Capítulo 9 | Rompecorazones

16.7K 1.1K 642
                                    

11:00 p

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

11:00 p.m.

Mi móvil suena en repetidas ocasiones, al parecer tengo algunos mensajes sin leer.

Mensaje de Susy:

—«Los ensayos de la banda serán temprano, cada lunes en el auditorio, y los jueves en el campo de fútbol, mientras el equipo realiza su entrenamiento. Eso significa que mañana habrá ensayo. ¡Prepárate!»

Mensaje de Harold:

—«Hola, Brandon Hart. Espero no molestar al escribirte a esta hora, pero estoy convencido de que, si estás leyendo esto, es porque realmente te desperté, y sí, mi intención es molestar».

Salto de la cama, emocionado tras ver su mensaje.

«Este chico al fin me escribió»

Le respondo con otro mensaje.

—La verdad, sí me has despertado, pero creo que eso no tiene importancia cuando esperas con tantas ansias un mensaje. Posdata: Tengo el defecto de ser predecible.

—¿Sabes, Brandon? Me agrada que tengas un sentido del humor que aparece cuando menos lo espero. En fin, ¿cómo estuvo tu día?

—Bueno, tuve un día agotador en la secundaria, pero no pienses en dejar de escribir solo por mi cansancio.

Le doy enviar al mensaje. Harold me responde enseguida.

—No lo haré, seguiré molestando siempre que pueda. Una puerta muy peligrosa es la que acabas de abrir, Brandon Hart.

—¡Qué miedo! ¿Acaso no tienes otras técnicas para coquetear?

—La práctica hace al maestro. Tu sarcasmo será inútil conmigo, y para romper el hielo, te enviaré un video que encontré en internet.

Conversar con Harold es tan entretenido. Somos bastante obvios, pero no tengo problema con ese detalle.

De pronto, recibo un video en el que se ven historias de amor cliché, todas terminan con canciones muy cursis.

—¿Por qué me enviaste eso, Harold?

—Simple, quiero molestarte con clichés.

—Lamento informarte que no lo lograrás porque me encantan los clichés —recalco con orgullo—. ¿Acaso no recuerdas que vimos esa película romántica en tu habitación y te expliqué cómo funcionan?

—Jamás olvidaría ese momento, me explicaste lo absurdas que son las películas de amor. Y sugiero que un día vuelvas para que me expliques el final de otra película.

—¿Es una invitación?

—Lo es. Buenas noches, Brandon Hart.

—Buenas noches, Harold Miller.

No dejé de sonreír luego de esa conversación. Sentí como las ilusiones revoloteaban en mí. Y, aunque todavía era demasiado pronto, mi corazón lo sabía, pero eso no importaba, porque tendría dulces sueños esa noche.

Elevador de NubesWhere stories live. Discover now