Capítulo 41

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Pov. Christian.

Llego a la oficina con la determinación que quiera o no tendremos que hablar, porque ya no aguanto mas esta situación. Mi abuela dice que le tenga paciencia pero ya mi paciencia llego a su limite. Entro a su oficina y la veo tan hermosa y al percatarse de mi presencia levanta la mirada y se para de su silla.

-Buenos días, Anastasia. Digo.

-Buenos días, señor Grey. Dice.

-Tenemos que hablar y no me voy hasta que lo hayamos hecho. Digo.

-Si desea hablar de trabajo, lo escucho pero si viene a tratar otro tema, pues no. Dice con altanería.

-Anastasia, por favor, escucharme... Yo... Te echo de menos. Necesito que me escuches y me perdones por lo tonto he sido. Suplico.

-No veo de que. Porque que yo recuerde señor Grey, usted y yo no tenemos nada de que hablar.

-De nosotros. Digo. Acercandome a ella.

Acaricio sus mejillas disfrutando de su suave piel. Como extrañaba ese pequeño contacto entre los dos. Se queda quieta con la mirada fija en otro lugar. Levanto su barbilla y acaricio su labio inferior con mi pulgar y no muestra ninguna reacción.

-No puedo estar sin ti, nena. Yo te...me interrumpe.

-Señor Grey, le agradecería que mantenga su distancia y que respete nuestro lugar de trabajo. No me obligue a presentar mi renuncia. Dice.

Quedo paralizado y puedo ver en sus ojos que no existe ningún rastro de cariño hacia mi.

¡Por Dios!

La perdí. Mi mundo se desmorona y no soy consciente que mis ojos están llenos de lágrimas y que se han escapado dos de ellos y bajo la mirada tratando de ocultar el dolor que tiene mi alma.

Todo pasa como una película en cámara lenta y sus palabras retumban en mi cabeza haciendo mas grande el dolor que estoy sintiendo. No quiero sentirme así, destruido, roto y me recuerdo a mi mismo quien soy y que no puedo estar mendigando y suplicando que me amen...

Yo soy Christian Grey, no me humillo ante nadie, ni suplica, ni lloro y tampoco permite que lo vean derrotado... Ahora no será la excisión y aunque este roto por dentro no lo puedo demostrar a nadie... si no quiere estar a mi lado no puedo obligarla.

Salgo del abismo en el que he caído y colocando la coraza que siempre me ha acompañado y que me quite cuando acepte que estaba perdidamente enamorado de Anastasia Steele y enterrando ante ella a ese hombre que se volvió vulnerable por su amor.

Levanto la mirada y ahora quien esta frente a ella es el Christian Grey que siempre he sido y que siempre seré. Dando dos pasos hacia atrás y manteniendo una distancia la enfrento.

-No se preocupe señorita Steele, mantendré mi distancia y desde este instante usted será tratada como lo que es.... una simple empleada. Digo. Mirandola a los ojos con total frialdad. A partir de este momento se reportara a la señora Bailey. ¡Entendido!

-Entendido, señor. Susurra. Puedo ver su cara de desconcierto por mi brusco cambio pero ya no me importa lo que pueda pensar.

-Siga trabajando. Tenga buen día señorita Steele. Digo.

-Buen día, señor Grey.

Me doy la vuelta sin ni siquiera mirarla porque no me permito doblegarme ya he suplicado demasiado, por mi orgullo y por amor propio no me lo permito.

Tomo el pomo de la puerta y salgo de su oficina de la misma manera que he salido de su vida. Y no me perdono haber derramo una lágrima ante ella y ver como ella menospreciaba el amor que siento.

Al llegar a mi oficina me dejo caer en el sofá y cierro los ojos para que mis lágrimas curen este corazón que esta totalmente roto. Siento unas manos en mis hombros y se que es mi abuela que viene a ayudarme a recoger los pedazos de mi corazón.

-Todo estará bien, mi niño hermoso. Sentendose a mi lado. -Tu mami esta aquí contigo. Dice.

La abrazo y me permito llorar lo que mi alma necesite porque desde el momento que salga de esta oficina no permito volver a ser el hombre débil que fui frente a Anastasia Steele. Este amor.


Pov. Anastasia.

¡Madre mía!

Esas lagrimas eran de dolor y yo soy la responsable de el. No se porque me comporte de esta manera y ahora no se como remediar lo que dije... Un frío recorre todo mi cuerpo al ver como su mirada se volvió inexpresiva y no podía interpretar que había en ella.

Cuando me habla lo hace con una indiferencia que me deja fría y trato de reaccionar y que el que esta hablando no es el Christian que entro hace un momento...

Eso se perdió en algún lugar de su interior. Hace ver que somos diferentes y que como tal seré tratada.

Como le digo que lo que dije lo hice sin pensar y que no lo sentía. Se da la vuelta y sin detenerse a mirarme sale dejandome con inmenso vacío y con ganas de llorar.

Caigo al suelo ya que mis piernas no pueden sostener mi cuerpo y me permito llorar y no se por cuanto tiempo lo hago hasta que veo a Nachiiiii envolviendo mi cuerpo en un cálido brazo y me permito llorar con ella.

Una sombra llega a mi vida.  (1 T) (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora