41. Sí, acepto

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Ella:

!Hoy es el gran día! El más esperado por toda mujer, sin embargo para mi es el más difícil.

Sé que Andree es un muy buen hombre, pero no lo amo.

Me encontraba sentada frente al espejo, tratando de maquillar mi rostro, pero era imposible parar de llorar. La mujer que intentaba hacer su trabajo, estaba a punto de mandar todo al demonio.

— Por favor...sé que es un día muy importante, pero si no para de llorar, va a ser imposible maquillarla. No solo se esta corriendo la pintura, si no que también los ojos se le están hinchando más y no habrá maquillaje que pueda cubrir esas bolsas

Me llevé la mano a la cara y continúe con mi llanto. Que me importaba que se hincharán, por mi se podían cerrar y me daba igual.

— ¿Nos puedes dar un par de minutos por favor? — pidió mi madre amablemente.

Acercó una silla y se sentó a mi lado, me abrazó y acarició mi pelo tiernamente.

— Abigail, no lo tienes que hacer... Sé que serás muy feliz en tu matrimonio, pero si no estas segura, no lo hagas

La voltee a ver y su rostro pintaba una sonrisa. ¿Porque sonreía, cuando yo era la mujer mas miserable del planeta?.

— Hija tu sabes cuánto amé a tu padre... Y — hasta ese entonces su voz se cortó, aun le dolía hablar de él, a pesar del tiempo que llevaba sola.

Exactamente así quería yo encontrarme a un hombre, que me amara incondicionalmente, como lo hizo mi padre con mamá.

Precisamente así me imaginaba que sería mi vida al lado de David

— Sin embargo, nuestra noche de bodas lloré tal como tú lo haces ahora..

— No creo poder hacerlo mamá.... Siento ahogarme.. — guardé silencio — quiero salir corriendo de éste maldito lugar... ¿Que hago? — pregunté esperanzada a que me dijera que ella manejaba, que me llevaría a México, a California, por Dios a China con tal de verme feliz.

Tomó un toalla húmeda y limpió mi rostro.

— Yo no te voy a decir que hacer, tú ya eres un adulto y si estas aquí es porque así lo quisiste. Es importante ser responsable de nuestras acciones y si sales corriendo de aquí ¿Como crees que te sentirías después? Habla, da la cara, dile a tu futuro esposo que no lo quieres hacer...pero si decides llevarlo acabo — sonrió y acarició mi pelo — sé que vas a ser muy feliz

En eso estábamos, cuando un toquido llamo nuestra atención. Las dos volteamos a ver de quien se trataba y era él, Andree.

Se veía guapísimo, me observo por unos segundos y bajó su vista al suelo. Podía ver mi dolor y le dolía saber que era miserable. Caminó hasta mí, le sonrió a mamá, ella se puso de pie y salió dándonos privacidad.

Ahora era cuando podía hablar con él, cuando podía terminar con todo.

Respire profundo armandome de valor, pero antes que pudiera hacerlo se sentó frente a mi. Me observo en silencio, dejandome muda.

— Se supone que debería ser el día más feliz de tu vida — dijo a la vez que limpiaba mi mejilla con su pulgar.

Me sentí la mas miserable de las mujeres, como le podía hacer daño a un hombre que lo único que había hecho hasta ahora, era amarme.

No le podía decir la verdad, no podía romper con la boda. Me casaría y lucharía por hacerlo feliz, él se lo merecía.

— Y lo es... Es solo que estoy muy nerviosa — Sonreí tratando de disimular — ¿Tú no lo estas?

Huracan de emocionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora