◦Siete◦

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—(T/N)—te despertó tu madre. Abriste los ojos sintiéndote cubierta por un sudor frío de pies a cabeza. El corazón te latía a mil.—Al teléfono. Un tal Ciprés.—Tras decir aquello se marchó. Te llevaste una mano al pecho, estabas completamente acelerada a causa de la pesadilla. Después bajaste la mano hasta el estómago, obviamente no había ninguna herida, al igual que en tu cuello.

Te levantaste y fuiste al teléfono.

—¿Diga?

—(T/N), soy yo, el profesor Ciprés. No te habré despertado, ¿verdad?

—No, no... qué va. No se preocupe.—Tragaste saliva, ¿cómo todos conseguían tu número tan fácilmente?

—He leído tu trabajo, y me gustaría comentarlo contigo.—Mientras le escuchabas miraste hacía a fuera, por la ventana, sin quitar las cortinas ya que la luz te molestaba. Para tu sorpresa, fuera estaba Blue, fumando. No se la veía muy contenta.—¿(T/N)?

—Sí, sí... claro.

—¿Qué te parece hoy a las once en mi despacho?

—Bien.—No podías apartar la vista de Blue, ¿estaba allí por ti, debido a Red? si fuese así, ¿cómo había conseguido tu dirección?

—Entonces luego nos vemos, adiós.

—Adiós—te despediste de él para luego colgar. Blue miraba hacia tu ventana. Tú te hiciste a un lado, para que no te viese. Pocos segundos después volviste a mirar y no estaba, pero llamaron al timbre.—¿Quién es?—preguntaste por el altavoz.

—¿Está (T/N)?—Era Blue. Te quedaste pillada unos segundos, pero lograste reaccionar poco después.

—No, no está—dijiste para luego colgar de golpe.

•○•

Entraste en la universidad, con paso acelerado queriendo ir directa al despacho de Ciprés. No querías encontrarte con Blue, era obvio que te estaba buscando. Seguramente para gritarte mil insultos mientras lloraba y decía que por tu culpa la había dejado Red. Al final, era verdad que él la había dejado, sino no te buscaría.

Entonces los viste.

Estaban a varios metros de ti, ella con las manos sobre su pecho hablándole con una expresión muy triste. Él tan solo la miraba con frialdad para luego desviar la vista de ella. Cuando ella comenzó a llorar, él suspiró y la tomó de la cara besándola.

Caminabas observándolos, mientras se besaban él posó su vista en ti. Te sentiste incómoda y andaste con más prisa al despacho de Ciprés.

•○•

—Hola (T/N). Pasa por favor—te dijo cuando abriste la puerta. Estaba fumando.—¿Qué tal?

—Bien, gracias.

—Ponte cómoda.—Te sentaste en la silla. El olor a tabaco inundaba tus fosas nasales, pero no dijiste nada al respecto.—¿Un cigarrillo?

—No, gracias.

—Vamos a ver, tu trabajo... lo tenía por aquí. Lo siento, soy un desastre.—Se reía levemente mientras buscaba tu carpeta entre numerosos papeles.—Aquí está.—Cogió la carpeta, leyendo los papeles. Tomó una calada del cigarrillo.—Dime, ¿por qué te interesa la violencia?—Aquella pregunta te pilló desprevenida.

—Porque la violencia es algo cotidiano en el cine y la televisión,—lograste pensar en esa respuesta a toda velocidad, estabas algo nerviosa— y nos estamos acostumbrando demasiado a ella.

—¿Y?

—Me... preocupa.

—¿Por qué?

—Porque no me gusta la violencia.—Te extrañaste al ver en su expresión algo de decepción.

TESIS 〈GREENxLectoraxRED〉+xBLUEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora