Capitulo 18

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Las espinas afiladas atravesaban cada partícula del corazón de Jared. Lou notó en su mirada como ella destrozaba y carbonizaba cada uno de sus sentimientos. No evitó sentir dolor al causárselo a él. Ése fue el momento donde ella se dio cuenta que el dolor de Jared también le dolía a ella. Algo en su interior, por muy doloroso que fuera para Jared, no permitía que Lou regresara a sus brazos, y no era solamente porque el bebé que traía en su vientre pertenecía a Marco, sino porque algo de él estaba en ella también, aunque esto no fuera físico.
Jared negaba con la cabeza mientras diminutas gotitas de agua se asomaban por sus lagrimales. Sus labios de doblaron hacia abajo haciendo un puchero como un bebé humillado. Lou sintió que su corazón también se partía. Soltó una mano de Marco, pero por el contrario, lo agarraba más fuerte con la otra.
Ella no quería lastimar a Jared, ella hubiera sufrido cualquier cosa con tal de que Jared fuera feliz, pero eso implicaría desobedecer a Marco. Y en su mente no cabía ir en contra de Marco, así tuviera que ir en contra de todos. Era algo antinatural para ella doblegar sus deseos.
—Dime que estás mintiendo —dijo Jared en un hilo de voz. Su labio inferior sobresalía mientras una lágrima se arrastró por su mejilla como raspando su piel.
—Dile que se vaya —susurró Marco en el oído de Lou.
Ella cerró sus ojos y su primer instinto fue negarse, pero su corazón palpitó más fuerte en reclamo.
—Jared, vete —Lou empuñó sus ojos.
Los ojos de Jared se abrieron y sus piernas comenzaron a temblar. Se hundía en el abismo del dolor ante las palabras de su hermosamente rota y quemada niña.
—¿Cómo puedes ponerla a hacer esto? —masculló Jared entre dientes mirando a Marco con una mirada fulminante.
Marco sonreía victorioso y bailaba el hula hula sobre la tumba del corazón de su sobrino.
—Lou, ¿qué estás haciendo aquí? ¿Qué está pasando? —preguntó Lí apareciendo de la nada.
Los brazos de Marco se aferraron con más fuerza al cuerpo de Lou, Jared dio un paso hacia atrás y todos miraron hacia Lí.
—Papá... —empezó Jared, pero Marco lo interrumpió.
—Pasa que tu hijo se está metiendo con mi novia y mi hijo.
Lou sintió una corriente eléctrica recorriendo todo su cuerpo al escuchar la expresión de Marco.
—¿De qué habla? —susurró Lí, luego corrió la mirada hacia Lou.
—Marco y yo tendremos un bebé —anunció ella.
Esta vez fue Lí quien dio un paso hacia atrás boquiabierto. Miró hacia su hijo quien permanecía con los hombros caídos y las ilusiones rotas. Lí sintió en el aire el dolor que emanaba su unigénito.
—Jared, vete a casa —ordenó.
—¿Qué? ¿Para q...
—Que vayas a casa, ahora —endureció su voz.
Jared asintió a regañadientes y caminó en dirección a la casa Lí-Canela.
—Nada a tu madre, como acordamos —le susurró en el oído a su hijo.
Jared no contestó nada, y siguió su camino.
Lí se tomó el cabello con las manos y resopló molesto. Miró a la pareja frente a sus ojos. Marco no hacía desaparecer su rostro de conformidad, y no soltaba a Lou en lo absoluto.
—¿Ya has hablado con Canela? —masculló.
—Sabes cuánto odio que me interroguen, Lí —Marco presionó sus ojos con fuerza.
—Se dará cuenta tarde o temprano.
—Eso lo decidiré yo —gruñó Marco—. No es tu problema, no te metas.
—Si le haces daño, no sólo te meterás con Lou, sabes que también con Jared y conmigo —le advirtió acercándose amenazadoramente.
Marco no contestó, sólo entrecerró los ojos mientras Lí retrocedía en dirección a la casa.
Una vez que Lí entró, Marco soltó a Lou y la volteó hacia él con fuerza.
—Bien hecho, Lou, te has ganado una galletita —soltó una risita maléfica.
—¿Hablaremos con tus padres? —murmuró Lou temerosa.
Marco la tomó de la cintura y la apegó a él con fuerza.
—¿Qué no te quedó claro que NO ME GUSTA QUE ME INTERROGUEN? —presionó su espalda.
—Perdóname —susurró cabizbaja.
Marco torció una sonrisa y estrechó a Lou en sus brazos, algo muy parecido a un abrazo.
—Toma y lárgate —le extendió un celular luego de empujarla lejos de él. Sacó la billetera de su bolsillo y le entregó un manojo de billetes.
—¿Para qué me... —se detuvo al darse cuenta que estaba formulando una pregunta.
—Diré ¨Jane¨ en la pantalla cuando te llame. No contestes cualquier otra llamada. El dinero es para que sobrevivas mientras no estoy —le ordenó retrocediendo.
—Marco, yo no sé cómo regresar —le comentó.
—Justo como viniste —se encogió de hombros y entró a su casa.
Lou exploró el celular mientras caminaba fuera de los terrenos de los internados hasta llegar a una carretera, ahí tomó un taxi y se dirigió de regreso al apartamento con Cher.
Mientras tanto, Jared y Lí tenían una charla en la parte posterior de los internados, lejos de Jane.
—¡Pero ya cálmate! —gritaba Jos a Jared.
—¡No puedo! ¡Se la ha llevado! ¡Se salió con la suya! —gritaba Jared con la voz carrasposa entre sus saladas lágrimas. Caminaba de un lado a otro y daba un golpe en la pared del internado de vez en cuando.
—Ella así lo decidió. Debes afrontarlo —trataba de calmarlo.
—No puedo, papá —su voz se quebró—. Yo la quiero.
—Jared, hijo, esto ya no está en nuestras manos —Lí extendió los brazos hacia su hijo.
—No me daré por vencido —negó con la cabeza.
—Jared, ¡por favor! Tú nunca te has encariñado de ninguna chica así. Siempre has podido superar todo tipo de rupturas.
—Lou no es ninguna de esas rupturas de relaciones tontas que he tenido —murmuró temblando—. Tú nunca dejaste de querer a mamá a pesar de todo lo que hizo, yo tampoco lo haré con Lou.
—Es diferente. Tú madre no estaba enamorada de nadie más ni embarazada de otro.
—No, era aún peor. Lo que pasa es que como se trataban de tus sentimientos los defendías a contra todo —aspiró.
—Esto no es por errores y perdones. Es todo sobre el amor. Ella no te ama como tú a ella.
—Mamá no te amaba como tú a ella —contraatacó.
—No puedo razonar contigo —suspiró resignado.
—Qué bueno que lo reconoces, porque cuando él se canse de torturarme y la dejé, yo iré por ella —le aseguró.
—Está bien. Ya estás grandecito para saber qué hacer. Por el momento, no debemos decirle nada a tu madre. Ella no conoce a Lou y sabes lo fácil que es para los prejuicios. Tú actúa como siempre, ¿sí? Es lo único que te pido.
—De acuerdo —masculló Jared.
Lí abrazó a su hijo y ambos caminaron de regreso a su casa.
Marco se encerró en su cuarto y comenzó a revolver todo.
—¡Maldita sea! ¡Estas mierdas sólo me pasan a mí! —bramaba golpeando todo lo que encontraba a su paso.
—¡¿Qué te pasa?! ¡Marco, abre la puerta! —gritaba TN.
Marco entró al baño y se dio una ducha de agua muy fría para congelar la temperatura de su cuerpo y su furia.
Lou regresó al apartamento, pero Cher no estaba ahí. No era algo raro, puesto que ella casi no estaba en la casa por andar de compras o en citas.
Lou se desvistió frente al espejo y apreció su vientre frente a él.
—Hola, precioso... ¿Cómo te llamas? —acarició su abdomen—. ¿O eres una hermosa nena?
Holaaaa^^ ¿Que les parece la novela?  Bueno les venia a decir que este mes se acaba la novela.

Malas Decisiones (Tercera temporada de Niña Mal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora