Capítulo 25

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Percy PoV:

Estaba a sólo unos centímetros de la boca de Annabeth, besarla era algo que quería hacer desde hace mucho tiempo, sólo unos centímetros más, pareciera que ella quiere lo mismo que yo, porque también se acercaba a mí, en estos momentos estaba muy feliz, al descubrir que ella me desea tanto como yo a ella.

La hubiera besado de no ser por ruido al otro lado de la piscina, Annabeth se asustó tanto que perdió el equilibrio y cayó a la piscina, miré que había sido y era un pájaro, un estúpido pájaro. Casi me ponía a gritarle cuando escuchó a Annabeth gritar como una desquiciada, era algo divertido de ver, si no hubiese querido tanto como la quiero, me hubiera reído de ella, pero la quiero, así que me saqué la polera y me arrojé a la piscina para salvarla.

La abracé por la cintura y la apegué a mí. Nade lentamente hacia la orilla. Aunque ella no hacía muy fácil llegar a la orilla, pataleaba y gritaba. Llegó a pegarme en la cara.

-Annie, cálmate, si te callas será más fácil llegar a la escalera. Respira, inhala, exala.- Seguí diciéndole eso hasta que llegamos a la escalera. -Aquí, afirmate de aquí.-

Ella se impulsó hacia arriba, estaba temblando, yo la seguí y abracé.

-Ya, tranquila, todo está bien, ya estás a salvo.- Dije, estuvo en silencio y me dejó abrazarla durante unos minutos.

-Lamento el escándalo.- Dijo.

-No te preocupes, es normal tenerle miedo a algo, pero te diré que mientras esté cerca de ti, el agua no te lastimará jamás.-

-Gracias Percy, eres un gran chico.-

-¿Estás mejor?- Sentí como asintió. Me separé de ella y le ofrecí mi mano. -Ven.-

La tomó en silencio y la arrastre nuevamente a los camerinos, tenía unas toallas allí, le pasaría una, luego la llevaría a su casa.

Ella aceptó la toalla y comenzó a secarse, decidí salir para que esté más cómoda, yo que me sequé fuera. A los pocos minutos salió con la toalla en su cabello.

-¿Quieres que te lleve a tu casa?- Pregunté.

-Percy, no me paso nada, gracias a ti.-

-Por la misma razón, un héroe debe dejar a su princesa en la puerta de su Castillo.- Ella soltó una carcajada. Lo que me hizo sonreir.

-Mi casa está llena de secretos que no estoy lista para revelar.- Dijo con una sonrisa.

-¿Will conoce esos secretos?-

-¿Qué tiene que ver Will aquí?-

-Tiene que ver que un tipo que te usó pueda conocer esos secretos, pero yo que te acabo de sacar de la piscina, que te da miedo, no pueda.- Dije evidentemente molesto. Y me di la vuelta para no desquitarme con ella.

-Lo lamento, te agradezco que me hayas salvado, te prometo que te contaré todo acerca de mí cuando llegue el momento. Más de lo que les he dicho a todos.-

No la escuché durante un rato, me doy la vuelta y ella no estaba ahí, sus cosas tampoco, ni siquiera mi toalla. Tomé todo lo mío y salí corriendo detrás de ella. No la veía por ninguna parte, fui a la entrada principal y tampoco estaba ahí. Revisé fuera de la escuela y ella estaba corriendo en dirección contraria a dónde yo estaba.

Obviamente corrí detrás de ella, sólo que no dejé que ella me vea, si no quiere decirme nada, yo lo descubriré.

A eso de 20 minutos caminando, entramos en un barrio muy elegante y caro, algo que mi familia jamás podría aspirar. Creo que por aquí vive Jason, no me equivocaba, nos adentramos un poco más y ahí estaba la casa de uno de mis mejores amigos, ahí es donde se detiene Annabeth, sólo que entra a la casa de al frente de dónde vive mi amigo.

Déjenme ver si entendí, ¿Annabeth es vecina de enfrente de mi mejor amigo y no lo sabía? ¿Ella le miente a toda la escuela? ¿O sus padres trabajan en aquella casa? Sólo hay una forma de averiguarlo, tocando el timbre.

Me abrió una mujer de unos 30 o 40 años, probablemente la madre de Annabeth.

-Buenas tardes, ¿Busca a alguien?-

-Si, a Annabeth Chase. ¿Está en casa?-

-¿Quién lo busca?-

-Un amigo de la escuela.-

-Le avisaré en seguida, por favor, adelante.-

-No, sólo quería saber si ella vivía aquí.-

-Así es, disculpe pero ¿no sabía que era hija del decano de una de las mayores universidades del país?-

-No lo sabía. Pero eso quiere decir que si tiene dinero, ¿verdad?-

-Así es, ¿alguna otra pregunta?- Dijo muy amablemente.

-Si, una más, ¿ella tiene algún tipo de relación con el chico que vive allá.- Dije señalando la casa de mi amigo rubio.

-Si, la señorita Annabeth y los hermanos Grace han sido amigos desde que eran unos niños.-

-Muchas gracias, es muy valiosa esa información.- Luego cerró la puerta.

Y realmente lo era, me fue muy interesante, ya que significa que no me enamoré de una chica que no existe, en su lugar hay una princesita de papá que gasta su dinero en cosas sin sentido. Aunque ella cree que soy de su misma clase social. Al parecer nuestro amor, o lo que sea que haya entre nosotros, se basa en una mentira, en una gran mentira.

Llegué a casa muy deprimido, aunque en cierta forma me sirve para saber que si ella de verdad me quiere, no es por el supuesto dinero que tengo, si no porque de verdad le gusto como soy. Eso es bueno, ¿no? Ahora lo difícil es que ella se de cuenta de que yo no la quiero por su dinero, eso sí es que aún quiero que sea mi novia, porque no me agrada que me mienta así como lo hizo.

Aún no entiendo cómo es que no quiere que nadie sepa cómo es en realidad ella, digo, tiene todo lo necesario para no ser invisible, pero se esconde de todos. Tiene belleza, fortuna y cerebro, una combinación que no es muy común.

Me acosté esa noche pensando en que es lo que haría con todo esto, porque Jason, mi mejor amigo, y Annabeth, la chica que me gusta, me mintieron. Pero yo también les mentí a ellos.

¡Qué difícil se está volviendo mi vida en estos momentos!

¿Será...? (Fanfic Percabeth) (En Edición 54/89)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora