Capítulo XIX

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Cuando termino de contar toda la historia, por segunda vez en el día, Megan tiene la mandíbula por el piso.

- ¡POR DIOS! Te enganchaste con el jodido-cuerpo-hermoso de Justin, ¿y no me lo dijiste? -chilla enfadada.

Bien... no pensé que me iba a decir eso.

- Yo... bueno, si...

- No lo puedo creer. ¡TE ENVIDIO! Primero Logan, después Dani no puede sacarte los ojos de encima y... ¡ahora Justin!

- ¿Quien es Dani?- pregunta mamá alzando una ceja.

- Era mi "cita" en el cine. Pero se la pasó babeando por Abby, y en la fiesta...

- Bueno, bueno. Él no es importante -interrumpo.

No quiero que mamá empiece a acosarme con él también. Ni siquiera tenemos nada.

-Humm... -dice mamá poco convencida.

- Apoyo la idea de tu mamá de tirarte de los pelos con Becca -dice Megan.

- No escuché que ella dijera eso.

- Oh, bueno. Entonces es mi idea.

- Me parece una idea genial -añade mamá.

- La he escuchado algunas veces, diciéndome que envidia que tengas unos padres maravillosos y tu cuerpo... y que los chicos siempre babean por tus piernas... ¡Pero pensé que era una envidia sana! Como la de las amigas normales -explica Megan haciendo malas caras.

- ¿Sabes que tendrías que hacer? -interrumpe mi madre de repente emocionada.

Me da miedo.

- ¿Qué?

- ¡Una fiesta!

- ¿Eh? -preguntamos Megan y yo al unísono.

- ¡Una muy perfecta fiesta sin que ella se entere! Y divulgar rumores sobre que es una zorra -dice mamá con una sonrisa malvada.

- Pero... -empiezo y luego soy interrumpida.

- ¡Es perfecto! El fin de semana tu padre y yo podemos irnos a alguna parte a descansar. El sábado haces la mejor fiesta de la historia y es la excusa perfecta para cuando te pregunten como empezaste a enrollarte con Justin... -empieza a divagar y puedo oír las ruedas trabajando en su cabeza. Debo ser la única adolescente a la que sus padres la obligan a hacer una fiesta. -Y hasta puedes dar el siguiente paso -añade guiñándome un ojo.

POR EL AMOR DE DIOS.

Me pongo como un tomate y Megan me mira divertida tratando de no reírse.

-Humm... sí, bueno... -balbuceo.

¡No sé qué decir!

- ¡Era un chiste! Aunque mientras no sea en mi cuarto no tengo problema.

DIOS.

No creo que pueda sonrojarme más.

- ¿Pero con cuál de los dos? -dice Megan dándome una mirada malvada.

- ¡Lo dices como si fuera una zorra!

- Oh, claro que no, cariño. - ¿Está diciéndolo con sarcasmo?

- ¡Tenemos que planear la fiesta! -chilla Megan emocionada.

[...]

Es viernes y estoy saliendo de clases.

Según mamá y Megan, no debo enfrentar a Becca hasta después de la fiesta. Igual no la he visto mucho, está "deprimida" porque terminó con Justin.

Hablé con él y me dijo que ella se puso toda histérica cuando empezó a decirle que no creía que debieran seguir saliendo. Que le dijo que había una fila de chicos que estarían dispuestos a tomar su lugar y no se iba a quedar con un chico sin sangre caliente en el cuerpo.

Esas fueron sus palabras exactas según Justin. Después se fue haciendo toda una escena dramática.

Megan y yo la hemos estado ignorando estos últimos días, ya que, nos encargamos de difundir el rumor de la fiesta de mañana en mi casa. Obviamente, haciendo hincapié en que Becca no debe enterarse porque se está enrollando con mi ex novio y estoy sumamente enojada con ella.

Cuando camino por el pasillo escucho susurros y algunos pocos me saludan diciéndome "hasta mañana" con miradas cómplices.

Va a ser una gran fiesta. Megan le mandó mensajes a Dani para que todos sus amigos vinieran y yo presiento que será un caos.

Salgo de la escuela.

Al fin.

Estoy caminando tranquilamente cuando siento que alguien me agarra del brazo. Fuerte. Me paralizo. ¿Qué mierda...?

-Abby -dice Logan.

No hemos hablado desde nuestra pelea.

- ¿Qué pasa?

- Quería hablar contigo.

- ¿Sobre qué? -pregunto precavidamente.

No tengo ánimos para discutir.

- Sobre tú... y yo.

- No hay un tú y yo Logan -decidí que no debo acercarme a él.

No quiero lastimarlo, debe ser muy feo y doloroso amar sin ser correspondido.

Además estos días me he estado liando con Justin... sería como engañarlo, ¿no?

- Aún.

- Log... -me veo interrumpida cuando el pone un dedo en mis labios haciendo que me calle.

Me estremezco por la sensación. Todavía tiene ese efecto en mí.

-No, Abby. Escúchame. -Lo miro a los ojos. A sus hermosos ojos avellana que me miran con algo que no puedo descifrar. -Te amo. - me dice y creo que deje de respirar. Ya me había dicho que estaba enamorado de mí, pero no es lo mismo. No eran las jodidas dos palabras. Las que toda chica quiere oír. Muerdo mi labio como siempre hago cuando me muero de los nervios. -Y no voy a sentarme a ver cómo estás feliz con otro.

¿Qué?

- Sí, ya sé... en este momento de la película el chico no correspondido le diría a la chica "No importa si no estás conmigo, quiero que seas feliz" y se haría a un lado. Pero eso es una mierda y en la vida real duele. Lo intenté. Te juro que quise apartarme para que sigas con tu vida, pero estar separado de ti, no formar parte de tu vida... me duele más que cualquier otra cosa. No es que no quiera que seas feliz, ¡lo deseo! Sin embargo, quiero que seas feliz conmigo. -Lo miro. No puedo creer todo lo que está diciendo. -Ahora que al fin sabes lo que siento por ti, no me voy a rendir -añade seriamente. Tiene una mirada de cachorro enfermo de amor en el rostro mientras entrelaza sus dedos con los míos -Quiero estar contigo. Quiero una relación seria. Las flores, el romanticismo, los chocolates, las cosas cursis, las citas, los apodos infantiles, los momentos empalagosos, la cena con los padres, los susurros al oído, las serenatas, tomarse de las manos... -dice mirando nuestras manos unidas. -Quiero bajarte las estrellas, quiero cantarte canciones de amor todo el tiempo, quiero decir tonterías sólo para hacerte reír, quiero besarte cada segundo del día, quiero acomodar tu cabello detrás de tu oreja, quiero estar para ti cuando me necesites, escucharte hablar sobre cosas sin sentido, ser el que limpie tus lágrimas, el que está contigo cuando estás feliz, el que te hará hacerte enojar solo para tener millones de besos de reconciliación. -Creo que ya perdí la capacidad de respirar, de pensar, de hacer algo que no sea mirarlo como una idiota. -Quiero que seas mía. -susurra contra mis labios- Quiero amarte el resto de mi vida.

Oh, por Dios.

Antes de que pueda decir algo, sus labios están en los míos y me derrito en la sensación.

Tenias que ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora