24. Cloe (5)

20 3 2
                                    

Flashback

Me desperté con el ruido fuerte de la música, abrí los ojos aturdido y busqué de donde provenía, encontré el causante de tal escándalo debajo de mi almohada; era el celular de Cloe.

La observe dormir a mi lado, parecía un angel, observé la hora, eran las 2:30
Nos habíamos dormido.

—Cloe—trate de despertarla, pero lo único que obtuve fue que se quejara y me diera la espalda.

La abracé dulcemente y deposite pequeños besos en su cuello, ella rió por lo bajo.

—Hace cosquillas…—dijo casi en un susurro.

—Tu celular no ha dejado de sonar- me queje, ella se giro y casi me lo arranca de las manos.

—Demonios!, Nos dormimos—La observé con la cabeza apoyada en mi brazo, Cloe era extremadamente delgada, al punto de que a veces creía que si la abrazaba muy fuerte la rompería, era tan frágil.

—Eso es muy mal…—ella me tapo la boca y atendió una llamada entrante.

Pude oír la voz de su padre, parecía enojado; pero no entendía lo que decía.

—Ya vamos para allá..lo siento—dijo actuando linda, reprimi las ganas de reírme; le pedí que me pasara el celular y ella lo hizo.

— Hola sr. Hardf…—comencé, pero el me interrumpió, tenía la misma costumbre de su hija.

—¿Donde están?—pregunto serio.

—Lo siento, nos distrajimos y no notamos la hora, pero ya vamos Sr.

El suspiro sonoramente.

—Lo dejare pasar por esta vez porque se suelen portar bien.

“eso no es cierto, si ustedes supiera…”

—Gracias Sr. Ya vamos lo prometo.

— Eso espero—dijo antes de colgar.

Deje le celular y mire a Cloe; ella parecía expectante.

—¿Que dijo?— preguntó mientras se ataba el cabello.

—Que solo porque nos portamos bien lo dejara pasar—conteste divertido, ella me dio un golpe en el brazo mientras sonreía.

— Además de eso, bobo.

— Que te lleve a casa—dije riendo.

Ella asintió.

—Me termino de alistar y nos vamos ¿si?

—esta bien.

Ella entro al baño, me comencé a colocar mis zapatos, mi madre también me mataría por llegar tan tarde.

—Cloe…

—¿si?

—¿Cuándo te vas?—pregunté retomando nuestra conversación en la playa.

—Me evalúan este fin de semana, luego de eso ven que hacer…

—¿O sea que tienes solo esta semana?

—Exacto— contesto saliendo del baño— ¿Estás listo?

— No, voy al baño y luego nos vamos— dije depositando un beso en su mejilla.

15 minutos después estábamos en el auto llendo a casa de Cloe.

Nuestro “hogar” quedaba a mitad de camino de casa de ambos, era un apartamento que habíamos comprado juntos y que planeábamos habitar cuando cumpliéramos la mayoría de edad, conduje hasta su casa y la acompañe hasta adentro para recibir en conjunto el reproche “merecido” que tenían preparados sus padres.

Luego de escucharlo y prometer no volver a hacerlo volví a casa y mentalmente me prepare para el discurso que daría mi madre con respecto a llegar a casa tarde y jugar con Cloe a ser “grandes”.

(…)

Los días fueron pasando sin que siquiera lo notar, ya casi nunca veía a Cloe, ella viajaba casi todas las semanas a diferentes ciudades.

Sentía que nuestra relación se estaba apagando, la llamaba todos los días, pero no siempre respondía; y a veces aunque lo hiciera, quedaba dormida a mitad de una conversación, trataba de apoyarla en todo, de hacerle sentir mi amor, pero era realmente difícil.

Cuando ya habían pasado 3 meses de su entrada a la orquesta me dijo que tendría que viajar a New York, Yo no me opuse, era su sueño, ella me había apoyado con el baloncesto siempre y ahora era el momento de que yo la apoyara.

Pero dentro de mi seguía sintiéndome dolido por el espacio que se había creado entre los dos, recordé aquella noche hace 2 semanas.

Mi equipo había ganado un partido importante; y habíamos salido a festejar. Intente de todas las formas por hablar con Cloe pero ella no respondía el teléfono.

Trate de olvidar todo mal sentimiento y disfrutar de la noche, mis amigos bailaban y reían divertidos, decidí ir a por algo de aire y salí a caminar, pase por una parte del restaurant que estaba reservado solo para gente de dinero, jamás me fijaba en ese tipo de lugar pero esa noche lo hice, así estuviéramos a varios metros yo la reconocería, me acerque lentamente, tratando de desmentirme a mí mismo, pero no, era Cloe.

Estaba sentada en una mesa con sus padres y, con un chico, un chico que conocía y del que no confiaba ni un pelo, Zack, sus padres parecían complacidos y felices, una punzada de dolor golpeo mi pecho.

“Es solo una cena de amigos” me dije repetidas veces mientras contenía las ganas de ir y armar un escándalo, me giré sobre mis propios pasos y volví con mis amigos, literalmente no disfrute la noche, pero no le dije nada a Cloe, no quería hacerla pasar por un mal momento, pero el sentimiento de desconfianza crecía en mi.

—Es genial Cleo— dije obligándome a sonreír.

—¿Lo es, no es cierto?— contesto con una enorme sonrisa mientras se sentaba frente a mí.

Acaricie su mejilla y me acerque besándola, pero para mi sorpresa se aparto.

—Mis padres…—dijo parándose—si nos ven, no les gustara.

Trague saliva intentando ocultar mi dolor, y sonreí como siempre.

—Creo que debería irme—dije finalmente.

— ¿Eh? Ok…— contesto dándome la espalda.

— Que te vaya bien— dije caminando hacia la puerta.

—Muchas gracias.

— No hay de que...—contesté y me fui cerrando la puerta detrás de mi, sin saber que esa sería la última vez que vería a Cloe con amor, con respeto, sin saber que ese corto beso, sería el ultimo que probaría de sus labios.

Wait For MeWhere stories live. Discover now