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Hoy Kaito y yo decidimos ir a ver el mar, para sentir la brisa y relajarnos un poco. Aunque no pueda venir mucho a verlo, me encanta el mar. Me siento bien cuando oigo el sonido de las olas o cuando inhalo su olor.

Todo era perfecto. Yo estaba sentada en las rocas y Kaito al lado mía, de pie. Estaba admirando, al igual que yo, el océano tan hermoso.

     —El sol del verano es súper agradable.

     —Sí, ya lo creo.

     —Me pregunto si el año que viene estaré lo bastante bien para poder bañarme en el mar...

     —Seguro que sí.

     —Me gustaría mucho —expresé, admirando con una especie de melancolía las aguas cristalinas en las que deseaba bañarme.

     —Entonces tenemos que lograr que te mejores pronto.

Un viento fuerte hizo volar mi pamela.

     —¡Mi sombrero!

Al alzar mi brazo para intentar atraparlo, me caí en el agua, la cual estaba bastante cerca. Mojé toda mi ropa, pero tampoco era muy importante. Al fin y al cabo, era solo agua.

     —¡Mikaru!

Kaito se metió en el agua para socorrerme, pero al ver que yo estaba bien, se tranquilizó.

     —Parece que no te ha sentado mal.

Mejor que eso, me sentía estupendamente. El agua era muy suave en mis pies. Empecé a reírme y a salpicarle, me estaba divirtiendo mucho.

     —¡Mikaru, para! —Escuché que decía mientras reía.

Sin embargo, como de costumbre, aquel buen rato duró poco. Me sentí extremadamente débil de repente y acabé desmayándome.

[ . . . ]

Estaba acostada en mi cama. Mi hermano me había puesto un trapo húmedo en la frente; estaba sentado a mi lado.

     —¿Te encuentras bien?

     —Sí... ¿Dónde está Kaito?

     —Ha ido a la farmacia a comprarte medicinas. ¿Qué estaba haciendo? Se supone que cuando está contigo es para cuidar de que no te pase nada.

     —No ha sido culpa de Kaito. Por favor, hermano, no te enfades. Él cuida de mí siempre.

     —Mikaru... No te preocupes por nada, ahora descansa —aconseja ahora algo más tranquilo.

[ . . . ]

Me había quedado dormida. Estaba teniendo pesadillas.

Padre...

Padre... Mi ala está... Mi ala está...

Rota...

[ . . . ]

Kaito llegó con las medecinas, le pregunté por qué había tardado tanto.

     —Bueno... fui un momento a mi casa. —contestó algo inquieto—. Sigue descansando.

Me dejó sola en la habitación.

Últimamente está mucho fuera y evita responder cuando le pregunto dónde fue... No me gusta pasar tanto tiempo alejada de él. Kaito... ¿qué es lo que pasa por tu mente?

【Renacer】» Mermaid MelodyWhere stories live. Discover now