(29)

1.8K 170 37
                                    

RAPHAEL

Iba por el pasillo buscando la puerta de la habitación donde Simón se había quedado, su cuerpo se había tensado y un nudo en la garganta lo hacía sentir mal, el pasillo consistía con cuatro habitaciones de invitados, una alfombra violeta donde la madera debía estar y las paredes de color oro brillante, las puertas llevaban dibujos árabes de distintos colores, Raphael no entendía tan obsesión que tenía Magnus con esto, una música resonó por las paredes del pasillo, una suave y melódica, provenía de la habitación de Simón ¿Tenía que golpear? ¿O tenía que entrar sin golpear? pasó su mano por milésima vez por su pelo ¿Que tenía que decirle? ¿Pedirle perdón por haber hecho eso? Era difícil.

Simón era el primer chico con cual quería algo serio y con el cual daría todo para verlo feliz pero el vampiro menor tenía razón, él había acabado con su vida mundana, empezó a agarrar su pelo con angustia. Simón lo estaba usando, lo trataba de enamorar y después dejarlo para destrozar su corazón como una forma de venganza, no podía dejar de ser desconfiado y pensar eso.

— Él no me va a lastimar a mí— dijo Raphael para el mismo.

Cuando estaba a punto de irse la puerta se abrió mostrando a un Simón con el pecho al descubierto, el vampiro menor no consistía con grandes músculos, pero su delgadez le favorecían demasiado, su piel era blanca y sus ojos verdes grisáceos se mezclaban con el cabello desordenado de color castaño claro.

— ¿Qué sucede Raphael?

Las palabras no salían de su garganta.

— ¿Vienes a hablar por haberte desobedecido?-—preguntó Simón— porque no lo haré.

Simón cruzó de brazos cansado mientras se apoyaba en el marco de la puerta.

— Raphael habla de una vez.

Raphael mojo sus labios y trato de hablar, parecía un adolescente que estaba enfrentándose a la persona que le gustaba, que no podía controlar verle mostrar la piel a pesar de que estuvieran en una conversación seria.

— Yo venía a saber si estabas bien.

— Sí, magnífico, las quemaduras en mi espalda hacen cosquillas— dijo con sarcasmo el menor.

El vampiro mayor sonrió por la situación, pero trato de esconderlo con una tos al ver que Simón no se reía para nada, aun no entiende porque frente a este polluelo actúa de manera tan idiota.

— Date vuelta Simón— pidió Raphael.

Simón arqueo una de sus cejas y colocó su mano a cada lado de su cuerpo como si estuviera cubriéndose.

— ¿Para qué?

— Para...— bromeó Raphael haciendo una mirada.

Viendo como Simón levantaba una de sus comisuras y mordía un poco sus labios para no dejar que la risa saliera porque le ha tomado de sorpresa.

— ¿Puedes darte vuelta?

Simón dudo, pero obedeció mostrando grandes manchas cicatrizadas en la espalda, los vampiros eran rápido de curar, empezó a acariciar con el pulgar el contorno de las cicatrices viendo como el cuerpo de Simón se tensó al tacto, bajo con cuidado empezando a dar diminutos besos en la espalda sintiendo como el menor soltaba un quejido de sus labios, empezó a subir con delicadeza hasta llegar al cuello.

— Raphael— murmuró Simón—Raphael tenemos que hablar.

El mayor remojo sus labios y siguió dando besos, le gustaba la piel del vampiro menor, la suavidad, el olor, la persona a la cual estaba besando.

— Entremos a la habitación entonces— dijo Raphael con voz ronca.

Empezaron a caminar sin soltarse entrando a la habitación y cerrando la puerta detrás de ello.

— Raphael tenemos que hablar— pidió Simón otra vez.

— Déjame un minuto más— pidió Raphael— tu cuello se ha convertido en mi adicción en estos momentos.

Tú, mi maldita perdición ||Malec & Saphael|| (RESUBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora