DISPONIBLE TAMBIÉN EN FÍSICO.
Brandon Hart es un chico que vive atrapado entre su ingenuidad y la claustrofobia. De una u otra manera, su suerte, no tan favorable, suele arrastrarlo a algún espacio reducido. Perder el control en esos instantes, ya e...
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Mi respuesta a la invitación de Harold fue un sí. Acepté aun después de lo que vi en el pasillo.
—No te arrepentirás —me dijo—. Brandon, te espero el sábado en el Terra Loto, a las dos de la tarde. ¡Es una cita! —exclamó.
Tras decir eso, Harold se acercó para besar la comisura de mis labios. No fue un beso como tal, pero estuvo bastante cerca de serlo. Las ilusiones cobraron vida de nuevo.
Sábado...
Este día es especial. No solo por mi cita con Harold, también se celebra mi cumpleaños número dieciocho.
En fin, quise contarle a mamá sobre mi cita. Al principio, ella no estaba muy convencida, pero luego accedió bajo ciertas condiciones. Número uno: que Harold me trajera a casa temprano. Y dos, que, en el transcurso de la tarde, yo avisara si estaba bien.
En el sofá, había una bolsa con una nota que decía:
Feliz cumpleaños, hijo. Te amo mucho. Y bien, ya eres todo un hombre, y debes tener estilo, así que abre la bolsa. Que tengas un excelente día.
Abrí la bolsa y encontré un atuendo casual. Una camisa rosa pastel, un pantalón, zapatos de vestir —en color negro—, y una bonita bufanda, del mismo color.
«Ya tengo qué ponerme para mi cita con Harold» —pensé aliviado, mientras me arreglaba.
Planché mi cabello desordenado hasta lograr un lacio aceptable. Además, cubrí algunas pecas. Solo algunas porque noté que a Harold parecían gustarle. Por último, me probé mi nuevo atuendo.
Era una fría tarde en Ciudad Loto. El cielo estaba ligeramente despejado, se veían algunas nubes.
Yo me encontraba tan ansioso en el autobús. Luego, al ver el centro comercial frente a mí, vino el recuerdo desagradable de cuando estuve atrapado en el elevador.
—Tranquilo, hoy es un día diferente —me dije.
Harold se encuentra en la entrada del Terra Loto. Él luce adorable. Su cabello está bien peinado, como es usual. Además, lleva puesta una camisa color turquesa, adornada por un corbatín blanco en el cuello. También lleva unos jeans ajustados y calzado elegante.
Harold me mira, y de inmediato esboza una radiante sonrisa, que viene acompañada por un beso en la mejilla. Al instante me hace sonrojar.
—Hola, Brandon. ¿Cómo estás?
—Muy bien —le respondo.
—Te ves encantador.
—Tú también te ves increíble, Harold.
—Gracias —dice—. Bueno, aquí estamos... ¡El Terra Loto! ¿Algo que quieras decir?
—Sí, hay un detalle que creo, deberías saber. Hoy es mi cumpleaños.
