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Un ángel de grandes alas blancas y larga cabellera aguamarina estaba en frente de mí. Estaba segura de que era el mismo que me habló la otra vez. Me decía:

Tanto dolor, tanto sufrimiento... Siento mucha lástima por mi otro yo. Pero no temas, te prometo que voy a construir un mundo nuevo para ti y para mí, y así tu sufrimiento se acabará.

Mi nombre es Mikel

Ahora, ¡despierta a la vida, mi otro yo!

Al terminar esa frase se abalanzó sobre mí con ojos totalmente blancos.

Me desperté con la respiración acelerada y temblando.

     —¿Qué ocurre? ¿Qué ha sido eso? No me gusta, tengo miedo...

Vi como una pluma blanca descendía desde algún sitio hasta caer en mi cama. La sostuve en mis manos.

Algo ha ocurrido mientras dormía. Ahora que lo pienso, siempre ha sido así. ¿Es que hay alguien más en mi interior? ¿Es posible que sea eso?

Toc, toc

Guardé la pluma bajo la manta.

     —Adelante.

Quien estaba tras la puerta era Kaito. De nuevo había decidido quedarse en mi casa. Me tiene loca con tanto "me quedo, me voy" pero en fin, admito que me gusta su compañía.

     —Hola, Kaito —lo saludé, no muy enérgica.

     —Hola, Mikaru. —Tomó asiento en una silla—. ¿Cómo te encuentras hoy?

     —Siento dolor en el pecho.

     —¿En serio? ¿Quieres que llame al médico?

     —No. Es inútil, los médicos no pueden ayudarme.

     —Pero...

     —Hace días... que siento que no soy yo. En realidad hace bastante tiempo que tengo esa sensación.

     —¿Qué te hace sentir así?

     —Llevo muchos años teniendo sueños muy extraños. Son sueños... que casi no parecen serlo.

     —¿Qué es lo que sueñas?

     —Mira esto.

Le enseñé la pluma de antes. Su rostro fue de total desconcierto.

     —Kaito, ¿tú sabes qué es esto?

Él se quedó un rato en silencio. Terminó pronunciando:

     —No lo sé.

     —Me pregunto qué será. En mi sueño vi caer esta pluma de una enorme ala blanca que flotaba justo delante de mí.

     —Mikaru...

     —Me pasa algo malo, de eso estoy segura...

     —¡Eso no es verdad! Te pondrás bien, ya verás.

     —Desde que era pequeña mi padre me decía que yo era distinta de las demás niñas. Siempre tenía dolores de cabeza, me pasaba el día tomando medicinas... Lixto interfería e insistía en que no necesitaba nada de eso. A menudo me costaba respirar, así que dormía mucho. No podía jugar fuera de casa con los demás niños. Los amigos que tenía poco a poco se fueron distanciando, y me quedé totalmente sola. Sé que no te gusto así. Ni siquiera yo me gusto. Es como si no fuera realmente yo.

Me levanté de la cama y me posicioné frente a la ventana. El peli-naranja se puso a mi lado.

     —Eso que dices no es verdad. Tú sigues siendo tú.

Kaito seguía insistiendo en que me pondría bien y que yo era yo, pero no sé... Hace un tiempo que estoy muy confundida. A veces siento como si alguien más estuviera dentro de mí.

Es horrible sentir esto. Me gustaría no tener pesadillas y no tener esta enfermedad que me está matando...

¿Por qué yo?

【Renacer】» Mermaid MelodyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora