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Hoy estaría dispuesta a sorprender a Kaito. Aunque haya recordado a Luchia no me pienso rendir.

Me compré un traje de surf y una tabla y me fui a la playa temprano. Justo al llegar lo vi saliendo del agua.

     —¡Kaito!

     —Mikaru, ¿qué haces aquí en la playa y vestida así?

     —Quiero que me enseñes a hacer surf.

     —¿A hacer surf? —Por cómo lo preguntó, no parecía para nada interesado.

     —Es que me encuentro tan bien que siento que puedo hacer cualquier cosa que me apetezca. Incluso salir a hacer surf. ¿Qué te parece?

     —La... verdad...

Su cara parecía gritar que no me quería allí. La voz de Luchia sonó, llamándole. Cuando él la miró, su rostro se iluminó. Era otro Kaito completamente diferente.

Antes no era así. Antes era conmigo con quien le brillaba el rostro, y a Luchia la miraba con indiferencia. Ahora parece que me odia y solo quiere estar con ella. No me parece justo.

     —¡Kaito, te he traído el almuerzo! ¡Corre, ven! —gritaba Luchia. A su lado estaban Hanon y Rina.

     —¡Voy, gracias!

     —¡Kaito, espera!

No me hizo ni caso.

Ni un simple "adiós". Ya ni eso. Le da igual que yo esté aquí para aprender a hacer surf, que me haya tomado la molestia de comprar el equipamiento y buscarlo a él.

Empezaron a hablar, delante mía, a solo unos metros.

Entonces tuve una idea. Hice como que me caía al suelo y empezaba a toser fuertemente, llamando así la atención de Kaito, quien se puso a mi altura.

Al parecer tengo que estar súper enferma para que Kaito me haga caso. Si estoy sana me puedo ir a la mierda, ¿no?

Kaito antes no era así.

     —Mikaru, ¿qué te pasa? Sabía que te estabas excediendo.

     —¡Mikaru! ¿Estás bien? —habló Luchia acercándose a mí.

Le aparté la mano bruscamente y la miré con odio.

La odio.

Antes sentía más benevolencia por ella, pero ahora la odio. Ella es la razón por la que Kaito me ha dejado sola. Por ella estoy sufriendo tanto. La odio porque por ella, la persona que más he amado en toda mi vida se ha alejado de mí. Ella ni siquiera sabe lo importante que es él para mí.

Me miraba con tristeza. Supongo que pensará que soy una borde, pero me da igual lo que piense de mí, ni siquiera quiero caerle bien. Esto lo hago para seguir con vida.

     —De repente no me encuentro muy bien. ¿Te importaría acompañarme a casa, Kaito?

     —Por supuesto que no. Pon tu brazo alrededor de mis hombros. —Lo hice y nos levantamos—. Lo mejor será que lleve a Mikaru a casa.

     —Sí, es lo mejor —dijo Luchia.

     —Luchia, espérame en mi casa. Vuelvo enseguida.

De eso nada.

Porque no vas a salir de la mía.

Kaito abrió la puerta de la mansión.

     —Ya llegamos, Mikaru. ¿Serás capaz de llegar a tu habitación so-

Me abracé a él como si no hubiera un mañana. Apreté todo su cuerpo con mis mayores fuerzas para que no escapara.

【Renacer】» Mermaid MelodyWhere stories live. Discover now