Ohio [II]

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Después del hola cada uno se montó en un lado de la parte de atrás y nuestros padres empezaron a hablar, viendo que tenían muchas cosas en común. A ambos le gustaba la carpintería y odiaban la jardinería. Miraba por la ventana verdaderamente aburrida pensando si no sería una falta de respeto ponerme mis auriculares y sumergirme en mi mundo.

— ¿Emocionada? —escuché la voz de Taylor por debajo de la de nuestros padres.

Lo miré verdaderamente sorprendida porque me hubiera hablado.

— Sí. ¿Y tú? —Taylor asintió y sonrió.

Miré mis manos y volví a mirar por la ventana no sabiendo que más decirle. Hey Taylor, ¿te incómoda vivir conmigo porque soy una chica o porque soy yo? Y bueno, algo que tenía como urgente en mi cabeza. ¿A que vino el beso? Me iba a volver loca pronto.

— Pararemos aquí para estirar las piernas —dijo Paul parando en un área de servicio—. Aprovechad para ir al servicio o si queréis comer algo. Aunque siempre podéis comer en el coche sin...

— Marchar nada —terminó Taylor—. Creo que tanto Stella como yo lo sabemos.

Sonreí y salí del coche estirando las piernas. Llevaba tres horas sentadas y necesitaba sentir el aire freso y no el del aire acondicionado del coche.

— Iré al servicio —le informé a mi padre, que acababa de bajar.

Me dirigí a la gasolinera y pasé por los diversos estantes de comida para ir al servicio. No había nadie, por lo que ocupé uno de los de en medio. Cuando terminé, me lavé las manos y me las sequé. Me miré al espejo y respiré profundamente. No estaba preparada para esto. Mi corazón saltaba de un lado a otro, pero mi mente negaba innumerables veces sobre esta locura. Sabía que sufriría. Salí de la gasolinera y Taylor estaba apoyado en el coche. Llevaba sus gafas de sol negras puesta y su camiseta gris estaba ajustada a su cuerpo mientras que escribía en su teléfono.

— Bien, todos listos. Sigamos —dijo Paul.

Volvimos a montarnos y esta vez conducía papá, así que me puse mis auriculares haciendo que la voz de Adam Levine llenara mi mente y mis sentidos. Cerré los ojos.

Los abrí un poco y me moví en el asiento queriendo estirarme. ¿Cuánto había dormido?

— ¿Cuánto queda? —pregunté con la voz adormilada.

— Estamos llegando —me informó papá.

Guay. Me quité los auriculares y miré a Taylor, que estaba mirando por la ventana. Cuando llegamos a Ohio miré emocionada por la ventana no pudiendo esperar para estar fuera del coche y visitar los diferentes lugares mientras buscábamos piso.

"A cien metros, gire a la derecha" la voz de la mujer del GPS le iba indicando a papá por donde tenía que tirar para ir al hostal donde los hospedábamos. "Siga recto". Paul intentó aparcar cerca y... no lo consiguió. Tendríamos que andar unos cuantos kilómetros para llegar al hostal. Bajé donde dentro de poco sería la ciudad donde viviría. Estaba emocionada por poder "independizarme".

Cogí mi maleta y me puse en la acera, al lado de Taylor, que ya había cogido la suya. Paul cerró el coche y seguimos a nuestros padres. ¿Me sentía incómoda con Taylor detrás de mí? Sí.

Llegamos al hostal y soltamos las maletas. Yo dormía con papá y Taylor con su padre. Había dos camas pequeñas separadas y dos mesitas. Una tele pequeña estaba encima de una mesita y las cortinas eran rojas. Las paredes eran blancas y los muebles marrones. Me tiré en la cama y papá aprovechó para llamar a mamá para informarle de que habíamos llegado bien.

Stella:

Ya hemos llegado.

Kathy:

¿Cómo fue?

Como conquistar a un chico / Disponible en DreameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora