Capítulo 10

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"Si la justicia existe,

tiene que ser para todos;

nadie puede quedar excluido,

de lo contrario ya no sería justicia."

Paul Auster

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El día del juicio amaneció nublado y ventoso, acorde con el ánimo de todos. Empezarían a las diez de la mañana, y habían anunciado que dejarían entrar al público hasta que se llenase la sala de audiencias, por lo que Castle siendo previsor, se fue muy temprano, por si había mucha gente, como se esperaba, ya que primero quería pasar por el cementerio, como hacía a diario. Ese día solo estuvo unos minutos, despidiéndose de ella para ir a la Corte. Fue de los primeros en llegar, aunque le sorprendió encontrar a varias personas que ya estaban esperando, eran los trabajadores de una empresa que había quebrado debido a los sucios manejos de Bracken y que como él, y muchos más que irían llegando después solo querían verle la cara al desalmado que les había arruinado la vida.

Se colocó de los primeros cerca de la puerta, un policía de los muchos que había por allí y que se encargaban de la seguridad y de mantener el orden, les indicó que deberían de hacer una fila, que no querían jaleos, y que estaban autorizados para desalojar la zona si veían que empezaban los problemas. Había varios patrulleros, camiones de policía, así como camiones de distintas cadenas de televisión.

Los periodistas pululaban por toda la zona, buscando a quien entrevistar, y siguiendo a todos los que se acercaban por allí por si estaban directamente relacionados con el caso y podían obtener alguna exclusiva para sus cadenas. Castle que imaginaba que aquello podría pasar, pero nunca a tan gran escala, había tenido la buena idea de ponerse gafas de sol y un sombrero, que junto con la gabardina que llevaba, por supuesto todo en color negro, lo hacía parecer algún tipo de agente secreto.

Sabía que quizás exageraba en las precauciones, pero lo último que quería es que lo reconociera algún periodista y empezaran a preguntarse el motivo de su asistencia al juicio, y que tenía él que ver con todo eso. Sabía que siempre podía apelar a la excusa de la documentación para una de sus novelas, máxime cuando pensaba escribir una sobre todo lo relacionado con el senador, pero por si acaso no quería que nadie empezase a tirar del hilo y a hacer conjeturas y terminara averiguando, la relación de la muerte de su musa e inspiración para el personajes de Nikki Heat con Bracken. Ya llegaría el momento en que el mundo supiese quien había matado a Kate Becket, pero todo sería a su debido tiempo.

Tuvo que esperar más de dos horas, hasta que se abrieron las puertas. En ese tiempo, aprovechó, para prestar atención a todo lo que ocurría a su alrededor. Eran muchos los que allí había buscando venganza, querían ver a Bracken entre rejas, pues por su culpa habían perdido algo o a alguien valioso en su vida, sus casas, sus trabajos, sus familiares. Castle respondía educadamente si alguien le preguntaba, pero intentaba no inmiscuirse ni relacionarse con nadie. Realmente aquello se estaba convirtiendo en un circo romano.

Cuando por fin pudieron entrar, después de tener que pasar por un arco de seguridad, los policías que allí había, los fueron guiando para evitar aglomeraciones hasta la sala donde se celebraría el juicio. Era una sala muy amplia, la gente empezó a apresurarse para coger los mejores sitios. Castle pudo sentarse en segunda fila, bastante cerca de donde se desarrollaría todo. Se quitó el sombrero y la gabardina y guardó las gafas de sol en el bolsillo interior de la chaqueta, de donde sacó un cuaderno de notas Moleskine y un bolígrafo, pues quería tomar notas de todo lo que allí pasara.

Mientras que esperaba a que el juicio diese comienzo, empezó a anotar, como era el lugar, las personas que le rodeaban y de que acusaban al senador, con objeto de no olvidar nada y poder documentarse cuando llegara a casa esa noche y empezar así, a preparar el material para el que pensaba que sería su próximo libro.

Mi vida sin tiWhere stories live. Discover now