-¿A qué te refieres?-

No pude seguir hablando porque sentí un gran peso en mis espaldas, y por la sorpresa solté mi teléfono que se cayó. No sé cómo, pero logré estabilizarme, y afirmar aquel bulto.

-Hola.- Escuché la voz de Annie sobre mi y sólo pude soltar una carcajada, a la que se ne unió.

-¿Dónde diablos estabas?- Pregunté. -No sabes lo que sentí esta mañana cuando desperté y no estabas.-

Bajó de mí y dió la vuelta para quedar en frente mío.

-Lo siento.- Me dijo. -A la próxima te diré antes de salir.-

-¿Y cómo me compensarás?- Pregunté con una mirada perversa. Si cara de volvió completamente roja.

-No lo sé.- Respondió bajito y mirando hacia abajo, no creo que haya sido muy buena idea.

-Qué bueno que yo si.- Le tomé la barbilla para que me mirara y me acerqué poco a poco a sus labios, que se volvieron mi adicción hace poco tiempo.

Cuando ya no pude contenerme más, la besé muy dulcemente. Nos separamos por falta de aire y junte nuestras frentes.

-¿Sabes lo mucho que odio el aire?- Pregunté. -Hace que deba salir del agua y me separa de los hermosos besos de mi novia.- Ella sonrió. -¿Sabes lo mucho que amo tu sonrisa y mejillas sonrojadas?-

-¿Y tú sabes lo mucho que me encanta que hables así?-

-¿Y ustedes saben lo poco que me gusta encontrarlos empalagosos casa vez más seguido?- Dijo alguien a que estaba al lado de nosotros. Ese alguien es mi queridito amigo Jason. Por el susto nos separamos al instante, pero cuando vimos quien era, Annabeth escondió su cara en mi pecho, y como odio tanto que haga eso *inserte sarcasmo aqui* la abracé con fuerza.

Fuimos a la cocina los tres, en donde Annie comenzó a prepararnos algo sin que le dijeran nada, lo que me sorprendió, no sabía que fuera tan amable como para cocinar sin que se lo pidieran, me recuerda a mi madre, ella hace lo mismo.

Poco a poco comenzaron a llegar los demás, Leo a penas llegó, comenzó a coquetear con ella, para que le deje comer antes, pero Annie jamás cedió, es más, a cada provocación ella me daba un beso, como para dejar claro que es mía, por supuesto, yo jamás me cansé de esa parte, a pesar de que por momentos hervía de celos, y creo que no fui el único.

Una de las amigas de Annabeth no se atrevía a levantar la mirada, una vez lo hizo y tenía la cara roja y los ojos diferentes, creo que a esa chica le gusta Leo, lo cual es muy extraño, considerando que el duende latino es muy raro casi siempre.

-Chicos.- Dije atrayendo la atención de todos aquí. -¿Alguno ha visto mi teléfono?-

-¿No lo habías tirado hace rato?- Respondió Annabeth. -Cuando casi te caes.- Tenía las mejillas un poco sonrosadas, diría a que está evitando decir el hecho de que se arrojó sobre mi.

-Tienes razón, iré a ver. Leo, aléjate de Annie mientras no estoy.-

-Qué no me digas Annie.- Gritó mi amada novia.

Solté una carcajada y fui a donde recuerdo que tiré mi celular.

-¡No!- Grité lo más fuerte que pude, y como es lógico, todos vinieron aquí, incluso el padre de Jason.

-¡¿Qué pasó?!- Gritó el último.

-¡Mi bebé, se rompió!- Volví a gritar.

Recuerden que a mi familia no le sobra mucho en dinero, no podemos darnos el lujo de comprar otro. Pero este obviamente ya no servía, la pantalla esta rota, los botones también y se desarmó por detrás.

-Lo siento mucho Percy.- Dijo Annie. -Te compraré otro.-

-¿Tú estás loca? No puedes darme un teléfono nuevo. No es correcto.-

-Cómo yo lo veo si que lo es, por mi culta tu teléfono de rompió, lo justo es que te pase uno nuevo.-

-Tal vez sea lo justo pero no y dejaré hacerlo.- Dije un poco molesto.

-¿De verdad su primera pelea es por un teléfono roto?- Dijo Calypso claramente sorprendida.

-¡No es una pelea!- Dijimos Percy y yo al mismo tiempo. Jason rodó los ojos.

-Ese es mi señal de retirada. No quiero a otro par de enanos dando vuelta.-

-¿Enanos?- Preguntó Pipes.

-Nos hermanos pequeños.- Dijo Annie. -Suelen hablar al mismo tiempo y Jason les tiene.-

-Sin aterradores.- Confirmó el rubio. -Piper, ¿puedes venir conmigo?-

Annabeth PoV:

Ella aceptó y siguió a mi amigo hasta el patio trasero. Miré a Thalia de forma cómplice, quien me entendió y las dos salimos corriendo escaleras arriba, hasta la habitación de Jason. Trabamos la puerta y nos escondimos en el balcón, que por cierto los da una vista al completa del jardín.

-¿Crees que le pedirá?- Susurró Thals.

-Pues claro, ¿tienes alguna duda?-

-¡Ustedes dos que están en mi habitación, o salen por las buenas, o iré por ustedes!- Gritó Jason.

-Nos conoce bien.- Dije.

-¡Agua fiestas!- Gritó como respuesta su hermana.

-Vámonos de aquí Thals, o no se le declarará.-

- ¿Se puede saber que hacen ahí?- Preguntó Leo cuando abrí la puerta. Todos los habían seguido y ahora estaban parados en la puerta, hasta el señor Grace.

-Algo muy bueno.- Dijo Thals, yo estaba aguantandome las ganas de reírme.

-¿Cómo que?- Siguió Leo. -¿Cómo pedirle a Calypso que salga conmigo esta tarde?-

¿Será...? (Fanfic Percabeth) (En Edición 54/89)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora