7.Un tomate adorable

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Cameron

Recorrí todo el trayecto hasta la casa de los Dixon, escuchando a Big Sean ; estaba disfrutando de la mañana, había quedado de encontrarme con Alice hoy para las clases de matemáticas.

No tarde demasiado en llegar a la calle en donde vivían.

Distraídamente toque el timbre de la casa y me puse a esperar, nadie me abría.

Me Apoyé en el marco de la puerta y masajee mi cuello adolorido, sentí que la puerta por fin abría.
Levanté la cabeza y la vi, llevaba su cabello recogido en una coleta alta, estaba ligeramente maquillada,  tenía puesta una camisa a cuadros azul y un short de color blanco junto con unos Converse.

Se veía atractiva.

—Buen día Alice, le dije.

—Buenos días, me respondió.
Estaba aferrada a la puerta y no hacía más que mirarme.

Se veía graciosa.

—Entonces...¿Puedo pasar?, le pregunté haciendo una seña.

– ¿Eh?..claro, claro,adelante,
Se hizo a un lado y entre, hacia ya mucho tiempo que no visitaba a los chicos, pero la casa estaba exactamente igual a años anteriores.

—Toma asiento.., me dijo casi susurrando.

Asentí y me acomodé en uno de los sillones cercanos al balcón, ese lugar me traía buenos recuerdos.

Ella se sentó alejada de mi.

—Alice, dije para romper el hielo.

—La verdad es que no hay nadie en casa, me dijo jugando nerviosa con sus manos,
eso me tomo por sorpresa.

— ¿Estamos solos?,
Ahora entendía su incomodidad, no quedaba bien que dos jóvenes estuvieran solos, ¿ O si?

—S...si, respondió tartamudeando, los señores Dixon no están en casa, Ian salió y Rose tiene una cita.

—Aaaah, entiendo, no sabía que más decirle, ¿está bien hacer la tutoría? O ¿prefieres dejarla para otra ocasión?

—No, esta bien, pero si quieres podríamos ir a otro lugar.

Me pareció mucho mejor su propuesta.

—Otro lugar, pensé por un momento donde podríamos ir , mmm...¿vamos a la biblioteca?

—Si está bien.

Llegamos al instituto y tomamos el ascensor en silencio, ver a Alice era como mirar un tomate, estaba colorada hasta las orejas y resoplaba mientras se abanicaba, me causaba gracia y no podía evitar reírme.

Ella notaba mis miradas y se ponía más colorada aún, a medida que el ascensor subía se iba llenando más y más de gente.

Una mujer imprudente empujo a Alice haciendo que volara hacia mí, la sujete por la cintura para que no cayera.

Su piel era sorprendentemente suave y su cabello olía delicioso, tuve que hacer un gran esfuerzo para centrar mis pensamientos.

—¿Estás bien?, pregunté aún sin soltarla.

La verdad es que no quería hacerlo.

— Si estoy bien, me contestó nerviosa,
no quería sacar mis manos de su cintura, sabía que si la soltaba ya no sentiría su olor, pero viendo lo tensa e incómoda que estaba, retiré mis manos de su cuerpo de inmediato.

—Lo siento, dije retirándome un paso para darle espacio.

— Esta bien, me contestó .

Atravesamos el salón y llegamos al escritorio donde Kathia se encontraba trabajando.

Wait For MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora