Capítulo 13

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Caminamos de la mano hasta mi casa donde su coche estaba aparcado.

—¿Cómo me has encontrado?— pregunté pensativa.

Sonrió débilmente mirando al suelo, negó con la cabeza y fijó su mirada en mi.

—No tiene importancia el cómo te haya encontrado sino que ahora estoy aquí contigo— dijo acercándome hacia él y besándome de nuevo en los labios.

El cúmulo de emociones que se acumulaba ahora mismo en mi cuerpo era inexplicable. Tenía la necesidad de estar siempre junto a él.

—¿Cuántos días te quedaras?— pregunté sabiendo que dentro de unos días el tendría que irse y todo volvería ser como era antes.

—A eso he venido.

—¿Cómo?— pregunté unos segundos después sin entender muy bien lo que quería decirme.

—Todos estos días que no hemos hablado, que han sido eternos, por lo menos para mí; fui a visitar a mi hermana ya que ella vive aquí, en Francia. Le conté todo lo que sentía cuando estabas junto a mi, cuando sonries, cuando hablas, cuando me miras... y he decidido que ahora mismo lo que más quiero en este mundo es estar contigo y si quieres, puedes venir a vivir a mi casa, porque creo que no imagino separarme de ti de nuevo, yo te amo y necesito que estés a mi lado.

Pegué un gritito ahogado y le abracé emocionada.

La alegría que sentía ahora mismo inundaba todo mi cuerpo, pero enseguida se esfumó al pensar que tengo una madre y un hermano a los que tengo que convencer ya que no puedo escaparme.

—¿Y mi madre? ¿Y mi hermano? ¿Y la universidad?— pregunté agobiada.

—He conseguido hablar con la universidad y me han dicho que no hay problema, puedes volver pero tienes que llamar con dos semanas de antelación, pero... tú tendrás que hablar con tu madre y tu hermano... no hay otra opción— contestó acariciando mi mejilla delicadamente.

—...vale— contesté asustada, ya que no sabía cómo les diría que me iba a ir de casa para irme a vivir con mi novio.

Caminé hasta mi casa insegura, mirándolo constantemente, planteándome si de verdad merecía la pena o sería una perdida de tiempo.

Abrí la puerta despacio no muy decidida a hacer lo que se suponía que tenía que hacer y sentados en la mesa de la cocina pude encontrar a los dos desayunando juntos más centrados en el desayuno que en el otro.

—Mama... Mikel...

Levantaron su mirada de sus respectivos cafés y me miraron. Creo que no iba a ser capaz de decírselo, no merecía la pena, se iban a negar.

—¿Qué pasa Nerea?— preguntó mi madre al ver que no era capa de decir una palabra por mí sola.

—Está Antoine... aquí— dije clavando la mirada en otro lugar que no fueran ellos.

—¡Qué bien! Puede quedarse aquí en casa mientras esté aquí— afirmó mi madre alegre.

—No...— mascullé.—Me voy de aquí— dije finalmente.

Abrieron los ojos más de lo que es posible atónitos y mi hermano que acababa de dar un pequeño sorbo a su café se atragantó ante la noticia.

—¿Cómo que te vas?— preguntó mi hermano limpiando el café de la mesa.

—Tu no te vas a ningún sitio— afirmó mi madre muy seria.

Comenzaron a elevar el tono de voz diciendo cosas que yo apenas podía escuchar ya que hablaban los dos a la vez. Sus voces se comenzaron a alejar y me sentí un poco desorientada, me agarré al mueble que estaba más próximo ya que me estaba comenzando a marear. Ellos sin embargo ni se percataron de mi pérdida de equilibrio durante unos segundos y seguían diciendo frases que yo apenas podía escuchar, ya tan solo el mero hecho de escuchar me estaba resultando imposible.

—Callaos— grité. A penas había hecho que esa palabra saliera de mi boca pero había conseguido que se callaran por un momento así que comencé a hablar antes de que comenzasen a gritar de nuevo.

—Me voy a vivir a Madrid de nuevo y esta vez con Antoine, mamá, Mikel; no soporto este sitio necesito irme y esta es la mejor opción. Me da absolutamente igual lo que me digáis por qué ya tengo veinte años y puedo decidir por mí sola lo que quiero hacer en la vida, y ahora mismo lo que quiero es salir de aquí e irme con la persona que más amo en este mundo de vuelta a Madrid.

Me miraron perplejos por mi reacción ya que yo solía ser una chica muy sensata y abrieron la boca para volver a cerrarla de nuevo.

—Bien— dije decidida a subir rápidamente a mi habitación y recoger todo lo necesario para irme con Antoine.

Subí las escaleras mirando de reojo a los dos y me fui satisfecha a mi cuarto.

Estaba harta de hacer todo para complacer a los demás sin importar lo que yo diga o quiera, ahora mismo tengo veinte años y soy una persona totalmente capacitada para decidir lo que quiero hacer en la vida.

Saqué mi maleta de debajo de la cama y poniendo todo patas arriba conseguí hacerla en tiempo récord. Me senté encima para poder cerrarla y con las ultimas fuerzas que me quedaban, bajé las escaleras lo más rápido posible.

Me detuve antes de salir por la puerta y me quedé mirando a mi hermano y a mí madre que estaba a punto de terminar de desayunar. Me miraron y así estuvimos durante unos segundos los cuales parecieron una eternidad.

—Te voy a echar de menos hermanita— dijo finalmente mi hermano mientras se levantaba a darme un abrazo.

Esto me sorprendió ya que después de meses sin apenas dirigirnos una palabra parecía que habíamos hecho las paces, de hecho, pensándolo mejor, igual era esto lo que necesitábamos para volver a estar como antes, estar un tiempo separados.

Nos despedimos y salí por la puerta lo antes posible.

Afuera me esperaba Antoine, sentado en el capó del coche mirando al horizonte. Me acerqué lo más rápido posible con la maleta a cuestas y lo rodeé por la cintura mientras apoyaba mi cabeza en su espalda.

Se dio la vuelta rápidamente y me dio un beso en la frente que hizo que me estremeciera.

Coloqué la maleta en el maletero y miré hacia la puerta donde mi hermano y mi madre estaban de pie esperando a que me fuera despidiéndose con la mano.

Me monté en el coche y la mano de Antoine se posó en mi muslo.

—¿Estás preparada?— suspiré y asentí.

—Si.

Claro que estaba preparada yo era capaz de todo si era a su lado y de repente, el coche comenzó a alejarse de la casa en la que había vivido durante unos meses mientras veía cómo mi hermano y mi madre se hacían más pequeños conforme nos alejábamos.

Le miré y le sonreí. Estaba segura, esta quería que fuese mi nueva vida.



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"Sin ti no soy nada" TERMINADA [Antoine Griezmann]Where stories live. Discover now