Capítulo 56 parte 1

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Hinata sonreía como bobo, se acostó al lado de Kageyama y acariciaba su rostro, wow, era fantástico, las sensaciones eran más vívidas que nunca, veía los pequeños ronquidos de su amado, eran de color morado, ondeaban en el aire como si éste fuera agua, era tan fuaaaaaw, tan supremo que estaba feliz, el pelo de Kageyama que era negro sonaba grave, como un rugido de un volcán antes de hacer erupción, oooo que crunsh a tus sentidos, se paró y comenzó a bailar quería sentir el aire en su rostro, movía los brazos buscando más sensaciones, así haciendo el verdadero tonto estuvo un buen rato,  luego cuando vino el deseo irrefrenable sonrió de medio lado y saltó sobre Kageyama así desnudo como estaba, lo besó con pasión, Kageyama aún dormido y atontado abrió los ojos pero rápidamente se le cerraron, Hinata hizo un mohín con los labios y se le ocurrió una mejor forma de despertarlo, fue directo al miembro de Kageyama y lo tomó metiéndoselo en la boca, succionó y masajeó con su lengua hasta que el eje tomó forma, Kageyama se levantó con los antebrazos apoyados, miraba con cara asombrada como su amado cometía una felación de primera, el número nueve de karasuno notó que Hinata tenía una mirada distinta, la misma de la fiesta pero pensó que era su imaginación; Hinata en esta oportunidad él mismo se sentó sobre el miembro de su amado y  cabalgó sobre él de una manera furiosa, llena de pasión, provocando un pronto orgasmo en él, pero siguió rápidamente hasta que ambos tuvieron un orgasmo al mismo tiempo, Hinata cayó rendido sobre el pecho de su amado quedándose dormido de inmediato flácido e indefenso, Kageyama sospechó, esto había sido muy similar como en la fiesta, pero dudó, no podía ser que Hinata sea tan imbécil para seguir en las drogas, no era cierto, se  negaba a reconocerlo.


Al otro día en la mañana tocaron el timbre, Kageyama que ya tenía más confianza, se vistió y fue a abrir la puerta, miró por la mirilla, quedó asombrado y de una pieza, estaba esa mujer que era una pésima influencia para su amado, no abriría eso lo decidió de inmediato, pero la maldita tocaba con insistencia, lo estaba sacando de quicio, la estaba odiando.


- Hinata, ¡abre! – gritó muy fuerte, lo que hizo que algunas vecinas curiosas, aquellas que son mejores que una cámara de seguridad, salieran o corrieran sus cortinas para mirar y escuchar lo que sucedía – ¡abreeeeeeeeeeee!.


Kageyama nervioso, no quería un escándalo le abrió la puerta, ella al ver que era él le sonrió y pasó sin pedir permiso, estaba acostumbrada a que se hiciera lo que ella quería, siempre había sido así y eso no cambiaría.


- Hola tú, no recuerdo tu nombre – dijo con desdén.


- Kageyama y tú eres Kaori, te recuerdo, recuerdo a la persona que le dio drogas a mi novio – recalcó la última palabra.


- Novio, por fin te diste cuenta de los sentimientos del naranjito, viste que eras un cínico, te lo dije en la fiesta – le espetó sin delicadeza.


- ¿Qué quieres? – cambió de tema, no quería discutir, estaba enojado esta mujer lo ponía odioso.


- Quiero ver a mi amigo, le traigo un regalo que le va a encantar – dijo sonriente.


- Si le traes drogas te saco a patas y me importará una mierda si eres mujer – la amenazó con una mirada fiera.

- ¡A ver!, ¡conmigo más respeto! – gritó furiosa.

Con su grito a la brevedad llegó un hombre alto, con lentes oscuros, con terno, un traje a la medida y un intercomunicador en su oído.

- ¿Sucede algo oneesan? – preguntó agarrando de la polera a Kageyama que se asustó y lo miraba asombrado.

Lo primero que le llamó la atención, gracias a la cercanía con que estaban sus rostros,era que el hombre estaba maquillado – dile a tu orangután que me suelte – le espetó a Kaori.

- Suéltalo, sólo discutíamos ...

- ¿qué pasa? – preguntó Hinata restregándose los ojos, estaba en la altura de escalera, andaba sólo con bóxer lo que crispó los nervios de Kageyama provocándole unos celos vivos.

- ¡Oye! ¡Hinata imbécil, vístete! – le gritó aún sujeto por el hombre de negro, con sus manos intentó que lo soltara pero fue en vano.

- Pero ¿por qué tantos gritos?, me asusté – dijo Hinata en un tono tierno y meloso.

- Ya déjalo, es un tonto pero inofensivo – le ordenó Kaori al orangután.

- Como ordene oneesan – soltó a Kageyama, se bajó los lentes y le pegó una mirada fiera al peli negro.

- Retírate rápido – ordenó Kaori.

El hombre miró hacia la escalera y se retiró pero se quedó cerca por si acaso.

- ¡Kaori!, holaaaaa – dijo Hinata contento.

Kageyama subió las escaleras y agarró a Hinata llevándolo a la pieza.

- Ponte ropa Hinata estúpido – Kageyama ya tenía unas cuantas venas hinchadas en su cuello, estaba celoso a más no poder.

- Oh, verdad – Hinata estaba sucio, pegajoso pero aún así se vistió con lo primero que sacó, fue sólo coincidencia que sacara los jeans que le había regalado Kaori, se los puso y luego se colocó una polera morada con un diseño de un animé que trata sobre unos sextillizos.

- Bien, ahora así recién puedes bajar – Hinata le sonrió y caminó hacia la puerta, Kageyama lo sujetó por el brazo antes de que saliera, lo tironeó atrayéndolo hacia sí y le plantó un beso apasionado – no quiero que ella esté aquí – los celos le carcomían las entrañas.

- Pero es mi amiga – reclamó el naranjito.

- Una muy mala por lo demás, es una mala influencia Hinata – quería que su amor abriera los ojos, pero éste estaba obnubilado con la personalidad atrayente de Kaori.

- No, ella me cuidó – la defendió.

- No quiero discutir – suspiró – ya anda.

- ¿Tú no vas a venir? – Hinata sospechaba que eran celos y se aprovechó de ello – ¿me vas a dejar solito con ella?.

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Chicas, no sé si pueda actualizar todos los días como lo he estado haciendo, espero poder cumplir mi palabra.
Motivos de duelo, no es directo pero toca a una amiga que adoro con mi alma y verla sufrir me desgarra el alma.
Aprovechen todos los días decir: "te quiero","te amo", a sus padres, hermanos, amigos, porque nunca sabrán cuando será la última conversación.

Por eso...  las quiero chicas!!! Gracias por su apoyo incondicional. Un abrazote.

Volemos (yaoi) [ Haikyuu] [kagehina] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora