Capítulo 26

1.9K 66 0
                                    

Mi hermano encendió la tele, la voz de la periodista inundaba la casa. Esa vez era otro programa, en el cual también hablaban sobre las fotos de Antoine pegando a un supuesto desconocido. Cambiamos de canal y se hablaba de lo mismo, en ese incluso se aumentaba el número de años en la cárcel.
Mi teléfono comenzó a sonar desde mi bolsillo. Lo cogí y al ver que era Nora descolgué.
—Lo sé— dije nada más descolgar con los ojos entrecerrados sin saber muy bien que decir.
—¿Es ese Alex?— preguntó suspirando mientras la voz de Koke se escuchaba de fondo.
—Si, es él.
—¿Qué ocurrió?— preguntó.
—Esabamos cenando en el césped, yo todavía no le había explicado nada a Antoine cuando de repente vi que alguien salía de la casa de Alex. Al ver que era él, me levanté rápido y le dije a Antoine que tenía frío como excusa, pero como siempre tengo tan buena suerte, Alex nos pilló y comenzó a contarle todo a Antoine pero en una versión totalmente diferente a lo que en realidad ocurrió.
—Como está haciendo ahora— resopló Nora.
—Exacto, pero ahí no acaba la cosa, yo me desmayé debido al cúmulo de emociones y cuando me desperté y le conté la verdad a Antoine, se enfadó muchísimo y bueno... creo que el resto ya te lo sabes— expliqué
En estos momentos, me encuentro encerrada en la cocina pero de pronto  alguien me sorprende delante de la puerta. Era Mikel.
—Nora te dejo— dije en cuanto vi a mi hermano.
—¿Qué? Espera...
Y colgué. Mi hermano todavía no sabía que había ocurrido, al igual que mi madre y no había peor manera de enterarse que esta.
—¿Qué te hizo?— preguntó mientras entraba y se sentaba en la encimera junto al frigorífico.
—¿Qué me hizo quien?— pregunté haciéndome la despistada.
—Sabes perfectamente de quién hablo— afirmó con el semblante serio.
Suspiré y después de unos segundos pensando en la forma en la que le iba a decir que otro hombre había intentado "pasarse" conmigo de nuevo, finalmente decidí explicarle lo ocurrido sin ningún rodeo ya que merece saber la verdad.
—Vale, pero antes de todo, prefiero que estén todos— digo ya que cuantas menos veces tenía que contar  la historia y cuanta más ayuda tuviese por parte de Antoine, mejor.
Mis hermano llamó rápidamente a Antoine el cual no paraba de andar de un lado para otro del salón y a mí madre que estaba hablando con mi abuela intentando explicarle lo ocurrido a pesar de que ni ella sabía que había pasado.
Cuando los tres se encontraban delante de mí, vi la dificultad de la situación y me di cuenta que igual hubiera preferido contarla uno a uno.
Miré a Antoine con cara de desesperación y el asintió colocándose a mi lado. Este gesto me propinó una pizca de confianza y seguridad por lo que cogí aire y comencé a hablar.
—Bien... Todo comenzó ayer por la mañana, Fernando Torres me llamó para decirme que estaba muy preocupado por Antoine. Decidí llamar a Koke ya que seguramente él sería el único que habría hablado con el. Finalmente decidí ir a buscarlo ya que sabía perfectamente dónde se encontraba. Cuando iba a salir de casa, alguien llamó al timbre, era Alex, el vecino de al lado. Habíamos hablado el día anterior pero no habíamos tenido oportunidad de conocernos así que me invitó a un picnic en el parque de aquí al lado. Allá intenta besarme pero le golpeó y consigo escapar.
—Será...— maldice mi hermano por lo bajo.
Miré la expresion de mi madre la cual no podía estar más blanca y continué hablando a pesar de las pocas ganas que tenía de continuar con esta conversación.
—Eso nos lleva hasta ayer a la noche, cuando Antoine que se enteró de lo ocurrido, le golpeó, os prometo que fue así de verdad yo...
—Tranquila Nerea, te creemos— dijo mi madre con voz suave intentando calmarse a ella misma.
Se marcharon y nos dejaron a Antoine y a mí solos. De pronto sentí como Antoine cogía mi mano y la acariciaba con el dedo pulgar.
—Todo va a salir bien— me dijo al oído mientras se acercaba y me cubría con sus musculosos brazos. Rodeé su cuello con los míos y estuvimos así unos segundos hasta que mi madre apareció por la puerta con el teléfono en la mano.
—Mañana a la tarde tenéis que estar los dos en una entrevista en el centro— dice mi madre tapando el altavoz.
Mientras la boca de Antoine y la mía llegaban hasta el suelo, mi madre se alejó por el pasillo hablando por teléfono.
—¿C-como?— preguntó sin saber muy bien cómo afrontar la situación.
Desde pequeña, había tenido pánico escénico, lo que incluía pánico a que cincuenta cámaras me estuvieran grabando sin tener en cuenta que miles de personas lo estarían viendo.
—¿Qué acaba de hacer tu madre?— preguntó Antoine con el ceño fruncido. Sonreí porque a pesar de la cara que estaba poniendo sigue estando igual de atractivo que siempre.
Suspiré y le cogí esta vez yo de la mano.
—Tranquilo, ¿vale? Iremos, contaremos nuestra versión de la historia y todo se habrá acabado— dije con voz suave intentando calmarme a mí misma.
Antoine asintió y salimos al salón.
—Deberíamos irnos ya— dijo Antoine frotándose la cara la cual la tenía toda llena de sudor.
Subí a mi habitación rápidamente y con los nervios a flor de piel preparé mi maleta en tiempo récord.
En cuanto aparecí por las escaleras, mi hermano y mi hermano vinieron a ayudarme con la maleta y nos montamos en el coche intentando salir lo antes posible.
El silencio inundó el coche durante la mayor parte del viaje. No podía creer que esta sería la primera vez que saliera en la tele y yo fuese una de las protagonistas. Daba vueltas a todo lo que diría pese que seguramente cuando llegara allá se me olvidaría todo en cuanto viese todas las cámaras a mi alrededor. Mis manos sudaban al pensar en cuál sería la sensación de hablar de mi vida personal delante de miles de personas.
Después de horas de viaje llegamos a casa.
La cara de ambos palideció en cuanto vimo quien se encontraba en la puerta.
—Antoine— dijo Simeone mientras se acercaba hacia nosotros corriendo. —me puedes explicar que narices es esto— preguntó levantando la portada de otro periódico diferente al que mi madre nos había enseñado horas antes.
Los dos nos quedamos en blanco sin saber muy bien que decir hasta que Simeone se colocó delante de Antoine con ceño fruncido.
Este dio un paso hacia atrás y dijo:
—Pasa y te lo contaré todo, no es lo que parece.
Sabía que sería una conversación difícil pero estaba totalmente segura de que lo haría bien.

"Sin ti no soy nada" TERMINADA [Antoine Griezmann]Where stories live. Discover now