Capítulo XXX

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— ¡Apúrate! — le estoy rogando pero no me importa.

Si no abre esa maldita puerta en los próximos treinta segundos voy a derribarla.

— Tranquila —dice intentando abrir la puerta del hotel sin dejar de tocarme y besarme. Es todo un logro.

Entramos y nos besamos frenéticamente. Chocamos contra la pared en el camino hacia la cama. Empiezo a desabrocharle la camisa. Estoy tan encendida... quiero estar con él en este preciso momento.

—Cálmate, ni siquiera has visto la habitación.

Es cierto. Tengo los ojos cerrados... pero bueno, ¿a quien mierda le importa la habitación?

— ¿Qué diablos importa? —digo contra sus labios.

— Oh, vamos, me esforcé bastante para que ni siquiera lo veas.

¿de qué demonios habla? Abro los ojos y me doy vuelta.

POR TODOS LOS CIELOS.

En el suelo, enfrente de la cama, hay un corazón enorme formado por velas. Hasta hay jodidos pétalos de flores en la cama. Es tan hermoso que me da ganas de llorar.

— ¿Tú... hiciste todo esto? —susurro. No puedo creerlo, tengo la mandíbula por el suelo.

— Sí, ¿te gusta? —dice todo nervioso.

Oh, Dios, lo amo tanto.

Lo beso en vez de responderle. Sigo sin creer que sea mío y que me ame tanto. Todos los nervios que sentía se esfuman como si nada. Lo amo completamente y quiero ser suya.

Me toma de la mano y me lleva dentro del corazón. Es tan lindo... pero tengo miedo de incendiar la cola de mi vestido. Mmm... tal vez ya sea hora de que me lo quite. Digo, no quiero que se arruine, ¿no?

— Logan —digo entre besitos.

— ¿Sí?

— Quítame el vestido.

— Oh, bueno... si insistes.

— No queremos que se prenda fuego, ¿no? —digo con una sonrisa maliciosa.

— Oh, no. Nadie querría eso. —comienza a desatarlo— Por más hermosa que te veas con el puesto, prefiero verte desnuda —susurra roncamente.

Diablos.

Me lo quito lentamente por las caderas y lo dejo caer al suelo en un simple movimiento.

No traigo puesto sujetador porque tenía la espalda descubierta y la ardiente mirada que me da Logan me hace estremecer.

Termino de desabotonar su camisa y se la saco con cuidado por los hombros. Quiero disfrutar cada segundo de esto.

Comenzamos a besarnos despacio, saboreando, probando, explorando. Está siendo tan dulce y suave... me gusta.

— Logan...

—Mmhmm... —dice mientras me besa el cuello.

— Hazme el amor.

— ¿Ya? Tenemos toda la noche —dice dándome una sonrisa descarada. No puedo esperar toda la noche.

— Ya he esperado todo el baile, mejor dicho todas las malditas semanas. Ya es especial como querías, así que ahora eres mío.

— Estoy a tus órdenes, nena —dice levantando las manos en rendición.

Lo empiezo a besar apasionadamente y envuelvo mis piernas desnudas en sus caderas.

Tenias que ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora