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Se acercó el atardecer. Kaito se quedó mirando por la ventana y yo me metí en la cama. Observé de nuevo aquella pluma blanquecina. Era la pluma del ángel que me habló, sin duda.

FLASHBACK

     —Será mucho más fácil si te deshaces de todo. De esa forma encontrarás la paz. Mikaru, deberás renunciar a todo. A todo tu ser...

FIN DEL FLASHBACK

Deshacerme de todo... ¿eh?

Eso implica deshacerme de todas mis cosas materiales también. En ese caso...

     —Kaito —Lo llamé con un tono de voz animado. Ya que iba a ser mi última conversación con él, quería mostrarle mi mejor sonrisa.

     —Dime.

Le enseñé el colgante que me regaló aquel día en la fuente del jardín.

     —Te devuelvo esto. Hasta ahora temía que si algún día me desprendía de él, te marcharías de mi lado y no volvería a verte nunca más. Sin embargo, ya no lo necesito.

     —Pero es tuyo.

     —No me malinterpretes. Es que me he dado cuenta de que incluso sin el colgante, tú y yo podemos seguir conectados, y con eso basta. Cógelo.

     —En ese caso, de acuerdo. —Se acercó y lo tomó.

     —Me siento cansada. Si no te importa, voy a dormir un rato.

     —Claro, pero llámame si vuelves a tener pesadillas, ¿vale?

     —Gracias por todo, Kaito.

Le mostré mi última sonrisa.

Kaito me ha ido dejando de lado al enamorarse de Luchia, pero ahora mismo no puedo odiarlo. Ni a él ni a ella. Es mejor que simplemente me vaya de este mundo, así dejaré de sufrir de una vez.

Cuando Kaito salió del cuarto dejé la pluma en mi almohada y escapé por la ventana. Me dirigí al acantilado y me posicioné en su extremo.

     —Tengo que encontrar a ese ser de las plumas blancas. Por favor, muéstrate ante mí una vez más. Sálvame. Pon fin a mi sufrimiento. Por favor, haz lo que te pido —supliqué, entrelazando los dedos de mis manos.

De pronto, cayeron del cielo unas columnas enormes de ADN doradas que se impregnaron en el mar.

     —¿¡Qué está pasando!?

El viento se hizo más fuerte y aquel ser de las alas blancas apareció frente a mí, asignando luz a todo el lugar.

     —Mi querida Mikaru, has sido sabia al venir a mí. Me llamo Mikel, y soy tu otra mitad.

     —¿¡Que tú eres mi otra mitad!? ¡No lo entiendo! ¿Qué quieres decir con eso?

     —Esos humanos mortales una vez nos robaron la Tierra y la degradaron a su actual estado. Pero ahora ha llegado el momento de llevar a cabo nuestra venganza. Mikaru, únicamente tú has sido elegida para apoyarme en mi renacer. Echa un vistazo a tu vida como mortal. ¿Has tenido un momento de verdadera felicidad en el tiempo que llevas viviendo?

FLASHBACK

     —QUÉDATE. QUÉDATE. ¡KAITO, NO TE VAYAS...!

No lo podía creer, me estaba dejando. Me estaba dejando para siempre Se dirigió hacia la puerta y la cerró detrás suya aun rompiéndome la voz por él, gritándole que se quedara, que no me dejara sola, que podría morir si él se iba.

Se fue.

FIN DEL FLASHBACK

     —Tu sufrimiento y tu dolor han sido los que te han traído hasta aquí. Desde ahora has dejado de ser uno de ellos. Ya no te corresponde habitar en este mundo. —Me tendió la mano—. Fúndete conmigo... Ven, deja descansar tu alma.

Comencé a soltar algunas lágrimas. Estaba nerviosa e indecisa, tenía mucho miedo. Era o todo o nada en aquel preciso momento. Iba a echar de menos a Kaito y a mi hermano, pero ya no podía más. No podía seguir viviendo así. Sola, sufriendo siempre, con dolores todo el rato, teniendo pesadillas constantes... No podía soportarlo más.

     —¿Qué ocurre? ¿No quieres ser libre? Mikaru, ven conmigo, vuelve ahora junto a mí.

Adiós...

Adiós, Kaito...

Cerré mis ojos y dejé que el mar tragara mis últimas lágrimas.

Caí del precipicio y justo antes de chocar contra el agua, emergieron de mi espalda unas alas blancas como las de Mikel. Volé hasta posicionarme frente a él.

Por fin iba a poder descansar de todo mi sufrimiento.

【Renacer】» Mermaid MelodyWhere stories live. Discover now