Señales [II]

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Se negó a que Liam nos acompañara al coche, así que iba a su lado pendiente por si se desestabilizaba.

— Avísame si vas a caerte. Aunque no podría cogerte, pero para no llevarme el susto —dije.

— Te lo haré saber.

Asentí y me quedé callada, mirándolo de vez en cuando. No recordaba que el coche estuviese tan lejos. Abrí el coche y Taylor se montó en el asiento del copiloto. Me quité los tacones y los dejé en el asiento trasero. Me senté bien y me puse el cinturón. Miré a Taylor, que estaba con la cabeza apoyada en el cristal y arranqué el coche.

No hablamos durante todo el camino. Taylor estaba muy quieto, por lo que llegué a pensar que se había quedado dormido. No tardaríamos en llegar a casa.

Cuando aparqué el coche frente al garaje. Me bajé y escuché un golpe. Miré y no vi a Taylor. Rodeé corriendo el coche, clavándome pequeñas piedras en la planta de mis pies. Taylor estaba boca abajo, intentando ponerse de pie, en vez de reírme, como hubiera hecho si hubiera sido Yohanna, Kathy o incluso alguno de los chicos, me acerqué a él.

— ¿Estás bien? —pregunté poniendo mi mano en su brazo para ayudarle a levantarse.

— Sí, estoy bien —se levantó y pasó su mano por su barba —esa que la hacía verse sexy— y suspiró.

Sorprendentemente, se apoyó en mí, pasando uno de sus brazos alrededor de mis hombros. Ambos caminamos hacia las escaleras del porche y las subimos lentamente. Saqué de mi cartera una copia de la llave y abrí la puerta. Entramos con dificultad, ya que ambos no cabíamos y tanteé con mi mano la pared para poder encender la luz.

— Supongo que ya tocaba no ser yo la borracha —bromeé.

— Sí, supongo que ya tocaba. Aunque es más divertido verte a ti borracha.

— Claro —rodé los ojos.

Llegamos a la planta de arriba y nos dirigimos a su habitación. — ¿Dónde te acuestas?

Taylor señaló un colchón en el suelo. Nos acercamos al colchón y Taylor se dejó caer haciendo que yo perdiera el equilibrio. Mis rodillas acabaron en el colchón y mis manos en su pecho. Me levanté y lo vi tenderse y poner una mano en su frente.

— Siento si te ofendí hoy —se disculpó.

— No importa.

Taylor se incorporó y se sentó, fue a quitarse los zapatos y me puse de cuclillas frente a él para ayudar a quitárselos. Mis dedos quitaron con rapidez sus cordones y Taylor levantó el pie para que pudiera sacarle el zapato.

— ¿Eres así de buena con todo el mundo?

Levanté mi vista para encontrarme con sus profundos ojos verdes.

— Supongo —me encogí de hombros.

La mirada de Taylor no se separó de la mía y tuve la necesidad de aguantarle la mirada durante unos segundos. — Cuando me miras tan serio me impones —admití.

Taylor sonrió. — No quiero hacer eso.

— Pues deja de mirarme así. Te traeré agua, la vas a necesitar.

Me levanté y Taylor cogió mi mano.

— No quiero agua. ¿Puedes ayudarme a quitarme la camisa? No creo ser capaz de ver los botones.

Me puse nerviosa y me arrodillé frente a él. Sus dedos empezaron a desabrochar botones por la parte de arriba y yo empecé por la parte de abajo.

Taylor paró. — Todo me da vueltas —se quejó.

Como conquistar a un chico / Disponible en DreameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora