Verdaderamente pensaba que todo ese asunto del amor era una verdadera tontería. Odiaba a las parejas que se ponían en los bancos del parque y lo único que hacían era besarse. O las parejas que no decidían quien tenía que colgar primero, o a ese chic...
Había decidido llamar a Yohanna para que me contara que estaba pasando. Robert ya estaba aquí y sabía que él y Taylor habían salido la noche anterior. Mi amiga suspiró pesadamente al otro lado de la línea mientras yo tamborileaba con mis dedos en el escritorio, impaciente.
— Robert está distante conmigo —empezó a hablar—, ya no es como antes, no lo sé. No tiene detalles conmigo, ni nada de eso.
Pensé en Taylor. Mi novio tampoco era muy detallista. — Eso son la mayoría de los hombres, Yohanna.
— Ella, he estado con fiebre en la cama y él muy imbécil ni siquiera se ha pasado a verme o llamarme.
— Vaya —murmuré. No sabía que decir.
— Y ahora se ha ido y tengo miedo de que allí conozca a alguien.
— No va a conocer a nadie —me levanté de la silla—. Robert te quiere.
— Sí, claro —murmuró molesta—. Estoy empezando a dudar de eso. El amor a veces se acaba, Ella. Avísame si te enteras de algo, tengo que seguir estudiando. Ya hablamos.
— Adiós —susurré.
Me senté en el borde de la cama y miré la pantalla de mi móvil. Tenía varios mensajes.
Taylor:
¿Cómo voy?
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Observé la foto de lo que se había puesto y sonreí.
Stella:
Vas demasiado guapo para ir sin mí.😒👊 ¿Dónde vais?
Taylor:
A un club
Stella:
Mmmm... ten cuidado.
Taylor:
Siempre lo tengo
Stella:
No me refiero a ese tipo de cuidado.
Taylor:
Jajajaja lo tendré en cuenta.
Stella:
Más te vale. Cuida a Robert.
Taylor:
Lo haré.
Dejé el móvil en la cama y salí de la habitación. Linda acababa de llegar de correr y ambas nos sonreímos para después ella dirigirse al baño. Me senté en el sofá junto a Brenda.
— Se está tomando muy apecho lo del ejercicio —dijo—. No sé por qué, si no tiene nada que perder.
Y era cierto, Linda era delgada, y cuando digo delgada, es que esa chica podría desfilar para Chanel sin ningún problema. Su piel era pálida y su pelo era rubio. Tenía una voz muy dulce y era la típica persona que no dañaría nunca a nadie.
