Capítulo 15

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Sugawara detuvo el contacto de sus frentes, Daichi lo abrazó enternecido, Suga no aguantó el contacto y lo empujó rabioso.

  - Suéltame, no seas cruel - dijo con lágrimas en los ojos.

Daichi no lo soltó, forcejearon un segundo, Suga se desesperó y con su puño golpeó en el rostro a su querido capitán...

  - Lo siento, perdóname Daichi, yo... - "no puedo creer que lo acabo de golpear, no, esto es lo peor que pudo haber sucedido".

  - Tranquilo, ya pasó - lo abrazó intentando consolarlo - shhhh... Shhh, no llores Suga, todo está bien.

  - Suéltame, suéltame, por favor.

  - No te voy a soltar hasta que te calmes - fue rotundo, no dejaba dudas de que iba a cumplir su cometido.

  - Nooo - comenzó a golpear con sus puños el pecho de su amado - nooo - lloraba desconsolado.

Daichi no lo soltaba, al contrario, lo abrazaba con más fuerza tratando de inmovilizar sus brazos, pero no lo lograba, sorprendentemente Suga tenía fuerza, cada vez aumentaba sus golpes, los forcejeos fueron más violentos, cuando Daichi lo tomó de los hombros para decirle que se tranquilizara Sugawara lo golpeó con furia en la mejilla, un golpe, otro, otro, otro, cada vez más fuerte...

  - Cruel, eres cruel - decía enceguecido por la rabia.

  - Suga, detente por favor - agarró sus muñecas y forcejeó.

Suga no paraba de moverse, quería zafarse, no podía controlarse, sus pensamientos lo atormentaba, "Daichi no me ama, Daichi no me ama", se repetía constantemente, el capitán lo miraba con lástima, con esos ojos de pena para con el prójimo, como si quisiera llorar por verlo sufrir, "patético", pensó Suga, al ver la mirada que le estaba dando su amor platónico sintió rabia y odio a sí mismo, gritó fuerte en un último intento de golpearlo pero Sugawara se dio por vencido, ahora el arrepentimiento y el cansancio reemplazaron a la rabia.

  - Ay Daichi, perdón - le tomó el rostro lesionado, sus mejillas rojas hablaban sobre lo violento que fue, el labio sangrante fue evidencia de la rabia y descontrol que sufrió.

Cayó de rodillas al suelo y lloró, se tapó la cara escondiendo su vergüenza, sentía que su habitación giraba, mareos lo atacaban, su corazón se le iba a salir por la boca, sus latidos se escuchaban en sus oídos, un hormigueo invadía sus manos, la sensibilidad de estas se le iba, estaba perdiendo el control.

  - Daichi me muero, me voy a morir - a penas podía hablar, la crisis de pánico lo estaba inhabilitando para hacerlo.

   - Tranquilo Suga - lo tomó por los hombros - ¿puedo? - dijo.

  Suga sólo afirmó con su cabeza, respiraba entrecortado, jadeante.

 

  - Me falta el aire, no puedo respirar, me ahogo Daichi, el pecho me duele, me duele mucho - apoyó su mano dormida sobre el lado izquierdo tratando de masejearlo para disminuir el dolor.

Daichi lo abrazó y sobó la espalda tratando de tranquilizarlo.

  - Todo estará bien Suga, te lo prometo, vamos respira lento, inspira... eso, ahora bota lentamente... sí, así... vamos una vez más - Daichi le daba instrucciones a Suga, éste las seguía al pie de la letra por lo que comenzó a calmarse.

  - Gracias - siguió llorando, sus lágrimas espesas rodaban por sus mejillas empapando la polera de su capitán.

  Se quedaron así, abrazados, Suga llorando sobre el hombro de su amado y Daichi consolándolo, Suga de a poco se calmó, levantó su cabeza para mirar a su amor, vio su rostro, apoyó sus manos en su boca, su cara arrepentida al ver las lesiones de Daichi, esas lesiones que él había dejado en su ataque de ira, Daichi tomaba el brazo de Suga y con la otra mano sujetaba su cabeza, le sonreía con ternura, con entendimiento, con comprensión.

  - Lo lamento Daichi - ahora las lágrimas caían despacio, más ligeras, mas diluidas.

  - No pasa nada - seguía sonriéndole.

  - Sabes que te amo... - confesó con un nudo en la garganta.

  - Lo sé - ahora miraba con más lástima a su amigo querido - pero yo nunca...

Suga lo silenció con su dedo - No es necesario, ya lo sé - quitó su dedo de los labios de Daichi. Ninguno se movía, Suga tenía tantas emociones mezcladas que no podía decidirse por una, "¿por qué no me amas Daichi?, ¿Por qué?, ¿a quién amas?, no me odias, al contrario, me quieres lo suficiente para aceptarme como tu amigo aún sabiendo que te amo, ¿por qué te golpeé?, tenía rabia, rabia de que me dijeras la verdad, esa verdad que tanto temía escuchar, la verdad que en mi interior sabía pero mi esperanza no quería morir, y eres cruel, me abrazas sabiendo mis sentimientos, me duele que lo hagas, calas hondo en mi corazón, dejándolo sangrante, herido para siempre, quedará una cicatriz imborrable, un recuerdo que me perseguirá por el resto de mi vida, mi primer amor frustrado, mi primera confesión rechazada, mi primer arranque de ira, mi primer arrebato... sentir tu cuerpo pegado al mío acelera mi corazón, saber que no puedo besarte, que no sientes lo mismo que yo, me entristece y aún así tu lo haces, te odio Daichi... Por que me quieres sólo como amigo".



  - ¿Estás mejor? - dijo Daichi suavecito, con mucha ternura.

  - Sí - ya no lloraba, respiraba lento y profundo, le crisis había terminado.

Daichi lo soltó, lentamente se separó de su amigo - creo que esto necesita atención - señaló su rostro con una sonrisa lastimera.

  - Perdón - bajó la mirada, cabizbajo - iré por el botiquín.

Suga terminó el contacto con su amado, "Me duele dejar de sentir tu calor, Daichi ¿algún día cambiarás de opinión?, seríamos felices ¿no?, yo haría lo posible por hacerte el más feliz del mundo, no puedo soportarlo, duele demasiado, eres tan perfecto, gracias por no odiarme, gracias por haberte dado cuenta, eso quiere decir que me habías puesto atención, por último tuve eso aunque sea, una pequeña parte de ti pensaba en mí", caminaba hacia el baño en busca del botiquín, al abrir la puerta no pudo evitar mirarse en el espejo, un rostro demacrado, una mirada vacía le contestaba, le contaba sobre sus emociones, su reflejo mostraba su alma herida. Sacó el botiquín del mueble, caminó hacia la pieza, abrió suavemente la puerta de la pieza y ve a un Daichi sentado sobre su cama llorando, sí, llorando en silencio, éste levanta la vista y se encuentra con los ojos llorosos de Suga, se limpia los ojos, no se dijeron nada. Suga comenzó la tarea de desinfectar las heridas de Daichi, le dolía saber que fue el mismo el que las había causado. "Te amo mi capitán".



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Sé que es cortito ...

Volemos (yaoi) [ Haikyuu] [kagehina] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora