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Era sábado por la mañana, el día que Kaito había quedado con esos chicos para ir al mar.

     —Te traigo el desayuno —me dice él, dejando la bandeja en la mesita de noche.

     —Gracias.

     —¿Te encuentras bien?

     —Me siento un poco acalorada, pero se me pasará en cuanto descanse.

     —Todavía tienes algo de fiebre —dice él tras tocar mi frente—. Dejaré lo del surf para otro día.

     —No te preocupes por mí, ve. No estaría bien que dieras plantón a tus amigos.

     —Pero...

     —Me encontraré mejor en cuanto descanse.

     —De acuerdo. Volveré muy pronto. Tómate todo el desayuno, ¿vale? —me dice, guiñando un ojo.

     —Vale. Diviértete.

Seguía sin gustarme la idea de que hiciera surf, pero se le veía tan ilusionado que no podía retenerle. Además, ya se lo había prometido a esos chicos. Hubiera estado más tranquila yendo con él, pero me encontraba un poco mal.

Tras muchas horas, al final del día, llegó a casa. Me dijo que le gustó la experiencia y que no le había pasado nada, pero siendo sincera... creo que me mintió.

Bueno, no le conozco desde hace tanto tiempo, pero... traía un rostro desconcertado, como si de hecho, algo muy importante hubiera pasado. Seguramente habría tenido algún tipo de accidente, pero me insistió en que no le había pasado nada. Si vuelve a ir, quiero acompañarlo.

Estaba algo distante. Lo vi sentarse durante mucho tiempo en la fuente, con la cabeza en las nubes. No quería hablarme de ello, y yo tampoco tenía energías para insistirle.

Aquella noche tuve una pesadilla en la que él me abandonaba.

【Renacer】» Mermaid MelodyWhere stories live. Discover now