Volemos (yaoi) [ Haikyuu] [kagehina]

Capítulo 63 parte 2

-    Los hizo mi hermana, me pasó dos, me dijo expresamente que el otro era para ti.

-    Dale mis gracias cuando converses con ella – "mas rato la voy a llamar y se las daré yo mismo pero todo para que no sospeches...".

Asahi recibió un mensaje en su teléfono.

Reiko: Hola guapo, ¿cómo estás?, ¿llegaron?.

Asahi: Hola Reiko san, sí, recién llegamos a Tokyo, pero aún no al lugar de la concentración..

Reiko: mándame un foto a penas puedas.

Asahi: claro.

Asahi sonreía como bobo mirando su teléfono, Ennoshita le levantó un ceja.

-    ¿Quién es Asahi senpai?.

-    Una amiga – respondió con sus mejillas teñidas de rojo.

Después de media hora llegaron a las instalaciones para realizar concentraciones de la preparatoria Nekoma, el sol ya estaba alumbrando, había una luz plateada fuerte.

Se bajaron del bus adoloridos. Shimizu senpai se veía espectacular, Tanaka la elogió a penas la vio y ella lo ignoró como siempre.

-     Me prende que me ignore – le dijo a Nishinoya, "va que raro, Noya ni miró a Shimuzu...".

Hinata corría y saltaba para estirar las piernas, Kageyama sentía sus pies hinchados.

-    Hinata imbécil no saltes por todos lados, oye quieto – le decía siguiéndole para alcanzarlo.

-    Kageyama tengo las piernas tiesas, necesito moverme – seguía saltando.

-    Pareces liebre Hinata.

-    Soy un cuervo, no una liebre – dijo mientras saltaba.

-    Rayos Hinata... pulga hiperactiva, ten cuidado.

Suga se bajó y estiró su espalda, le dolía aún el cuerpo, su amado capitán se abstuvo de hacer cosas luego de que lo trató tan brusco, así que estaban en sequía sexual, a Suga no le afectó, pero a su amado novio sí, andaba hot pero se aguantaba estoicamente.

- ¡Shouyou! – gritó Kenma caminando rápido hacia donde se encontraba Hinata.

-    ¡Hola Kenma! – gritó de vuelta Hinata.

-    Hola – saludó secamente Kageyama.

-    Hola – respondió Kenma – Shouyou ven, acompáñame para mostrarles dónde vas a dormir.

-    Claro... – dejó de saltar y se colocó al lado de Kenma.

Inmediatamente Kageyama se colocó al lado de su novio, Kenma lo miró pero le restó importancia.

-    Estas son las instalaciones, tenemos disponibles varios cuartos grandes, uno será para ustedes, el otro para nosotros, otro para los sensei y el otro para las mujeres de los equipos.

-    ¿quiénes van a venir? – preguntó Hinata muy entusiasmado.

-    Vendrá la preparatoria Ubugawa, la Fukurodani, la Shinzen y nosotros obviamente.

-    Woooow, ya no puedo esperar, los partidos serán fuaaw y suash y haré el ataque crunsh con Kageyama y... – comenzó a hiperventilar.

-    Oye Hinata imbécil cálmate – dijo Kageyama un tanto molesto porque lo estaban ignorando.

-    Kageyama esto será fuaaawww – le sonrió contento.

-    Sí pequeña pulga.

-    No me llames así – dijo fingiendo enojo.

No le respondió sólo le sonrió socarronamente y sin que Kenma se diera cuenta, le cerró el ojo, Hinata lo miró de reojo coqueto.

Por mientras Kuroo salía a recibir al capitán de Karasuno.

-    Hola Daichi – le ofreció su mano.

Daichi le apretó la mano y ambos se miraron desafiantes – hola Kuroo.

-    Que bueno que llegaron temprano, supongo que no han desayunado, reúne a tu grupo y yo los llevo al comedor.

-    Claro – "que te crees dándome órdenes...".

-    Hola Kuroo san – dijo Suga simpático y diplomático como siempre.

-    Hola Sugawara san.

"A él lo tratas de san y con su apellido completo ...", pensó molesto.

-    ¿Oye y el pequeño aún no llega? – preguntó Lev al llegar.

-    Se fue con Kenma – respondió Kuroo.

-    Voy a buscarlo... – salió corriendo, dando larguísimas zancadas.

-    Ho ho ho ho, llegaron los cuervos – saludó Bokuto.

-    Hola Bokuto – nuestro capitán le dio la mano.

-    Buenas – dijeron la mayoría.

-    ¡Akaashi ven a saludar!! – gritó Bokuto.

-    ¡Ya vooooy! – respondió Akaashi.

-    Daichi, chicos, les voy a mostrar dónde alojarán, es una pieza amplia, tendrán comodidad.

-    Oh Dios ahí están esas bellezas – dijo Bokuto al ver a Shimizu y Yachi, Tanaka y Nishinoya lo escucharon.

-    Ni se te ocurra acercarte – dijeron amenazantes al mismo tiempo.

-    Ho ho ho, tranquilos – dijo levantando las manos.

-    Grgrgrgrgr –gruñeron ambos.