Epílogo

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Stella

Metí la llave en la cerradura de la puerta y mordí mi labio inferior con fuerza. Taylor había regresado hacía dos días y yo me había venido cuando todos se fueron, había aprovechado estar en Nueva York porque no sabía cuándo iba a poder volver. No había estado bien porque todo lo que hablé con Taylor rondaba mi cabeza una y otra vez, haciéndome sentir culpable. Giré la llave y abrí la puerta lentamente, cogiendo mi maleta y sacando la llave de la cerradura. Dejé las llaves en el mueble del recibidor y cerré la puerta, dejando la maleta allí. Me asomé a la cocina, no estaba, después al salón, y allí lo vi, sentado en el sofá con el ordenador en frente, llevaba puestas sus gafas y no pude evitar pensar en lo atractivo que era. Su pelo estaba despeinado, su barba un poco dejada y su barbilla descansando en su mano.

— Hola —saludé.

— Hola —dijo sin despegar la pantalla del ordenador.

Suspiré y llevé la maleta a la habitación, dónde la dejé para deshacerla en los próximos días. Me puse cómoda y miré los mensajes que tenía en mi móvil. Cero. Apreté el botón y la pantalla se volvió negra, mi reflejo en ella. ¿Cuánto tiempo iba a seguir enfadado? Tiré el móvil a la cama y salí de la habitación, encontrándome a Taylor en la misma posición.

— ¿Pedimos algo de cenar? —pregunté en la puerta.

— Ya he cenado.

— De acuerdo.

Fui al cajón donde guardaba los números de los restaurantes y el menú y no tardé en pedir comida china. Me senté en el sofá que estaba libre y puse la televisión.

— ¿Puedes bajar el volumen? —preguntó.

Sin embargo, aumenté el volumen, haciendo que mi novio me mirase frunciendo el ceño. — ¿Has oído lo que he dicho?

— Necesito que me perdones.

— Baja el volumen de la televisión —le di más volumen—. ¡Stella! —se quejó.

— ¡Taylor! —me levanté del sofá—. No quiero estar así contigo.

— ¡Yo tampoco! —se quitó las gafas dejándolas encima del portátil—. No puedo creer que dejaras que te besara —alzó la voz para poder hablar por encima del volumen de la televisión.

— ¡Fue un beso tonto! —alcé mis manos.

— ¡Con Brad!

Gruñí y Taylor se acercó a mí para coger el mando y apagar la televisión, haciendo que el silencio reinara.

— Brad está hablando con una chica ahora, Taylor. No voy a irme con él, ni voy a... pedirle que se case conmigo ni nada de eso. Si hubiera querido algo con él lo hubiera tenido, pero no fue así. Me gustas desde que te vi en mi puerta aquel día ¡era un flan andante! Dejé que Yohanna hiciera una estúpida de lista de como conquistar a un chico y no pude cumplir ni el primer paso porque pensé que estabas a años luz de mi —confesé poniendo la mano en el centro de mi pecho—. Ni siquiera pude ponerte una mano en el hombro o tener algún contacto físico contigo.

Me quedé callada, mirando a Taylor. Quizás era la primera vez que mostraba mis sentimientos tanto con él y supe que debería de haberlo hecho antes. — Y verte cuando salía de fiesta era como... no lo sé, estaba coladita por ti e intentaba que no se notase.

— Solo un poco —sonrió de lado—. Podía ver tus mejillas rojas cada vez que te decía algo y sí, te vi temblar como un flan.

— Sigo temblando como un flan cuando pones tus ojos sobre mí.

Como conquistar a un chico / Disponible en DreameWhere stories live. Discover now