Que empiece la diversión

28.5K 1.8K 72
                                    

Un punzante dolor en mi cabeza como calambres que me mantenían despierta. Fue por esos dolores que me desperté.

Mis ojos con dureza y dificultad se abrieron. Estaba atada a una silla, no tenia fuerzas. Mire a mi alrededor y me encontraba en un cuarto oscuro y pequeño, no había ventanas que me indicaran si era de día o de noche. Había una puerta hecha de fierro delante de mí que se abrió de golpe y rechinó.

Los mismos hombres de antes, el de ojos azules penetrantes y el de ojos llenos de enojo entraron al pequeño cuarto. 

Mis fuerzas estaban agotadas y los nudos de las cuerdas me lastimaban las muñecas.

—¿Qué es lo que quieren?— me atreví a preguntar.

El hombre de ojos con enojo comenzó a dar vueltas alrededor de mí.

—Mi nombre es Roth, el es Darker— ahora los hombres desconocidos tenían nombre, Darker estaba recargado en la pared solo observando.

—No han contestado mi pregunta— pasé mi vista sobre ellos dos.

Roth observó a Darker por unos segundos y cuando se giro me dio una bofetada que impactó en mi mejilla con fuerza.

Su bofetada hizo girar mi cabeza hacia un lado y logro sacarme sangre en el labio, mi cabello suelto estaba sobre mi rostro y el ardor en mi cara era como el demonio.

—Darker, podrías cuidar la entrada— dijo la voz de Roth.
La puerta se abrió y se cerró una vez más.

La mano de Roth tomo mi rostro e hizo que lo viera a los ojos.

Sus ojos eran negros tan oscuros y mostraban tanta ira.

—Yo soy él que hace las preguntas— dejo caer mi rostro de nuevo. —Puede que te estés preguntando por qué te tenemos amarrada o por qué te vamos a maltratar.

Mis lagrimas querían salir.

Y esta vez Ken no estaba para salvarme.

—¿Conoces a Ken Hills?— cuando Roth mencionó el nombre de Ken automáticamente alce mi vista hacia Roth.

¿Qué pasaba con el?

—Claro que lo conoces— dijo Roth con una risa burlona—llevas su marca en tu cuello.

Me quede en silencio, el ardor seguía en mi rostro y la sangre corría por mi labio a mi mentón.

—¿Qué eres de él? Novia, amigos con derechos, o tal vez su mate.

No contestaría a esa estúpida pregunta.

Me quede callada y notó que no respondería.

—Responde— ordenó.

No obedecí. Se acercó y tomo mi cabello estirándolo con fuerza hacia atrás.

—¡Que respondas!— gritó delante de mi rostro.

—No es nada... No es nada para mí... Ken me dejo sola, se alejo de mí.— dije, dejando salir mis lagrimas, desahogando mi sufrimiento por Ken delante de ese hombre.

Roth dejo mi cabello y se decidió hablar.

—Ken me arrebato algo— le observe su rostro, había tristeza en el— Mi hermano, Roger, era lo único que tenia. Hace tres años lo asesinó, le arrancó la cabeza. Encontré su cuerpo enterrado en el bosque.

No puede ser.

¿Hablaba del hombre lobo que casi me atacaba?.

Roth se acercó a mí y de nuevo su rostro irradiaba enojo y algo nuevo. . . venganza.
—Pero yo le quitare algo mejor... tú— dijo, levantando mi mentón para mirarlo a los ojos—No te creo que no seas nada para Ken, si te marcó fue por algo ¿no?— dejo mi mentón y se alejó.—Te he buscado por casi 3 años— su rostro mostró una sonrisa, una sonrisa que dejaba ver su maldad y su sed de venganza.

Aunque sentía lastima por Roth, no podía dejar a un lado la causa de la muerte de su hermano. Roger casi me mataba y Ken solo me protegió.

Todo estaba claro ahora, Roth solo quería venganza y pensaba que hiriéndome lastimaría a Ken, pero yo no estaría tan segura.

Ken se había ido.

Ken me había dejado sola.

Si yo le importaba tanto como me decían, Ken estaría aquí.

—Que comience la diversión— dijo Roth con sarcasmo.

Sabia a lo que se refería.

Los lobos aman #1 De LLAWhere stories live. Discover now