Capítulo XXIX

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— ¡Te ves tan hermosa!

— En serio, mamá... es como la octava vez que lo dices, en los últimos cinco minutos.

— ¡Es que te ves hermosa!

— Nueve.

—Bien, déjame acomodarte el peinado.

Tengo una especie de recogido desenfadado con algunos mechones enmarcando mi rostro.

Estoy totalmente radiante.

Mi vestido es azul con algunos detalles en plateado, largo, de raso, con espalda descubierta que muestra estratégicamente mi tatuaje en la espalda baja.

Mi maquillaje es natural excepto por mis ojos que están ahumados y preciosos.

¡Me encanta!

Me siento espléndida. Ya quiero ver la cara de Logan cuando me vea así.

— Gracias, mamá... luzco fantástica.

— Si —está al borde de las lágrimas.

Cuando se lo propone pude ser muy emocional.

Solo es un baile.

— ¡Mamá! Solo es un baile, ¿por qué lloras?

— Porque mi niña está creciendo. Y vas a perder tú...

— ¡MAMÁ! y... y... como... yo no dije... es que...

— Oh, vamos —me rueda los ojos— Es un cliché.

— Si, bueno... —esto es vergonzoso.

— ¿Tienes condones? Porque sino...

— ¡MAMÁ!

—De acuerdo, mejor no sigo con ese tema. Veo que estas nerviosa.

— Yo... yo... —que no siga hablando de esto. Ya estoy demasiado ansiosa por mi cuenta.

—Tranquila, todo va a estar bien. Ahora tienes que bajar a sorprender a tu chico.

Tomo una gran respiración y la dejo escapar suavemente. Ya es hora.

Bajo lentamente por las escaleras tratando de no matarme en el camino. Dios, estos tacones son más difíciles de lo que pensé.

Llego al final y ahí está. Totalmente comestible en su esmoquin negro.

Su cabello está peinado hacia atrás y... ¡Guau! ¿Es necesario ir al baile? ¿Podemos saltar a la parte donde le arranco la ropa? Tiene una sonrisa enorme en su rostro y me está dando una mirada de puro deseo.

Santo cielo.

Se acerca lentamente y me da un largo beso en la mejilla. Nunca creí que un simple saludo me excitaría tanto.

—Te ves hermosa.

— Tu tampoco estás mal —creo que me duele la cara de tanto sonreír.

Estoy muy feliz.

— Te amo —susurra con voz ronca.

— Yo también. ¿No podemos saltarnos el baile?

— Nop. No seas impaciente. Ya esperamos bastante, un baile no hace
nada.

Sí, claro. Habla por ti.

— Acomódense, quiero tomar fotos.

— ¡Mamá! —que humillante.

Odio las fotos.

— ¡Vamos! Va a ser tu ultima foto... —si dice la palabra virgen juro que la voy a matar. Papá me lanza una mirada. ¡POR DIOS! —antes de graduarte.

Menos mal.

Después de 180 fotos en todos los ángulos posibles que se pueden imaginar, entramos a la limosina. Sip. Una limosina. Los chicos insistieron.

Adivinen quien es la pareja de Megan para el baile... ¡DANI! Si, el mismo. Aún no lo puedo creer. Pensé que no tenían química o lo que sea.

Pero no, parece que se rindió conmigo y empezó a prestarle atención a Meg. ¡Son tan lindos! Ya fueron a un concierto de una banda que no conozco, a comer, al karaoke, al teatro... Sí, han estado saliendo mucho estos días. Me alegro por ellos, se ven muy felices. Y Logan y él se han hecho muy cercanos. Somos de esos que salen en citas dobles. ¿Y saben qué? ¡Me encanta!

[...]

He bailado toda la noche.

Mis pies me están gritando que pare, pero no puedo. Quiero disfrutar de este baile. Además, si me siento a descansar voy a empezar a ponerme nerviosa por lo de más tarde. ¡Y no quiero pensar en eso! Quiero divertirme.

De repente suena la canción Lucky y noto que es muy apropiada para nuestra historia.

— ¡Bailemos! —le grito a Logan.

También parece un poco cansado de tanto baile.

Mala suerte.

Nos comenzamos a mover suavemente y subo mis brazos a su cuello.

Él empieza a cantarme la canción al oído. Lo ha hecho con casi todas las canciones lentas o de amor. Es un romántico. Cuando llega otra vez al estribillo tengo una sonrisa de idiota en la cara.

Lucky I'm in love with my best friend
Lucky to have been where I have been

Lucky to be coming home again
Lucky were in love in every way

Lucky to have stayed where we have stayed
Lucky to be coming home someday.

— Soy muy, muy, muy afortunado por tenerte —susurra en voz baja.

— No, yo soy la afortunada.

Y lo digo en serio. Tengo mucha suerte por tener un novio tan lindo, atento, ardiente, gracioso, y... ¡CANTA! ¿Qué más puedo pedir?

— Te amo —dice antes de besarme dulcemente.

Me siento en las nubes. Podría besarlo toda la noche, de hecho creo que lo haré.

Soy completamente feliz haciéndolo.

Tenias que ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora