Decidí dejar de pensar en el tema y me fui a comer algo. Al acabar me marché directo a la cama. Apenas pude dormir nada durante la noche: no conseguía conciliar el sueño y las pocas veces que logré me desperté sobresaltado por un sueño en el que veía mi pueblo arder, otra vez, esa imagen se estaba repitiendo muchas veces en mi cabeza durante los últimos días.

Cuando ya hubo amanecido, alguien comenzó a llamar a mi puerta y a gritar para que abriera. Rápidamente agarré mi cuchillo y abrí lentamente la puerta y al hacerlo me encontré con Monari, la cual llevaba algo en la mano y parecía muy preocupada.

—Tengo una pregunta muy importante para ti -dijo apresuradamente— ¿Alguien sabe que estás aquí?

—Nadie debería saberlo, ¿por qué lo dices?

—Porque te ha llegado una carta: la ha traído un mensajero hace un rato.

En ese momento un escalofrío recorrió mi cuerpo, ¿Quién me había mandado esa carta y por qué? Y, lo más importante: ¿Cómo sabía que estaba allí?

Le di las gracias por venir a avisarme y agarré la carta para meterme rápidamente en mi cuarto. Me senté en la cama y observé durante un rato el sobre: no tenía absolutamente nada, ni una mísera marca o nombre que indicara de donde veía. Suavemente comencé a abrir el sobre, y de él saque dos pedazos de papel. Uno de ellos era una carta, y el otro estaba en blanco. No pude aguantar más, así que comencé a leer la carta:

"Puede que al principio te hayas hecho preguntas como, por ejemplo: ¿Quién me ha mandado esta carta y por qué?... o: ¿Cómo sabía que estaba aquí?"

Fuera quien fuera esa persona, sabía exactamente cual era mi forma de pensar.

"Hace unas semanas llegaron a mí noticias de tu existencia, y nada más saberlo usé todos mis contactos para encontrarte. No fue fácil, pero ahora que lo he conseguido necesito hablar contigo: tengo demasiadas cosas que explicarte, así que necesito que te reúnas conmigo. Para encontrarme solo debes manchar con una gota de tu sangre el papel que está en blanco en el sobre y en él aparecerá un mapa.
Por favor, ven lo antes posible."

La persona que había escrito la carta quería verme: no sabia nada sobre él o ella, podía ser una trampa de mis enemigos... Pero algo me decía que no era así, que debía ir a ver a esa persona. Rápidamente desenfunde el cuchillo y me hice un pequeño corte en el dedo para manchar el papel y en cuanto lo hice comenzaron a aparecer líneas que formaron un mapa en poco tiempo.

El mapa marcaba una aldea cercana a la que podía llegar en un par de horas sin problemas, así que decidí que ese mismo día descubriría quién me había escrito esa carta.

Cuando comencé a reunir todo lo que me pudiera ser de utilidad en el viaje, llegó Gun a mi habitación: parecía bastante entusiasmada y llevaba un gran libro en las manos.

—Tengo buenas noticias: después de días de búsqueda en la biblioteca, por fin he descubierto qué es ese extraño cristal azul que robamos —dijo.

— ¿Y de qué se trata? —pregunté.

—Este cristal permite almacenar una pequeña cantidad de mana y liberarla cuando el dueño quiera: normalmente se utiliza para utilizar hechizos muy poderosos que acaban por romper el cristal por forzarlo demasiado, y por eso son muy raros de encontrar y tienen mucho valor.

— ¿Entonces podría usarlo para emplear magia de sombras aun que no tenga suficiente mana siempre que haya almacenado un poco antes?

Gun asintió, y luego siguió hablando:

—Pero ahora la gran pregunta es: ¿Nos lo quedamos o lo vendemos? Porque podríamos obtener mucho dinero por él.

Ambas cosas podrían sernos de utilidad, pero quizás sería mejor venderlo y así obtener un beneficio los dos...

I'm (Not) A Hero (Pausada Hasta Nuevo Aviso) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora