Capítulo 27

1.8K 69 2
                                    

Amo este vídeo y la canción es genial aunque creo que no se puede oír, se llama "por lo que aplaudo" por si alguien la quiere escuchar ;)
Comentad cualquier idea que tengáis, critica constructiva u opiniones, seguidme y votad:)
—Espero que tengas una explicación lógica porque nos están llegando quejas de toda partes— dijo Simeone poniendo los ojos en blanco sentándose en el sofá de piel.
Sinceramente esperaba que la primera vez que viese a Simeone sería de una mejor forma que esta.
—Sube Nerea por favor— dijo Antoine mirándome con desesperación con la voz tensa.
A lo que yo asentí y me encerré en mi habitación.
Mi teléfono comenzó a sonar en el momento perfecto, lo cogí de uno de los bolsillos y descolgué un poco sorprendida al ver que era Saúl.
—¿Saúl?— dije tirándome sobre la cama.
Creo que era el jugador con el que menos relación había tenido ya que tampoco habíamos tenía oportunidad de hablar antes y si lo habíamos hecho había sido tan solo un "hola que tal" pero quizá había llegado el momento así que procuré sonar tan simpática como el cuerpo me lo permitía a estas alturas del día.
—Nerea...— sonaba nervioso—Os he visto en la tele, y en el periódico y en las revistas...
—Si, lo sabemos...— me lo estaba poniendo bastante difícil para ser la primera conversación "larga" que habíamos tenido hasta entonces.
—¿Estáis bien?— dijo tragando saliva.
Eso ya estaba mejor.
—...si, ahora Antoine está hablando con Simeone.
—¿Con Simeone, en casa de Antoine?— preguntó intentando simular su sorpresa.
—...si— Tampoco sabía a que había venido esa reacción, ya que era normal que si uno de los jugadores de su equipo salía en el periódico por ese motivo querría hablarlo—¿por?— digo intentando ocultar mi curiosidad.
—No suele interesarse por la vida de los jugadores y cuando lo ha dicho en el entrenamiento pensaba que era un farol— dijo riendo.
Tiene una risa contagiosa por lo que comienzo a reír y nos reímos los dos sin ningún motivo.
—Bueno... si necesitáis mi ayuda estoy aquí siempre que queráis.
—Gracias Saúl— dije con una inevitable sonrisa.
Colgué y en cuanto pulsé el botón rojo, se oyó el portazo de la puerta principal.
Bajé las escaleras despacio y encontré a Antoine recostado en la puerta, sin saber muy bien cómo se encontraba así que bajé el resto de escaleras y lo ayudé a incorporarse.
—¿Q-qué tal ha ido?
Los nervios recorrían mis venas y formaban una gran bola en el pecho que hacía que comenzase a tener dificultades a la hora de respirar.
—Bien, le he contado todo y ha dicho que si necesitamos ayuda le llamemos y ha desaparecido— dijo poniendo los ojos en blanco.
Le dediqué una sonrisa de complicidad y coloqué mis brazos alrededor de su cintura, levantó mi barbilla y nuestros labios se fundieron en un tierno beso.
—Te quiero— me susurró al oído haciendo que me estremeciera.
—Te quiero.
Ojalá pudiera pasarme el resto de mi vida entre sus brazos, poder sentir el calor que me abrasa cuando me toca y sentir su aliento mentolado en mi oído.
Nos separamos, cogió mi mano y me llevó hasta el sofá.
—¿Qué vamos a hacer?— pregunté mientras me sentaba en  este.
—Ver una película— dijo pasando los dedos por una fila de ellas.
—¿Cuál?
Se sentó a mi lado de manera que podía apoyar mi cabeza en su pecho. Peinaba mi cabello delicadamente formando con él una coleta.
—La vida es bella.
Era mi película favorita y lo fue desde la primera vez que la vi, recuerdo habérselo dicho antes y admiraba que se hubiera acordado.
La película comenzó y por mucho que intentara mantener los ojos abiertos, se cerraban y acabé durmiéndome sobre su pecho.
---
La mañana siguiente me levanté desorientada. Después de abrir y cerrar los ojos varias veces descubrí que estaba en la que era mi habitación en la casa de Antoine. Sonreí al imaginarme a Antoine subiéndome en brazos por las escaleras de caracol.
Levanté la persiana dejando que los rayos de sol entrasen e iluminaran la habitación. Abrí la ventana y apoyé mi cabeza sobre mis manos. Nada más asomarme pude ver el todoterreno de Nora aparcado delante de la casa y segundos después alguien llamó a la puerta.
—Creo que tenemos una conversación pendiente— dijo mientras nada más abrirle la puerta entraba directa hacia el armario. —Así que mientras te visto me lo acabas de contar todo... Por cierto, ¿tu ropa?— preguntó al abrir el armario mientras yo señalaba la maleta que se encontraba debajo de mi cama.
Había llegado hace nada a esta casa y entre una cosa y la otra, no había tenido tiempo a colocarlo todo en orden.
Cogió la maleta lo que casi hace que se caiga por el peso a lo que yo me comencé a reír pero enseguida paré al ver el semblante serio de mi amiga.
—Pero Nora, no he desayu...
Antes de que pudiera acabar, metió su mano en el bolso de deporte que llevaba en la espalda y sacó una galleta para metérmela en la boca.
—Tienes que estar perfecta para hoy a la tarde, así que guárdate el hambre para después de la entrevista— dijo sacando todo de la maleta y lanzándolo por los aires mientras negaba con la cabeza.
—Es solo una entrevista...
—Es tu PRIMERA entrevista, en la que además, vas a hablar sobre tu vida privada, así que tienes que estar perfecta— afirmó mientras daba vueltas a mi alrededor como si fuese un combate de boxeo. —Como sabía perfectamente que no tendrías nada de ropa para la ocasión, he traído aquí alguna sorpresa— dijo mientras acariciaba su bolso y una sonrisa pícara se dibujaba en su boca.
Pasé la mañana yendo del baño a la habitación y de la habitación al baño hasta acabar mareada. A las tres de la tarde, me miré al espejo mientras Nora se colocaba orgullosa detras ya que no me había dejado verme hasta entonces. Me sorprendí ya que se podía decir que estaba guapa.
—Estas increíble— dijo simulando quitarse el polvo de los hombros.
El pomo de la puerta giró y Koke y Antoine aparecieron.
Lo ojos de Antoine no dejaban de mírame de arriba a abajo sin saber muy bien cómo reaccionar o que decir mientras que Koke se acercaba y me daba un cariñoso abrazo.
—Estás... preciosa— dijo Antoine con una sonrisa inevitable en la boca.
Cuando se acercó pude ver lo mucho que sus pupilas se habían dilatado como lo hizo el primer día que me conoció.
Salimos de casa minutos después y llegamos al plató una hora antes ya que necesitábamos prepararnos.
Después de la hora más larga de mi vida en la que me dediqué a quitar el sudor de mis manos e intentar respirar con normalidad, un hombre bastante mayor con una camiseta en la que aparecía el logo del programa nos avisó que teníamos que salir ya. Conforme nos acercamos se oía más alto la voz de la presentadora. Hasta que llegamos a prácticamente una de las entradas del programa esperando a que la presentadora diese paso a la entrevista.
—Salís en 3,2,1...— dijo otro hombre con la misma camiseta mientras nos empujaba hacia adentro como si le fuese la vida en ello.
—Bienvenidos— dijo la presentadora levantándose para darnos dos esos de bienvenida.
—Estamos muy contentos de que estéis aquí, pero como podéis entender, esto es una historia de tres— Antoine cogió mi mano por debajo de la mesa y la apretó con fuerza lo que hizo que la sangre que tenía en la mano subiese rápidamente a mis mejillas. —así que demos una bienvenida a...— esto no puede estar pasando. Miro en todas direcciones intentando ver al que va a ser el invitado sorpresa hasta que lo veo— Alex.
Mi corazón deja de latir en cuanto el chico de ojos verdes aparece y se sienta a mi lado.
La mano de Antoine aprieta con más fuerza la mía hasta que se da cuenta y comienza a hacer caricias en su lugar.
Me cuesta respirar y creo que todo se va a desmoronar en cualquier momento hasta que alguien me susurra a mi oído.
—Todo va a ir bien— dice Antoine con su acento francés más marcado que nunca.

"Sin ti no soy nada" TERMINADA [Antoine Griezmann]Место, где живут истории. Откройте их для себя