36. Manipulación

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CHASE

—Derek Brandon Efron, ¿dime, quién se ha comido la galleta? —pregunté, mostrándole el dulce mordido por la mitad.

—Kai —balbuceó, culpando a su hermana.

—Kai no está aquí —lo miré alzando una ceja —. ¿Campeón?

Puso sus manitas sobre su rostro y me miró con su labio inferior temblando lentamente. Sus ojos avellana se agrandaron y soltó un pequeño sollozo.

—No, campeón, no llores —solté una pequeña carcajada mientras que se acercaba a mí. Me agaché para tomarlo entre mis brazos —. La próxima vez me muestras lo que quieres comer y te lo doy, ¿sí?

Asintió y puse mi mejilla cerca de su rostro, a lo que él depositó un pequeño beso. Sonreí y salí de la sala caminando con él entre mis brazos. Le di el resto de la galleta y contento, terminó de comérsela.
Entré a mi habitación y me encontré con Jade terminando de amamantar a Khalessi.

—Amor, ¿qué dijo Daniela? —le reproché, a lo que ella acarició el cabello de nuestra hija.

—Dijo que poco a poco teníamos que quitárselo, no de un solo —recalcó, haciéndome rodar los ojos.

—No pasa de este mes, ¿bien? —asintió y sonrió cuando Khalessi cayó dormida —. Venga, Derek tiene hambre, ¿verdad campeón?

Mi bebé asintió varias veces y me acerqué a la cama depositando a mi hijo en ella. Tomé a mi princesa en brazos y solté una risita cuando Derek se sentó emocionado en el regazo de su mamá, mientras que Jade sacaba su otro pecho para dárselo.

Daniela era la pediatra de los bebés, y nos había dicho que era tiempo de quitarles los pechos de su mamá para que se acostumbraran a tomar leche normalmente. El único problema era que Derek sabía cómo manipular a mi mujer y ella terminaba dándole lo que más quería.

Saqué mi teléfono mientras que Jade acariciaba el cabello dorado de nuestro hijo. Me acerqué y deposité un beso en la frente de mi bebé, quién alzó sus ojos para verme. Le guiñé un ojo y puse el teléfono en mí oído, escuchando la voz de Diego.

— ¿Ya van a llegar?

—Estamos un poco retrasados —admití, viendo cómo Derek no se dormía para nada —. Estaré llegando en diez minutos, ¿bien?

—Claro, estamos aquí todos en mi casa.

Colgué la llamada y mi mirada regresó a mi mujer, quien depositó un beso en la frente de Derek. No iba a dormirse tan fácilmente cómo su hermana, quien caía dormida cada vez que terminaba de ser amamantada.

Jade le quitó su pecho y reí al ver la cara de Derek, quien tenía toda su boca húmeda. Soltó un chillido de felicidad y salió del regazo de su mamá. Le ofrecí un pañuelo a mi novia y ella se lo entregó a mi bebé.

—No se ha dormido —comentó, haciéndome reír —. De seguro caerá rendido en el camino.

—Eso espero —me alcé de hombros.

Cargué a Khalessi mientras que Jade hacia lo mismo con Derek. Los pusimos en sus asientos para bebés y comencé a manejar hacia la casa de mi hermana, quien ya estaba esperándonos con todos nuestros amigos. Era el cumpleaños de Brandon y quedamos en reunirnos en la casa de Diego.

La casa de mi hermana quedaba a más de media hora de la mía, así que esperaba que mi hijo se quedara dormido para así poder conversar tranquilamente con los demás y no estar preocupado que algo le pudiera pasar.

Un Solo Destino ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora