Deseando mas

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Entramos a la hermosa mansión, era grande... enorme.

Por dentro al entrar te encontrabas con un gran salón con muchas entradas a los lados y unas escaleras que se encontraban en frente, los colores de las paredes eran de un tono color piel que combinaba muy bien con el color del suelo, había pinturas por toda la pared y un candelabro en el centro del techo, todo era tan hermoso, mis ojos pasaban por todos los lugares y quería conocer más el lugar pero, unas voces me interrumpieron y entre ellas una voz que hace años no había escuchado.

—Tanto tiempo sin verte— esa dulce voz me saco de mis pensamientos, gire mi cabeza hasta encontrar el rostro de una hermosa joven de cabello castaño largo y unos ojos que extrañaban y no habían cambiado.

—¿Allison?—susurré más para mí misma.

No dude, ni siquiera lo pensé mas, solté la mano de Ken y corrí hacia ella, la abrace con fuerza y ella a mí.

Mi mejor amiga estaba conmigo.

—Pensé que no te volvería a ver Lili— dijo Allison mientras nos separamos del abrazo y nos vimos directo a los ojos con una gran sonrisa y unas pocas lagrimas.

—A veces solo suceden cosas que no te esperas y esas siempre son las mejores

—Te extrañe tanto— dijo, con una sonrisa

—Y yo a ti— dije limpiando las pocas lagrimas que tenia en mis mejillas— pero mírate como has cambiado, estas hermosa Alli— le dije con un gesto en mis manos señalándola.

Ella vestía un vestido largo blanco que llegaba hasta sus tobillos, llevaba descubierto sus hombros y le caían perfectamente su cabello en ellos, se veía perfecta.

—No soy la única que ha cambiado, te ves preciosa Lili, ahora entiendo porque mi hermano no ha dejado de hablar de ti.

Los ojos de Allison apuntaron hacia Ken, gire a él mi rostro con una sonrisa la cual no podía ocultar, y su rostro mostraba una sonrisa que iluminaba todo su rostro, ¡No puede ser por primera vez lo había visto sonrojado!

—¿Tenias que delatarme?— Ken se acercó más a nosotras mientras que Allison respondió con una sonrisita traviesa.

—¿Dónde están mamá y papá?— pregunto Ken con gesto serio.

—No están en casa, están atendiendo unos asuntos con otra manada.

Allison se fue retirando dejándonos solos en ese gran salón.

Ken tomó mi mano de nuevo y subimos las escaleras con paso lento.

Solo seguí, pasamos por algunos pasillos hasta llegar a una habitación y nos detuvimos frente dos puertas de madera oscura.

—¿Qué hacemos aquí?— pregunte viendo las puertas de madera y después los ojos azules de Ken.

—Es mi habitación— abrió una de las puertas y me dejo entrar.

Al entrar lo primero que veías era una terraza donde entraba la luz del sol y con eso se iluminaba toda la habitación, Ken entró a la habitación y yo con él, su cama se encontraba en un espacio grande, sus sabanas y colchas eran de colores oscuros y debajo de la cama se encontraba un tapete, del otro lado de la habitación se encontraba una puerta que seguramente era un lujoso baño, todo estaba lindo y ordenado.

Ken había cerrado la puerta y se acercó hacia mí.

Nos veíamos a los ojos.

—¿Cuándo me lo ibas a decir?— pregunté.

—¿Decirte que?

—Decirme que eres alfa de tu manada o aldea, como quieras decirle.

–Me eligieron hace tiempo, solo no te quise decir porque no necesitabas saber.

—Si necesitaba, acaso... ¿Te ibas ir de nuevo?

—No, es solo que... tú tenias a Brad y...

—¿Y qué?

Alzo su vista hacia mí, viéndome con un poco de desesperación.

—No lo se ¿Si?, eres mi mate, Lili y me duele que estés con ese idiota que ni siquiera sabe lo que quiere y es un imbécil por dejarte ir.— dijo mientras se acercaba aún más a mí, dejando de hablar y terminando con sus labios entre abiertos, sus ojos pasaron por mis labios y mis ojos solo estaban contemplando sus azules y hermosos ojos.

Tomó mi cintura y lo deje hacerlo.

Tomó mi rostro y lo deje hacerlo.

Acerco sus labios a los míos, primero con ternura y después con necesidad y después me cargo haciendo que yo enroscara mis piernas a su cadera.

Nos llevo a ciegas a su cama sin despegar nuestro beso, me dejo en su cama y comenzó a besarme de nuevo, mis manos se aferraban a su cabello y a su espalda.


Los lobos aman #1 De LLAWhere stories live. Discover now