16. Olvídala

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Maneje a casa rápidamente, entré en silencio ya que estaba cansado por lo largo que había sido el día de hoy, mi madre me recibió en la sala con una enorme sonrisa, cosa que trajo calma a mí de inmediato.

La abrace fuertemente y ella me devolvió el abrazo.

—Porque aceptaron ir a cenar donde los Hardford— pregunte mientras le acariciaba las mejillas.

Ella tomo mi mano entre las de ella.
—Apesar de que ustedes estén separados, la amistad entre las familias no termino, me pareció descortés rechazar la invitación que amablemente extendieron.

Asentí y le dedique media sonrisa, mi madre no sabía porque habíamos roto…bueno nadie lo sabía, sólo nosotros.

—Sube y date una ducha antes de ir, tienes que oler bien por lo menos— me dijo sonriendo.

Bese su frente y camine hasta las escaleras, cuando estaba por subir ella me llamo.

—Cameron…—me gire para observarla— ¿Dónde estabas?

Me rasque la nuca intentando pensar en que contestar.

—Solo estaba,  yo estoy…

—¿ Estás saliendo con alguien?

—si…si estoy saliendo con alguien— le conteste.

Ella sonrió

—Luego tendrás que decirme quien es la afortunada por ahora me conformo con el nombre.

— Alice, se llama Alice—dije sin poder evitar sonreír al escuchar el nombre de mi novia salir de mis labios.

Mi madre asintió con la cabeza mientras reía.

— Muy bien muchacho, ahora sube que se nos hace tarde.

Obedecí de inmediato, luego de una ducha rápida ya me encontraba en camino a la casa de Cloe.

Estacionamos frente a la casa de los Hardford luego de un momento, el simple hecho de estar en esa casa de nuevo me producía fuertes náuseas.

Todos bajaron pero yo me quedé sentado en el mismo lugar, mi padre al ver que no me movia dio vuelta y me animo a bajar.

—Hijo— dijo apretando mi hombro.

Yo me limite a asentir y bajar del auto, pero apretaba con tanta fuerza los puños que mis nudillos estaban tornandose blancos.

Tocamos el timbre y el ama de llaves nos abrió, el olor a la casa seguía siendo el mismo, un nudo se formo en mi garganta y me impedía tragar, los padres de Cloe nos hicieron sentarnos en la sala mientras charlaban animadamente con mis padres, Yo solo sonreía, era una sonrisa forzada que tendría que mantener toda la noche.

La preguntas comenzaron a venir sobre mi como una cascada. ¿Cómo has estado? ¿estas mas alto? ¿Cómo te va en el instituto? ¿iras a la universidad cierto?.

Yo contestaba vagamente sus preguntas mientras trataba de sonar cordial, me sentía prisionero de una película de terror donde no podía escapar, una voz resonó en mis oídos sacándome de todo esquema mal formado que yo torpemente trataba de crear.

—Buenas noches— su voz seguía siendo dulce.

Me giré lentamente y la miré, una ola de recuerdos me inundo por completo, Cloe estaba parada allí; a escasos pasos de mí, sonriendo como siempre, como si el pasado nunca hubiera existido.

Mis padres la abrazaron felices y ella parecía emocionada, yo también me levanté, pero no di siquiera un paso, solo me quede allí parado como una estatua.

Ella estiro la mano hacia mí con una sonrisa.

—ha sido un tiempo— dijo cuando le devolví el saludo—¿como has estado?

Un débil “bien gracias” salió de mis labios. Ella soltó mi mano y se sentó cerca de sus padres, ahora los que preguntaban eran mis progenitores y las preguntas iban dirigidas hacia ella, la conversación sonaba distante a mis oídos, como si yo estuviera en una sala aparte escuchando lo que hablaban.

Ver a Cloe tan bien, tan alegre, me hizo sentir débil, como si ella lo hubiera superado y yo no, Alice acudió a mi mente, como un recordatorio de mi presente.

Tome todo el aire que pude y trate de calmarme.

— Lo siento, ya vuelvo, iré al servicio— dije interrumpiendo la conversación.

—claro— respondió el Sr. Hardford —ya sabes dónde queda.

Me disculpe y me retiré al baño, me lave la cara con abundante agua y trate de organizar mis pensamientos, tomé el celular y le mande un mensaje a Alice, luego de un momento ella me contesto.

Sus palabras fueron como un ancla a tierra.

“Cloe es el pasado, lo que ella te hizo quedo en el pasado, no dejes que esto te afecte” me repetía una y otra vez.

Pensé en Alice de nuevo, ella había sido capaz de despertar mi corazón de nuevo y en poco tiempo.

Wait For MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora