-Con que haciendo manitas ya, ¿eh? No me esperaba eso de ti, Kija –Aparece Jae-Ha apoyado en un árbol de brazos cruzados.

El peliblanco del susto pega un brinco y se le caen las telas, Mio en cambio no parece molestarle.

-Me iré a llevar esto –tartamudea el veinteañero a la vez que coge los trapos del suelo y se marcha.

La chica sigue con la mirada al vergonzoso joven y sonríe divertida, mientras que el peliverde se aproxima a ella con picardía.

-Debo reconocer que Kija es guapo, aunque –se aparta el pelo coquetamente– yo soy un hombre adulto más atractivo y se complacer a una dama –le guiña el ojo–, él está muy perdido en estos temas.

Mio ríe por la actitud mujeriega del peliverde, le resultaba gracioso que se comportara así aunque ella no continuaba su juego.

-Se le ve buena persona –dice al mismo tiempo que lo observa de lejos, Jae-Ha la imita–, le gusta ayudar a pesar de que alguien pueda hacerlo igualmente –se puede apreciar como Kija ayuda a Yona a llevar cosas a un lado a otro–, es muy servicial.

-Aja –la mira de reojo–. Desprende belleza desde cualquier punto de vista –piensa para sus adentros–. ¿Y de mí? –Mio posa su atención en él– ¿Qué es lo que piensas de mí?

-No te conozco casi, ni a ti ni a nadie, quitando a Zeno, claro.

-Bueno, pero tendrás una primera impresión –coge un mechón de la chica y lo pasa entre sus dedos–, ¿no?

La peliazul calla unos segundos y observa como Jae-Ha se recrea con su cabello. Si hubiera sido otra persona ya le habría cortado las manos, sin embargo siendo él uno de los Dragones no le importaba, es más le agradaba.

-¿Sinceramente?

–Sí.

–Creo que Ryokuryuu se preocupa por todos como si fuera un hermano mayor.

–Dime más –continúa jugando con el pelo de la ojiverde.

–Pues... -piensa si en decirlo o no, pero decide no callarse– También aparenta ser un mujeriego pero en el fondo no lo es –Jae-Ha suelta la melena azul de golpe, no se esperaba que le dijera algo así, traga saliva e intenta actuar como siempre hace.

-¿Y por qué... –la agarra de la cintura y seductoramente coge su mentón para que sus miradas se encuentren– crees eso?

Se quedan en esa posición durante un corto intervalo, él piensa que tras ese movimiento ya la habría conquistado, todas lo habían hecho hasta ahora. ¿Por qué ella sería la excepción? Él espera que tiemble de fogosidad o al menos un sonrojo por parte de la chica, alguna reacción que le permitiera saber que había caído ante él. No obstante, no es así, la adolescente le contesta con algo que nunca le habían dicho.

–Tienes miedo a amar y sufrir por no ser correspondido.

Su corazón había dado un vuelco tras las palabras de la joven. No lo llegaba a entender. ¿Cómo es que una chiquilla había atinado tan de pleno? Parece como si hubiera entrado en él y hubiera estado fisgoneando en sus mayores secretos. ¿Quién era ella en verdad? ¿Por qué se sentía tan pequeño a su lado a pesar de sacarle cabeza y media? ¿Por qué estaba tan exaltado? Sin darse cuenta un leve sonrojo asoma en sus mejillas.

Estaban paralizados mirándose el uno al otro. Si no hubiera sido por un rubio que de pronto había aparecido dando un cabezazo a la espalda de Jae-Ha, aquel momento podría haber durado una eternidad, al menos para él. El ojos caídos lo maldice entre sus adentros.

ℓα ℓσвα ףυє αмαвα α ℓσѕ ∂яαgσиєѕ · AKATSUKI NO YONADonde viven las historias. Descúbrelo ahora