Capítulo 36

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Pov. Anastasia.

Pase toda la noche pensando en lo mucho que extraño a Christian pero no puedo hacer nada para cambiar lo sucedido. Despierto mas temprano y me doy una ducha para borrar el cansancio de una noche en vela. Me visto con un traje sastre negro de pantalón, camisa blanca, zapatos de tacón de aguja negros y un bolso a juego. Salgo para desayunar y encuentro a Eva y me siento a su lado.

-¿Como te sientes? Pregunta.

-Sobreviví a la noche. Respondo.

-Todo pasara y cuando menos te lo esperes veras las cosas de otra manera. Todos pasamos por alguna desilusión, ese es el precio de enamorarse, Anastasia. Dice

-Así es, Eva. Pero ahora estoy pagando el precio de un corazón que late. Pero ya paso el tiempo de llorar y seguir adelante. Digo.

-Eres una mujer muy fuerte. Dice.

-Nunca me he dejado arropar por los problemas o el dolor y ahora no será la excisión. No quiero volver a hablar del tema... Hoy no es ayer y el sufrimiento se quedo ahí. Le Sonrío.

-Me alegro ¿A donde vas tan temprano? Pregunta levantando las cejas.

-Para la oficina. Tengo muchos pendientes y como dice el refrán al que madruga Dios le ayuda.

-Nos vemos allá. Dice y se levanta para ir a su habitación.

No quiero la lastima de nadie por mi primera desilusión amorosa. Anastasia Steele no es el tipo de mujer que se deja caer porque las cosas no salieron como esperaba que fueran.

Un hombre no será quien haga que me vuelva débil y que un sentimiento me consuma. Si Christian Grey decidió que todo quedara hasta aquí... Pues, que su boca sea la medida y que siga su camino y yo seguiré el mío.

Llego a la oficina como a las 7h y esta todo tan tranquilo y mi compañía es el silencio de la mañana. Me sumerjo en mi nuevo proyecto y saco de mi mente todo lo que tenga que ver del ámbito personal.

Estoy concentrada en mi trabajo y tocan mi puerta y levanto la mirada y esta Hannah para informarme que quieren verme en presidencia.

-¿De presidencia? Pregunto.

-Si, el señor Grey quiere verte. Dice Hannah.

-¿Esta aquí? Grito.

-Si, Anastasia y te recomiendo que no lo hagas esperar. Dice y sale de la oficina.

¡Dios mío!

Christian esta aquí. Mi corazón quiere abandonar mi cuerpo y no se como enfrentarme a él desde de lo ocurrido. ¡Calmate Anastasia! Vamos a ver que desea el jefe.

Pov. Christian.

Vamos camino a Dallas y miro por la ventanilla como el avión me lleva donde esta mi diosa de ojos azules. Me he comportado como un niño de cuatro años frente al amor y me asuste tanto que quise salir corriendo. Y no me había dado cuenta que no podía correr a ningún lado porque en el único lugar en el que quiero estar es a su lado.

Mi abuela siempre tuvo razón que el día que contratara a la mujer de mi vida tenia que irme con cuidado porque cualquier tras pie podría apartarla de mi lado y no lo puede ver y ahora siento que la pierdo... Y mi miedo aumenta.

Recuerdo que un día cuando estaba en casa de mis padres mi abuela me dijo:

-Christian, el día que encuentres al amor de tu vida lo vas a descubrir con solo mirarla a los ojos y cuando sus cuerpos se unan será una entrega que te dejara marcado porque después de ese momento dependerán el uno del otro y esa unión no será solo de piel con piel, sino será de alma con alma...

Lo único que te puedo pedir es que tengas los ojos bien abiertos y te entregues sin reservas y te aferres a el como tu tabla de salvación. Y el día que la encuentres quiero ser la primera en darles mi bendición.

Sabias palabras y ahora parezco un moribundo sin ella a mi lado y solo mis caricias sobre su piel en mi memoria que no dejan de pasar por mi cabeza como una película, confirman que mi vida no vale nada si no la tengo.

Llegamos a DFW y vamos camino al apartamento, pero decido dejar que descanse y mañana nos veremos.

La noche pasa lenta y me acompaña la soledad de la noche y veo el amanecer deseando que pueda dejar que le explique lo tonto que he sido y lo feliz que soy cuando estoy a su lado. Me levanto para darme una ducha, me visto con traje negro, camisa blanca de lino, corbata azul.

Al llegar a la oficina me informa que la señorita Steele esta en su oficina. Le ordeno a Hannah que le informe que deseo hablar con ella y la espero en mi oficina.

Estoy sentado en mi silla impaciente al saber que me veré reflejado en sus hermosos ojos. Parezco un niño que espera su regalo prometido y no puedo estar tranquilo y para controlarme me pongo a mirar la ciudad bajo mis pies. "Te Pienso"


Una sombra llega a mi vida.  (1 T) (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora