Perfecto Secreto (Yaoi +18)

¡Nadie sale!

El domingo se dedicaron a disfrutar de su mutua compañía, hasta que Kyuhyun recordó que tenía un par de pendientes, así que aprovechó que Siwon estaba dándose una ducha.

Marcó el número ya conocido desde un teléfono viejo, descartable y muy pasado de moda que guardaba para sus contactos "especiales".

-¿puedes hacer un encargo urgente?- dijo sin rodeos a la persona que contestó

-¿que tan urgente?-

-jueves o viernes- hizo cálculos el castaño, para entonces ya habría convencido al mayor de volver al juego y tendría todo listo.

-sabes que eso costará más trabajo, debo alterar las órdenes de la semana-

-si es por dinero, no te preocupes, no es problema, pero necesito que me asegures que lo tendrás-

-bien, bien, te enviaré la cifra cuando esté hecho-

-perfecto- y sin más colgó, justo a tiempo antes que Siwon saliera de la ducha.

-¿sabes en que estaba pensando?- comenzó el castaño

-no lo se, dímelo tu- se acercó Siwon al menor con mera curiosidad, pues nunca sabía lo que iba a decir el castaño

-me porté muuuy pero que muy bien en la cena anoche, ¿verdad?- puso su mejor cara de niño bueno, eso no podía fallar.

-todo salió inesperadamente bien, si, ¿porque?- preguntó Siwon

-quiero volver a ir a los bares, prometiste que lo haríamos pronto-

-sé lo que dije, pero aún creo que es muy pronto Kyu-

-corramos el riesgo, solo esta vez- acortó la distancia que faltaba, rodeó el cuello del mayor con sus brazos y lo besó, hasta que el aire hizo falta -solo esta vez... Sabes que no te lo propondría si no tuviera todo bajo control- argumentó mientras rozaba lentamente el cuello del mayor, su aliento chocando contra la fría piel a causa del agua.

-¿todo planeado?-

-ajá... Solo debes hacer lo usual, no me digas que no te hace falta adrenalina luego de estos días tan aburridos...-

-no lo voy a negar...-

-¿entonces?- cuestionó Kyuhyun

-bien, pero más te vale que en serio tengas todo planeado-

-por supuesto, para el jueves todo estará listo, nos vendría bien salir el viernes-
Kyuhyun sabía que la hermana de Siwon llegaría el domingo, pero poco le importó. El mayor, por otro lado, pareció olvidar ese detalle.

-está bien, el viernes será, sólo porque te lo has ganado-
Kyuhyun lo besó como única respuesta.
El lunes por la mañana recibió dos mensajes. El primero era para confirmar que su orden sí estaría lista como quería, adjuntando una cifra considerablemente mayor a lo usual, pero le dio igual. El segundo era para avisar que el equipo a cargo de la investigación se había dado cuenta que el "problema" surgido el viernes era a causa de muestras contaminadas y debían volver a comenzar los análisis.
Ese mismo día volverían a visitar al chico. Kyuhyun ya quería saber que tan mal les iría.
Ese día, de manera inusual, terminó su trabajo a tiempo y de buena gana. Su jefe lo dejó salir temprano, cosa que aprovechó para ir a hacer unas compras.
1- una alfombra nueva, no bromeaba respecto a eso.
2-material de curación, diario iba a diferentes farmacias a comprar en pequeñas cantidades lo que le hiciera falta.
3- El resto de las cosas necesarias para su comida el domingo. Un mantel nuevo para el comedor, algunas frutas más para los postres. Lo más importante, el obsequio que entregarían a Jiwon, el cual ocultaría por ahora, así Siwon no recordaría los planes ya establecidos sino hasta último momento cuando ya nada pudiera hacer al respecto.
4- carne y verduras, ya habían estado cenando mucha comida rápida y ya era aburrido

Hoy todo estaba saliendo de maravilla que incluso cocinaría, o intentaría hacer algo de ello.
Con todos los paquetes en el auto se puso en marcha de regreso a casa al ritmo de una alegre canción que sonaba en la radio.

*Departamento de policía de Seúl. Oficina central*

-¿como es posible esto?- preguntó por enésima vez el oficial Hae Jin azotando la carpeta del informe contra el escritorio. Frustrado. Así se sentía. Durante el transcurso de la investigación siempre de algún modo algo los hacía retroceder, ahora las estúpidas muestras de sangre estaban "mágicamente" contaminadas.

-estamos investigando las cámaras de seguridad, los encargados no deberían tardar en darnos respuestas- comentó el oficial Park en un intento vano de aliviar tensión.

El jefe, el gran jefe como lo llamaban muchos, ya había llamado para saber de voz propia los hechos.
Fue una extenuante hora de pedir disculpas, asegurar que conseguirían corregir el error y demás.
Comenzaba a sospechar de un infiltrado, pero no tenía pruebas suficientes para inculpar a su principal sospechoso y actuar sin pruebas solo lo pondría sobre aviso, era mejor mantener todo como hasta ahora y ser cauteloso.
En sus pocos años de carrera había logrado escalar rápidamente por mérito propio hasta convertirse en sargento, con su propio equipo a cargo.
Solo el año anterior lo habían dejado al cargo de este caso, donde nada tenía sentido, solo tenían pistas inconexas, las pistas útiles se desvanecían, no había testigos y la declaración de las víctimas podían servir de poco pues no recordaban gran cosa.
Como si el autor de aquello se estuviese riendo de él en sus narices. Justo como el mocoso Cho se había reído de él en la cena del sábado.
Que cosas pensaba. Sacudió su cabeza negando.
Debía hacerle caso a su esposa, necesitaba un descanso.
Ciertamente alguien con la personalidad de ese chico encajaba con la poca lógica del caso, no era la primera vez que lo pensaba, aunque su esposa lo tachara de paranoico por ello. Pero para hacer cualquier movimiento necesitaba pruebas contundentes, no podía ir contra nadie sin algo sólido. Ese era otro problema, su último recurso se había ido por el desagüe, no podían saber que clase de medicamentos le suministraban a los chicos, saber eso les ayudaría a saber por donde comenzar a buscar, ¿quien no notaría a alguien comprando la misma clase de medicamentos en repetidas ocasiones? O si es que eran robados, alguien debía notar los faltantes.
Para colmo la familia de la víctima se había negado a más pruebas, si bien podía acusarlos de obstrucción de justicia, eso llevaría días y al final de todos modos no serviría de nada.

Quería mandar todo al carajo, pero al segundo de eso, lo pensaba mejor y su decisión de atrapar al culpable se fortalecía.

-Necesito más café en mi escritorio, todos los archivos del caso y hoy nadie sale, hasta que me digan que fue exactamente lo que pasó con las malditas muestras...- anunció seguro de sí mismo con ánimo renovado. Desde los escritorios adjuntos el cuento era otro, se escuchó el desacuerdo general, pero de igual modo se pusieron en marcha
- ¡Y alguien llame a mi esposa!- seguro no le agradaría saber que tal vez doblaría turno... Otra vez.