó.

El príncipe, sin deseos de contenerse más, se acercó a su aún sollozante hermana y recostando la cabeza en su hombro dejó que todas lágrimas salieran de su sistema.

Bella no estaba. Si nadie sabía qué había sido de ella, ¿cómo se suponía que iba a encontrarla ahora...?

...

Después de llegar al pueblo, Bella trató de que no la notaran, porque si la gente llegaba a reconocerla o al menos verla, los Cullen la buscarían y eso no estaba en sus planes.

Al llegar a las afueras, en un lugar casi desértico, la joven vio a lo lejos un monstruo que parecía más un cerdo con hormonas que cualquier otra cosa. Cuando estuvieron frente a frente le dijo que dejara ir al gran caballo negro que tenía detrás, lo que significaba que no tendría que andar a pie, agradeció internamente ya que no se sentía dispuesta a caminar. Por fortuna, su compañero de viaje no parecía querer hablar mucho, así que aceptando la ayuda que el reticente sujeto le dio se subió al caballo y trató de no pensar demasiado en lo que estaba sucediendo y sucedería, para que no le afectara tanto...

Una semana después, Bella empezó a sentirse muy enferma, vomitando en la mañana y casi siempre después de comer, pero le atribuyó todo eso a lo que parecía ser un embarazo casi confirmado. Como querían que ella desapareciera rápido no descansaban mucho y siempre viajaban por partes desoladas y escabrosas.

Después de dos semanas, el demonio por fin trató de ser más civilizado y la dejaba descansar e incluso, intentaba mantener conversaciones medianamente decentes con ella. Agradecía eso, pero también lo resentía, ya que de todos modos era un peón de Alistair y eso significaba que no era nada bueno.

Tres semanas más pasaron y la castaña pudo notar cómo su estómago se hinchaba, casi de una manera imperceptible pero la prueba estaba allí, y con cada día que pasaba era más fuerte su convicción de que su decisión no había sido la más errónea que había tomado, debía cuidar a ese pequeño bebé que crecía dentro de ella... costara lo que costara.

Su compañero de viaje le avisó que ya llegarían a su destino y que desde allí tendría que arreglárselas sola. Le dejó el caballo y estando a las afueras de un pueblo totalmente desconocido desapareció dejándola ó lentamente para dirigirse hacia donde estaban las personas, todos exhibían piel de un todo acaramelado, así que supuso que la habían llevado hasta el territorio de los quileute. Notó que todo el mundo parecía estar aglomerado en la plaza, y curiosa fue a ver lo que sucedía.

Cuando avanzaba se percató de que la gente la miraba de una manera extraña y por un momento no logró comprenderlo hasta que recordó que habían sido semanas desde la última vez que se había bañado o siquiera limpiado.

Avergonzada, quiso salirse del montón pero estaba casi en el frente y la gente no permitía que nadie se moviera. Decidió que esperaría hasta que todos se dispersaran y así miró hacia adelante para ver qué era tan importante.

Sorprendida, vio que quien estaba al frente era nadie más que Jacob, junto con un par de sujetos casi iguales de grandes que él. Asustada, intentó salirse del tumulto pero sus intentos fueron en vano y recibió el efecto contrario a lo que deseaba, llamando la atención del joven.

En un comienzo pareció no notarla, solo la había escuchado pero después, al olfatear el aire, sus ojos llegaron hasta ella. Los ojos de Bella se llenaron de lágrimas sin derramar, no se suponía que tenía que encontrarse con alguien que la conociera y menos que pudiera avisarle a Edward donde estaba, pero había extrañado tanto una cara familiar, y él lo era, más o menos.

Cuando toda la gente se empezó a dispersar, la joven quiso correr pero en un parpadeo el moreno se encontraba a su lado y la observaba interrogante.

—¿Qué haces aquí, Bella? La última vez que te vi parecías estar muy contenta con el Cullen —bromeó, pero al ver la desolada mirada de la muchacha, le preguntó preocupado—: ¿Acaso ese idiota te hizo algo malo?

Bella no pudo resistirlo más y se lanzó a sus brazos llorando desconsoladamente mientras susurraba "no" incesantemente. El joven de cabello azabache solo se limitó a consolarla en silencio, ya después entendería qué le sucedía a la muchacha y lo que fuera, no dudaría en ayudarla.

...

Por más que buscaban sin detenerse, los Cullen no tenían ni una sola pista del paradero de Isabella. El príncipe más joven estaba al borde de la total desesperación y todos en el castillo caminaban en puntas debido a la tensión. Aunque Alice le insistía a su hermano que la encontrarían este no parecía creerle ni un poco.

Dos semanas después, llegó un comunicado. En el área roja de los territorios aledaños se encontraba Alistair y su ejército, retaban a los Cullen y a otros reinados que los apoyaban. Además, advertían que si no decidían luchar, empezarían a invadir los pueblos desde antes.

—¡Tenemos que ir a patearles el trasero! —gritó Emmett a su padre al momento en el que les dio la información. Exhalando fuertemente, el rey trató de explicarle al pelinegro que no era la táctica más astuta. Primero tenían que hablar con los otros reinados para ver si pelearían con ellos o no. Edward lo secundó sabiendo que no estaban preparados para algo como eso y quería ir con toda su artillería a matar al bastardo que lo había separado de la mujer que amaba.

—De acuerdo, Ed. Nos prepararemos y luego destruiremos a este maldito bastardo bueno para nada.

Ahora todo sería cuestión de tiempo.

The Half Demon Prince [Fic]Where stories live. Discover now