¿Será...? (Fanfic Percabeth) (En Edición 54/89)

Capítulo 48

Annabeth PoV:

No les he hablado a nadie de lo que mi padre me dijo, pero aún no desisto de saber.

El lunes después de la escuela fui a la empresa de Neptuno, trataré de hablar con él en persona de ser posible, y si no es así, por lo menos intentar fijar una fecha para que me reciba.

Llegué a la recepción, en donde me dijeron que el señor tenía unos minutos libres dentro de poco, subí y esperé al lado de su secretaria a que salieran las personas que están dentro. Estaba en eso cuando suena mi celular.

-Hola.- Saludé.

-Hola Annie, soy Percy.- Una sonrisa se instaló en mi rostro.

-¿A qué se debe tu inesperada sorpresa?-

-Pues tenía ganas de escucharte y de verte si fuera posible.- ¡Qué tierno! Me derrito por él constantemente.

-Me encantaría poder verte, pero tengo cosas que hacer hoy y no sé a qué hora terminaré.-

-¿Entonces mañana?- Preguntó.

-Mañana está perfecto.- Sonreí aún más de ser posible.

-Te veré mañana entonces.-

-Si termino luego te llamaré, tal vez nos veamos después también.-

-Increíble.- Es ese momento salieron muchas personas de la oficina, así que tuve que despedirme de mi novio.

-Adiós, me tengo que ir, luego te hablo.-

-Adiós, cielito.- Estoy segura que me sonrojé un montón en ese momento. -Que te vaya bien en todo lo que tengas que hacer.- Este chico me dará diabetes un día de estos.

-Muy bien señorita.- Dijo su secretaria. -Ya puede pasar. Pero trate de ser rápida, no tiene mucho tiempo para atenderla.-

-De acuerdo, y gracias.- Respondí.

Entré a la oficina de aquel gran señor, dueño de una gran empresa, pero no crean que por eso me intimidará, luego de estar con mi madre, y aprender a convivir con su presencia, no hay nada que logre intimidarme.

Él estaba sentado en su escritorio revisando algunos papeles.

-¿En qué puedo ayudarle señorita?- Me preguntó.

-Hola, mi nombre es Annabeth, y soy una estudiante en la secundaria Goode.-

-Discúlpeme señorita, pero tengo mucho que hacer como para enterarme de donde estudia.-

-Claro, lo siento.- Él asintió.

-¿Y entonces...?- Preguntó. -Valla directo al grano.-

-Está bien, si así lo quiere.- Hice una pausa para armarme de valor. -¿Cuál es su relación con el señor Júpiter Grace?- Ahora me prestó toda su atención?-

-¿Quién te envió?- Preguntó con un tono molesto.

-¿Por qué las personas creen que alguien envía a hacer las preguntas incómodas?- Pregunté con un tono igual de enfadado.

-Porque es lo que suele pasar, simplemente.-

-No se preocupe que nadie me envió, es más, nadie de mi familia sabe que estoy aquí.-

-¿Y por qué viniste entonces?-

-Porque quiero saber la verdad, pregunté en casa y me hablaron sólo de la versión de su hermano, quiero saber la suya para decidir que hacer.-

-¿Y qué te hace pensar que te ayudaré?- Me preguntó.

-Lo sé porque estoy convencida que dadas las circunstancias, usted estará loco por poner a alguien cercano a su hermano en su contra, ¿verdad?-