C I N C U E N T A Y S I E T E

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«Hayley»

Intenté acostumbrar mis ojos a la penumbra en la que estaba sumergida la habitación, hasta que a mis espaldas un rayo atravesó el cielo, dejandome ver por dos miserables segundos los grandes ojos como océanos del individuo.

Ay no.

Ay sí.

Andaba sólo con unos pantalones de pijama que caían desde su cadera, dejando ver su plano y pálido abdomen.

Me escrutó con su mirada de témpano empezando desde la punta de los pies, lo que hizo que me sonrojara olímpicamente por el hecho de andar con la camiseta de Matt y por tener las piernas descubiertas.

Agradece que está oscuro.

Un rayo se hizo presente, iluminándonos.

Bueno, ya no tanto.

Cuando sus ojos llegaron a mi cabeza, nuestras miradas se conectaron, y nos quedamos así un largo tiempo en el que solo se escuchaban los truenos rugir y las olas golpear, ya que ninguno de los dos apartaba la mirada. Pero era un silencio cómodo, era, como si de alguna manera yo pertene...

Desperté abruptamente de la ensoñación con un trueno escandaloso.

–¿Qué estás haciendo aquí?–lo reprendí, susurrando.

–¿Eh?– me miró confundido.

–Dije...– me acerqué lentamente hacia el frente–... que qué mierda estás haciendo aquí– le susurré mirándolo.

Se removió incómodo en su lugar.

–Yo... E-escuché un ruido y... Y vine a...– bufó y me miró fijamente– Quería saber si estabas bien.

Quedé atónita. ¿Desde cuándo que Nash “Soyunidiota” Grier se preocupa de mí? Además me gritó un montón de cosas hirientes cuando estábamos en el campamento. Debe ser sólo un sueño, un feo y mal sueño…

Pellizqué mi brazo para despertar, pero lo único que conseguí fue dejarme la piel irritada.

—¿Pero qué haces?— me dijo alarmado.

Nota Mental:Para la próxima sé más discreta.

—Qué te importa— espeté de manera borde —El golpe que escuchaste fui yo abriendo la ventana, nada más— le dije con fingido desinterés y me acomodé el flequillo.Su expresión preocupada cambió a una enojada.

—¡¿Y por qué mierda se te ocurrió abrir la ventana a las…- sacó su teléfono del bolsillo de su pantalón- …a las 3 de la mañana?!— exclamó.Bipolaridad nivel: Nash Grier.

—¿Podrías decirlo más fuerte?, es que Hong Kong me informa que no escuchó nada— susurré sarcástica.

—Y a ti con tu golpe te escucharon en Sidney, Señorita delicada. No entiendo como los demás no te escucharon— hizo énfasis con sus manos.

Touché.

Acto seguido Nash se acercó a la cama de Lilly y se lanzó de panza en ella.

—¿Qué mierda, Grier? ¡Fuera!— me acerqué rápido a pasos cortitos. Intenté jalarlo de un brazo para hacer que saliera de la cama, pero tengo la misma fuerza que una lechuga así que todo esfuerzo fue en vano.  Caí de trasero al mismo tiempo en que un trueno resonaba en la habitación, con un golpe que hizo que me retumbaran el cerebro y el alma.

Puta vida.

Las carcajadas de Grier resonaron por la habitación, y espero que no en la casa.

Con el dolor de mi alma me levanté y corrí a cerrar la puerta para evitar que el escándalo que teníamos lo escucharan los chicos.

My lovely Idiots |Magcon boys|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora