Capítulo 9

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"Solo existen dos días en el año en los que no se puede hacer nada.

Uno se llama ayer y otro mañana. Por lo tanto hoy es el día ideal

para amar, creer, hacer y principalmente vivir"

Dalai Lama

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El juicio contra el senador William H. Bracken, era la principal noticia de todas las cadenas de televisión. Bracken, había sido un político muy popular y mediático. Además de tener ideas novedosas y progresistas en cuestión de política, era un hombre que salía bien en televisión, tenía atractivo y siempre que era entrevistado se comportaba de manera amable y educada. Tenía muchos seguidores. Por eso, cuando fue detenido y se empezó a filtrar en prensa y televisión la cantidad de delitos en los que estaba implicado y de los que era culpable, la opinión pública se le echó encima, fueron muchos los que se sintieron estafados y desengañados por las sucias artimañas del político.

En el tiempo que había estado en la cárcel, su posterior hospitalización y su vuelta a prisión, muchos ciudadanos empezaron campañas de protesta y crearon foros y plataformas en internet entre otras cosas, para apoyar a las víctimas de Bracken, que eran varias. Algunos más osados se habían dedicado a insultar y hostigar a la familia del senador, teniendo que intervenir la policía en varias ocasiones. Estas acciones habían sido noticia más de una vez y ahora que sería el juicio, se temía que en las inmediaciones de la corte suprema de la ciudad, se formaran tumultos y alborotos entre los allí presentes.

La última noticia que se tenía es que el juicio sería público y con jurado popular, que había sido elegido entre distintos ciudadanos, así que Castle ya le había dicho a los chicos, que en el momento que empezara este, dejaría de ir por la 12th pues no quería perdérselo. No podía evitar sentirse triste y ansioso a la vez. Sobre todo triste porque Kate no estaba allí con él, para disfrutar juntos de lo que iba a ser sin ninguna duda, el fin de la carrera de Bracken y vengar así y de una vez por todas la muerte de Johanna Becket. Ella se merecía haber sido testigo de la vergüenza pública del senador y poder estar allí cuando se lo llevaran a la cárcel de por vida para mirarlo a los ojos y decirle quien había ganado al final.

Pero Kate no estaba y en su lugar iría él, a estar pendiente de todo para que no se olvidasen de nada de las barbaridades que había cometido. En prensa solo había salido los caso más llamativos en los que se había visto envuelto, de Johanna Becket, y los policías corruptos no se decía nada, a pesar de saber Castle que Kate iba a ser llamada como testigo de la acusación, por lo que imaginaba que la fiscalía del estado había tenido más que tiempo de investigar toda la basura que rodeaba al senador.

Al final nadie se había puesto en contacto con él, pero a pesar de todo, si no trataban ese tema tan importante, ya se las apañaría para declarar y si no le dejaban convocaría una rueda de prensa, pero el mundo tenía que saber por fin que entre los crímenes de Bracken estaba el de haber matado a Kate, a su madre y al hijo de ambos.

Castle se dedicó en esos días a revisar todo el material que había ido recopilando, tanto de lo que había en casa de ella, como lo que él había averiguado, lamentando que los papeles custodiados por el señor Smith, se hubiesen perdido en aquella explosión, en previsión de que pudiese necesitarlo, no sabía si al final lo buscarían para declarar o no, pero por si acaso quería estar preparado.

Esa mañana llegó al cementerio, con las dos rosas como de costumbre. Las cambió por las del día anterior y se sentó a hablar con ella y contarle que el juicio contra Bracken sería en muy poco tiempo, que por fin se haría justicia con Johanna Becket y las otras víctimas y que estaba deseando que el mundo supiese que fue él quien la mató. También volvió a lamentarse de que no pudiese estar presente para ver que toda su lucha y esfuerzo iban a ser recompensados por fin.

Mi vida sin tiWhere stories live. Discover now