Sola en casa

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Allison y yo empezamos a comer, hace tanto tiempo que no probaba comida preparada. Siempre mi mamá ordenada comida rápida.

Volvimos a subir y esta vez, ya no me tope con su hermano mayor

Estuvimos todo el día platicando y viendo películas hasta que anocheció, tenia que irme.

—Debo irme.

—Sígueme, vamos con Ken para que nos lleve— dijo, levantándose de la cama.

Apenas íbamos a tocar la puerta de la habitación de Ken cuando él la abrió antes que nosotras.

—¿Qué pasa?— dijo, recargando su cuerpo en el marco de la puerta.

—Liliana debe irse— dijo Allison.

Me miro fijamente, pasando sus ojos de abajo hacia arriba, hasta mirarme a los ojos.

—Lili, ¿Tu te quieres ir o te esta corriendo mi hermana?— al escuchar mi nombre en sus labios, me sentí nerviosa.

—No solo...

—Es una broma— dijo pasando a un lado de mí.—Vamos.

•••

Todo el camino dirigí a Ken para que llegáramos. Manejaba como el demonio.

Aparco delante de mi casa y me despedí de ellos con un beso en la mejilla, al besar a Ken corrientes eléctricas pasaron por mi cuerpo y creo que el también las sintió debido a como se torno su rostro.

—¿Hay alguien en tu casa?—preguntó Ken mirando por la ventana.

—No... mi mamá llegara en 3 horas... espero.

Baje del auto y llegue a la puerta de mi casa, saque la llave y abrí, me despedí una vez más, el carro arrancó y se fueron.

Mamá no había llegado y no tarde tanto en quedarme dormida en el sofá viendo televisión.

•••

Desperté por los sonidos que venían desde la cocina, abrí mis ojos y me los talle, estaba recostada en mi cama.

—¿Cómo diablos llegue aquí?

De nuevo, sonidos en la cocina.

Baje las escaleras, y con cada paso de mi pie desnudo rechinaban estas.

—Mamá ¿eres tú?— el foco de la cocina estaba encendido, aún era de noche por lo que la casa estaba a oscuras.

Me detuve en el marco de la puerta y observé una espalda.

Un hombre estaba en mi casa.

Estaba esculcando en mi refrigerador.

Estaba comiendo de nuestra comida.

Al parecer sintió mi presciencia, porque dejo la comida a un lado cerró la puerta del refrigerador y se giro cautelosamente.

—¿Quién es y qué hace dentro de mi casa? Llamare a la policía, si no sale en este instante.—Dije, inútilmente con intenciones de asustarlo.

Sus ojos oscuros pasaron por todo mi cuerpo hasta verme a los ojos. 

Sabia lo que eso significa.

Tenia que salir corriendo.

Los lobos aman #1 De LLATahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon