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RAPHAEL

Después de haber atravesado ese portal había ido a caer a una habitación donde las sábanas tapaban objetos y donde la habitación contenía un olor a polvo insoportable ¿No era que debían todos caer en el mismo lugar? Miro para todo lado preocupado ¿Y Simón? Su cuerpo se tenso, Simón no estaba con él y no era una persona preparada para luchar. Tocó los bolsillos de su pantalón para ver si no había perdido su celular y al ver que si estaba, lo saco para marcar el número de Simón e ir hasta donde estaba el vampiro menor, pero el teléfono marcó "Sin señal" tirando el celular contra la pared rompiéndose de una vez, un celular se podía comprar pero un Simón lastimado no podía arreglarlo o comprar otro.

— ¡Simón!—gritó Raphael— ¿Dónde estás?

Y salió por la puerta, no iba a ir a buscar al Nephilim hasta que pudiera encontrar a su vampiro, no le importaba si estaba sintiendo algo por Simón, no importa si lo conocía hace una semana, solo él estaba seguro que nunca había sentido algo así por alguien. Para el amor no existe tiempo, ni edad, ni años, ni estatura, ni nada.

SIMÓN

Había aparecido dentro de una habitación completamente de paredes rojas, donde había un sillón negro y una mini biblioteca, se podía ver que nadie venia por estos lados ya que el lugar contenía una pequeña capa de polvo, se paro del suelo sacudiendo su ropa, Magnus lo mataría si lo veía sucio. Su mirada corrió por toda la habitación viendo que ninguno de los otros chicos estaba con él, se empezó a preocupar ¡Está solo! Tenía que ir a buscar a Raphael, era el único que lo tranquilizaba cuando estaba teniendo este terrible miedo. ¿Y si alguien lo raptó? ¿Y si Raphael estaba en problemas? Su cuerpo se tensó, sus colmillos salieron ¿Dónde estará? ¿Por qué no estaba con él? ¿Qué pasó en el portal? ¿Así tiene que ser? ¿Era seguro salir afuera?

— ¡Simón!— se escuchó un grito— ¿Dónde estás?

Simón sintió el grito de Raphael cerca y sonrió, lo estaba buscando, nadie había mostrado tanto cuidado como en esta semana que había hecho el vampiro y podría decir que el mayor estaba ganándose su cariño. Abrió la puerta para salir, ¡Tenía que encontrarse con Raphael ahora! Y no separarse más, no le importaba que Raphael hubiese acabado con su vida, no le importo que lo hubiese dejado solo con aquella mujer vampiro, porque ahora él lo estaba protegiendo ¿Por qué tendría que estar molesto?

— ¿Raphael?—preguntó Simón mirando los pasillos— ¿Raph?

Sintió una brisa y unos brazos abrazándolo haciéndolo tranquilizar, respondió el abrazo de Raphael, se sentía bien estar así, era algo extraño pero de buena manera.

— Creí que iba a tardar más en encontrarte—dijo Raphael.

Sintió un beso en su frente, lo cual lo hizo avergonzar a Simón y después otro beso en su mejilla, ni siquiera sabía que tenían ambos, pero por alguna razón le gustaba como fluía esto.

— No te pierdas Simón— bromeo Raphael— deja de ser tan travieso.

Simón comenzó a reír, antes si hubiese seguido siendo mundano estaría asustado de haber estado en esta situación con un vampiro, pero ahora que estaba conociendo a Raphael era algo distinto, tenía un gran cariño romántico.

— Entonces para con mis travesuras Raph— respondió Simón.

Para dejar escapar una pequeña risa contagiosa.

— No me tientes—dijo Raphael— vamos Simón a buscar a tu amigo.

Raphael tendió una mano hacia Simón y así entrelazar ambas, para ir los dos caminando de la mano, hacia el objetivo, salvar a Alexander.

JACE

Se había llevado la peor parte, había caído arriba de una mesa haciendo que su espalda dolía por el impacto ¿Por qué había caído acá? ¿Y los demás? ¿Por qué no cayó bien? Se levantó con dificultad, el lugar donde él estaba era una sala de armas, otra vez le tocaba ir por su cuenta y rogando que no encontrara nadie a los subterráneos y el plan se echara a perder ¿Cuál era el plan? "entrar, salvar a Alec y huir". Trato de ir hacia la pared y sacar más armas por las dudas, pero las armas desaparecían cuando él quería alguna.

Salió por la puerta, si se encontraba algo raro en el camino sus pocas armas lo ayudarían, observó qué iban hacia arriba comenzó a subir por ella con un arma en mano por si acaso, las paredes eran negras y daban aspecto aterrador, pero siguió subiendo hasta cuando chocó con alguien.

— ¿Clary?

MAGNUS

Había ido a parar a un lugar oscuro y con un olor repugnante a demonios, hizo un chasquido con sus dedos saliendo llamas azules para alumbrar el lugar, era un sucio calabozo, Alexander debía estar cerca. Todavía andaba sacando conclusiones de por qué no había ido a parar al mismo lugar que los otros chicos y porque se había aparecido aparte ¿Pero si los chicos habían pasado lo mismo? ¿Ya se habían encontrado? Magnus rogaba que si, pensó que podría haber sucedido, el portal estaba diseñado para esto o alguien se había metido después de ellos ¿Pero quién se habrá metido? ¿Habrá sido la niña pelirroja? Empezó a inspeccionar el lugar tratando de encontrar a su pequeño.

El lugar consistía con cinco puertas, hizo uno de sus trucos haciendo que las puertas se abrieran de golpe y sin faltar su acompañante ruidos cual marcaba que estaba oxidado. Se quedó allí, esperando alguna señal, esperando que Alexander le indicara donde estaba.

— A-Ayuda.

Magnus pudo escucharlo, escucho su pequeña y faltante voz, se acercó a cada puerta alumbrando con sus llamas, la primera nada, la segunda menos, la tercera estaba llena de sangre pero ningún cuerpo, fue hacia la cuarta con la esperanza de encontrarlo allí, su preocupación ya estaba por explotar y un nudo en la garganta no lo dejaba tragar ¿Qué sucedería si lo veía allí lastimado y con sangre alrededor de su cuerpo? En la cuarta habitación si había un cuerpo tirado en el piso dándole la espalda con muchas parte de su ropa hecho trizas, se acercó y sin dejar que la luz se apagará dio vuelta a Alec viendo ahora no una cara nívea y hermosos ojos zafiros, si no una cara donde con líneas negras presentes, y los pequeños ojos, cual ya no podían abrirse muchos, contenían un color oscuro, como si estuviera envenenado.

— ¡Alexander!— dijo horrorizado Magnus.

N/a: A partir de ahora, todo va a ser vergonzoso, porque esto lo escribí en mi edad de adolescencia muy raro, así que gracias por seguir leyendo o releyendo. 

Tú, mi maldita perdición ||Malec & Saphael|| (RESUBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora