Al cabo de unos segundos abro los ojos y veo a Cristian a mi lado, le sonrío y vuelvo a la puerta de mi casa, cojo la mochila y me despido de Cristian.
-Bueno, entro, nos vemos mañana.
-Eh... una cosa- dice nervioso.
-Dime
-Em... ¿podría quedarme en tu casa un rato? Es que me he dejado las llaves y hasta dentro de media hora no habrá nadie en mi casa.
-Si claro- saco las llaves de mi chaqueta y abro la puerta- pasa.
Voy hacia mi habitación y allí dejo en el suelo mi mochila, me quito la chaqueta y voy hacia la calefacción para subirla un poco.
Una vez acabo voy al comedor y veo a Cristian al lado de la mesa.
-Acabo de subir un poco la calefacción... yo voy a cambiarme de ropa, creo que puedo tener algo para tí... digo... no deberías estar con esa ropa mojada, puedes resfriarte.
-Vale.
Voy a mi habitación y empiezo a buscar alguna sudadera ancha que poder dejarle a Cristian.
-Cristian- grito.
-¿Que pasa?
-Nada, ven.
Saco del armario una sudadera negra bastante ancha que he encontrado y luego saco otra gris para mí.
-¿Has encontrado algo?- dice Cristian en la puerta.
-Bueno... no sé si te irá bien, es lo único que he encontrado así... grande- le entrego la sudadera negra- aunque no sé si te podrás subir la cremallera- digo riendo.
-¿Me estás llamando gordo?- se cruza de brazos y se apoya en la puerta.
-No, gordo no... ¿musculoso?
-Ah, pensaba...
-Bueno cambiate ya, que vas a resfriarte, yo me pondré esto- le enseño la sudadera gris que tengo en las manos y unas mayas negras.
Nos quedamos unos segundos quietos hasta que me siento en la cama y me quito los zapatos, los cuales están empapados, hago lo mismo con los calcetines y cuando me giro veo que Cristian se está quitando la chaqueta.
-Oye, ¡no mires eh!
-Que no...
-Gírate- rueda los ojos pero finalmente se gira y se queda mirando hacia la puerta.
Me bajo los pantalones y rápidamente me pongo las mallas, antes de quitarme la camisa me giro para asegurarme de que Cristian no esté mirando y lo veo quitándose la camisa...
Todos los músculos de su espalda y brazos se mueven y noto como mi pulso se acelera un poco.
Sinceramente creo que esa cremallera no va a subir mucho...
Cuando me recupero de... eso, me quito la camisa y cojo la sudadera gris, paso mis brazos por las mangas y subo la cremallera.
-Lista, ¿tu que tal?
-Tengo algunos... problemas- dice entrecortadamente.
-¿Con la cremallera?- se me escapa una risa y Cristian se gira.
-Si, con la cremallera- señala la cremallera la cual no está ni por la mitad.
-A ver- me acerco a él- coge los dos lados y juntalos lo más que puedas- sigue mis instrucciones y yo cojo de los extremos de abajo donde está la cremallera, noto como me tiemblan un poco las manos, teniendo en cuenta que no lleva nada debajo y que mis manos están a menos de 2 centímetros de sus perfectos y marcados abdominales creo que es algo... ¿normal?
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Podrías destruirme
Teen FictionCuando has tenido una infancia tan dura amar puede convertirse en todo un reto. Alex tiene muchos secretos que nunca debe confesar pero... Y si un día ella llegara a un nuevo instituto, con gente nueva, amigos nuevos y sobre todo con él. ¿Podrá derr...