Era mi mejor amigo... Tuvo que marcharse de la ciudad junto con su madre. ¿Por qué?, yo no podía entenderlo, era mi compañero de juegos, mi guardador de secretos y contador de historias... Te extrañaré Riley, vuelve pronto niño zanahoria.
Traté de...
-Lo que tengan que hacer, háganlo rápido, iré a buscar un traje o algo -de igual manera, Cameron se acomodó nuevamente sus gafas y su gorro de lana.
-De acuerdo Riley, manos a la obra.-
Diane y yo fuimos a una boutique, había vestidos hermosos y caros, algunos muy extravagantes, nadie los usaría ni para disfraz, buscaba algo simple, sencillo y lindo, sería una tarea difícil, casi todos los modelos eran similares, podría apostar de que estuvimos ahí cerca de hora y media, Cameron ya había llegado con nosotras, traía dos bolsas, una supongo que era su traje y la otra un par de zapatos nuevos.
-¿Qué es exactamente lo que buscas?, hay tantos.- Cam miraba a todos lados, vestidos brillantes, sin mangas, escotes pronunciados...
-Uno perfecto...- Diane le daba un vistazo a algunos y los tomaba para que me los fuera a medir.
-No veo alguno que llene mis expectativas, tal vez en otro lado.- miré, realmente no había ninguno que llamara mi atención.
-¿Ninguno?, hay cientos de vestidos aquí, por lo menos uno.- Cameron bajó un poco sus lentes.
-No...-
-En otro lado posiblemente.- Diane regresó los vestidos a su lugar.
Cameron miró detrás de uno de los maniquíes - ¿Ya viste ese?-
-Vi absolutamente todos.-
-Pero no ese -señaló- ¿Qué te parece?
-Vaya, sí que es precioso.- Diane miró ese vestido asombrada.
-Por Dios Riley, ¿Cómo es que lo viste?, Es imposible, miré en todo el local y...-
-Simplemente lo hice...-Interrumpió- Pruébatelo ahora mismo, si te queda lo llevas.-
Hice caso a la orden de mi amigo, corrí al probador, el vestido era realmente bello, sí, se lograba ver mi espalda, pero no importaba... Bueno, sólo un poco. Me miré en el espejo acomodando los últimos detalles y salí.
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-¿Qué les parece?- me dí un par de vueltas, tratando de verme yo misma.
-Te queda perfecto, ese es... iré a pagarlo.- así como solía saltar Candace cuando se emocionaba, hizo Diane mientras me veía y buscaba su billetera.
-¿En verdad eres tú?, Dios Deborah, eres otra cuando vistes decentemente.- Cameron frotó uno de sus ojos.
-A veces -me di la vuelta poco a poco para que viera mejor- ¿no crees que es muy corto?.-
