Capítulo X

2K 83 2
                                    

Unos brazos fuertes están rodeándome y puedo sentirlo. Estoy muy cómoda, donde quiera que este. Todo parece un magnífico sueño...

¿Estoy soñando? Si ese es el caso, espero que no me despierten.

Un rico perfume de hombre inunda mis sentidos. Me encanta ese olor.

Entierro mi nariz en un cuello y aspiro ruidosamente. Suspiro. Esto se siente muy bien.

De pronto unos temblores incontrolables me hacen mover de un lado a otro. ¿Qué diablos? Abro cuidadosamente un ojo y veo un hombro, una camiseta gris, un cuello... Levanto más mi mirada y me encuentro con unos ojos miel intensos que brillan divertidos.

— ¿Uh? —digo aturdida.

¿Dónde me encuentro? ¿Qué se supone que es esto? ¿Me he acostado con un extraño? Enfoco mas mi visión y me doy cuenta que estoy encima de Justin y estamos dentro de un auto. ¡Dios!

— ¿Estás bien? —pregunta entre risas mientras me alejo. Tiene una risa adorable.

¡Basta! Primero averigua qué diablos estás haciendo aquí. –me reprocha la vocecita en mi cabeza.

— Si, aunque mi cabeza late... Agrh. —no puedo moverme demasiado, porque me mareo. ¿Qué es lo que paso? Lo último que recuerdo es que estaba bailando, salí corriendo porque Dani era muy aburrido y me estaba dando sermones por beber y luego... nada.

— Eso se llama resaca. —informa Justin aún más divertido.

— ¿Dónde estamos? —pregunto.

— Es el lugar donde estacione mi auto. Te traje aquí para llevarte a tu casa. Estaba tratando de acomodarte en el asiento sin despertarte cuando empezaste a oler mi cuello —responde frunciendo el ceño.

— ¿Me trajiste hasta aquí en brazos?

— Sip.

¡DIOS! ¡Que se abra la tierra y me trague! ¡Qué humillante! ¿Lo he olfateado?

— ¿Te sientes mejor?

— ¿Honestamente? No.

— Me alegra que seas sincera —dice tratando de hacer cara seria.

— Ugh, no debí haber tomado tanto. —hago una mueca.

— Si, Becca también se emborrachó al principio de la fiesta. No tengo idea de exactamente lo que ha bebido, pero le cayó terrible y paso toda la noche en el baño vomitando. — dice estremeciéndose. ¿Así que eso era lo que hicieron toda la noche?

— ¿Y dónde está ella?

— La llevé a su casa hace rato.

— ¡Oh, genial! Terminé de arruinar tu noche.

—Nah, ya estoy acostumbrado a las fiestas de fraternidad. No son la gran cosa —se encoge de hombros. — Pero por lo visto, tú sí que tuviste una gran noche. —agrega meneando la cejas.

— Oh, bueno. Considerando que me encontré con mi ex novio señor- manos-pegajosas, me emborraché, me doblé el tobillo y me desmayé en medio de una fiesta... creo que tuve demasiada diversión —contesto con ironía. El ríe.

— ¡Oh, vamos! Sacando todo eso de lado... ¿La pasaste bien?

— Para bailar con chicos podría haber ido a cualquier parte. —digo encogiendo mis hombros.

—Pero no habría habido chicos tan calientes en cualquier parte — responde con un movimiento de cejas. ¿Cómo diablos hace eso?

—Humm, bueno, no lo sé. —balbuceo. La conversación se ha tornado a un terreno que es mejor no tocar. —¿Me cargaste en medio de la multitud?— cambio de tema.

Tenias que ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora